Cita con Canarias

David Pavón González, ejemplo de pescador sostenible

“Vivimos en islas, estamos rodeados de agua y no se le presta atención al sector pesquero”, dice en esta entrevista de la sección “Cita con Canarias”, en la que habla de pesca, pesquerías y pescadores de la pequeña isla de El Hierro. [Versión íntegra de la entrevista publicada en la edición impresa de PELLAGOFIO nº 59 (2ª época, diciembre 2017)].

Por YURI MILLARES

Abordo del pesquero artesanal ‘Azor’, navegamos con su patrón frente a la costa de El Hierro. Concienciado en la conservación de los recursos pesqueros, está involucrado en proyectos sostenibles de la WWF, mientras que desde la propia cofradía de pescadores de La Restinga impulsa con sus compañeros medidas adicionales de protección de los recursos que explotan, como la autorregulación de las tallas mínimas de captura hacia tamaños mayores que los establecidos en la normativa, o se autoimponen vedas para las lapas.

“La carrera de pescador la hice de niño en los charquitos, pescando barrigudos”

■ OJO DE PEZ / Ganas de mar, ganas de ser

Por TATO GONÇALVES
Para realizar las fotos in situ, salimos a navegar con David. El mar estaba en calma. Nosotros, la mirada inquieta con la costa sureste de la isla de El Hierro a la vista; desconocida hasta entonces, se me presentaba por primera vez. Habló de su infancia de vacaciones en La Restinga, de su abuelo, de sus ganas de mar, de sus ganas de ser lo que ahora es. No pudimos ver (y fotografiar) la pesca del peto, eso lo aprendimos después al llegar a tierra, en el puerto, junto a varias toneladas de atún listado que pescaron él y su tripulación. Una jornada llena de nuevas amistades y de aprendizaje. Feliz travesía ●

–Pescador ¿desde cuándo?

–Hace veinte años, con 18. Hice el Bachiller y fue terminar COU y comprarme el barco.

–¿Hijo de pescadores?

–¡Qué va!

–¿Entonces, cómo te dio por serlo?

–Mi abuelo sí era pescador de recreo. Yo iba mucho a pescar con él y era mi pasión. Soy de Las Palmas, del barrio de Guanarteme, pero me crie los veranos en La Restinga. El verano completo me lo pasaba aquí. El día que daban las notas yo ya estaba en El Hierro y el mismo día que empezaba el curso llegaba de regreso.

–¿Cómo se forma un pescador artesanal: hay una “escuela de pescadores”?

«Pensaba hacer Biología Marina, pero tenía la pasión por pescar»

–Esa es una carrera que la tienes desde chiquitito y vas a los charcos. Yo llegaba aquí los veranos y si el avión de regreso salía a las cuatro de la tarde, me decía mi abuela “¡tienes que estar aquí a las dos y media!”, y hasta esa hora estaba todavía en los charcos pescando barrigudos.

–Sí harías un curso de patrón.

–Cuando me hice profesional. Terminando COU pensaba hacer Biología Marina, pero tenía la pasión por pescar y me llevaban con pescadores profesionales. Una elección arriesgada, pero yo lo veía claro.

–Fue cuando te afincaste en La Restinga.

A bordo del ‘Azor, David Pavón con el fotógrafo Tato Gonçalves. | FOTO Y. MILLARES
–Sí, yo me vine aquí con 15 años. Mi abuelo era de El Pinar, con 12 años se fue a Las Palmas y trabajó toda la vida en el Puerto de La Luz. Era estibador.

–¿Por qué, entonces, El Hierro?

–Cuando mi abuelo se retiró se vino a El Hierro y yo venía los veranos. De hecho, yo 5º de EGB lo hice aquí cuando mi madre se fracturó los dos talones y mi padre trabajaba y nos vinimos los tres hermanos con mis abuelos.

–¿Y sólo uno salió pescador?

«Mi pesquería, en la que éramos muy buenos, era la vieja a puyón, mariscar lapas, pescar gallos oceánicos y coger petos al arganeo»

–Sí –ríe–, bueno ahora está mi hermano pescando conmigo. Es técnico electricista, pero se fastidió una rodilla jugando al fútbol y se quedó sin trabajo, como no volvía a conseguir empleo está pescando conmigo.

–¿A qué pesquería ibas cuando empezaste?

–Mi pesquería, sobre todo al principio y en la que éramos muy buenos, era la vieja a puyón, mariscar lapas, pescar gallos oceánicos y coger petos al arganeo (una especie de currica). Pescábamos muchas más cosas, pero esas eran las principales. Porque desde chiquitito, lo que yo llamo “la carrera”, empecé a pescar la barriguda hasta que me hice profesional, y una de las pescas que hacíamos los niños era el puyón, con 12 años: cogías un par de cangrejitos chiquititos y con una careta te tirabas y cogías dos o tres viejas.

–¿La pesca a puyón de dónde salió? No se hace en otras islas, que yo sepa.

–No. Hace un año que ya está legislado para las demás islas, pero hasta entonces estaba legislado exclusivamente para El Hierro. No sé cómo surge. Aquí salta de la pesca con mirafondo, yo creo que por la poca densidad de vieja que había en El Hierro: no era productivo caminar o remar con el barco hasta encontrar otra vieja para pescar y empezaron a hacerlo con una careta. Lo mismo que haces con el mirafondo desde el barco, pero en el agua con una careta.

–¿Uno se tiene que quedar en el barco, o fondeas?

«En Fuerteventura y Lanzarote fondeado y con un mirafondo se coge seguramente más viejas que en El Hierro, la densidad poblacional de la especie es diferente»

–A veces, si van tres, uno se queda en el barco, por ejemplo. Yo normalmente siempre fondeo, porque éramos dos y preferíamos pescar los dos en dos horas, que estar cuatro horas para pescar uno y después el otro.

–¿Sabes desde cuándo se pesca a puyón?

–Menos de 40 años seguro, porque los pescadores que conozco, mayores que yo, se acuerdan de cuando empezaron a ponerse la careta. Es una pesquería que no se hacía antes.

–¿Gente de qué edad?

–Pues de 55 años, aproximadamente. Y en el resto de Canarias no se realiza esta pesquería. Pero es verdad que, por ejemplo, te vas a Fuerteventura o a Lanzarote y un barquito fondeado con un mirafondo coge seguramente más viejas que nosotros, con una careta haciendo un recorrido de 200 metros. La densidad poblacional de la especie es diferente.

«La pesquería en Canarias son los 365 días las 24 horas: el tiempo es el que te pone los días festivos»

–Cenando ayer comentabas que las viejas, si son de fondo rocoso o de fondos arenosos, son distintas.

–Yo lo que he notado es que en fondos de arena se ven algunas viejas más flacas, una entre treinta, sobre todo por fuera, porque en la orilla no las sueles ver tan flacas. Se ve que la que se alimenta en fondos rocosos se nutre mejor.

–¿Todo el año pueden salir de pesca en La Restinga, o hay meses complicados?

David Pavón y su tripulación a bordo del ‘Azor’ una tarde productiva en el norte de El Hierro: volvieron a puerto con 6.000 kilos de bonito listado.| FOTO TATO GONÇALVES
–La pesquería en Canarias son los 365 días las 24 horas. Por una razón muy simple: el tiempo es el que te pone los días festivos. Puede haber un tiempo que te imposibilita salir al mar de lunes a viernes y el sábado y domingo sales y haces la semana.

–De las pescas artesanales que se practican en El Hierro, ¿la del peto con arpón es de las más tradicionales? Porque la nasa es más reciente, ¿no?

Imagen tomada a bordo por el propio patrón del ‘Azor’ con los 6.000 kilos de bonito listado capturados en la jornada de la fotografía anterior.| FOTO DAVID PAVÓN
–No sé si llamarlas artesanales, o mejor tradicionales. Lo que tienen las pesquerías que utilizamos aquí es que son todas de bajo impacto. Quizás con estas pesquerías es con las que surgió la pesca, porque eran más rudimentarias. Es verdad que después, seguramente evolucionó y llegaron las redes, los trasmallos, las nasas, las pandorgas y todo este tipo de artes más agresivas: en donde tienes un ecosistema muy productivo no es tan dañino, pero en El Hierro sí. Esta es una isla sin plataforma costera donde los ecosistemas casi se solapan y es muy frágil. Ese tipo de artes lo que consiguió aquí es que en poco tiempo se esquilmaran los recursos de la isla.

“Las pesquerías que utilizamos en El Hierro son todas de bajo impacto”

–Sorprende un poco que fueran los propios pescadores los que pidieron e impulsaron la creación de una reserva marina en El Hierro: se ponen un coto donde no pueden ir a pescar.

–Exacto, tras la abundancia que hubo y el uso de artes nuevos y más agresivos que hicieron subir la productividad, llegó un momento en el que cogían menos que antes pescando con anzuelos. Tengo en la cabeza comentarios de pescadores que vivieron esa época: se recorrían las 10 millas entre La Restinga y el faro [de la Punta Orchilla] para coger cuatro kilos de viejas con la pandorga, que ahora está prohibida (ahora se cogen todas a anzuelo), con lo que te haces una idea de cómo quedó el recurso con las nasas, los trasmallos…

–Lo de ustedes entonces fue tener una visión de futuro para disponer del recurso.

–Claro, como en todo. Cuando la vida te ahoga te mueves y agudizas el ingenio, intentando buscar soluciones. Y por suerte se dieron cuenta de que la solución era gestionar para que hubiera más pescado en el mar. Cogiéndolo de una forma en que capturas menos, a la larga (y no tan a la larga porque es asombrosa la capacidad de regeneración y recuperación que tiene el mar) consigues más productividad además de disponer de más stock, que es lo importante.
«Hay un ‘pesca sostenible consciente’ y hay otra pesca sostenible cuando no eras capaz de esquilmar los mares porque no tenías recursos, sólo un anzuelo»–Al final de lo que se trata es de desarrollar una pesca sostenible.

–Sí, yo la catalogo como “pesca sostenible consciente”. Hay otra pesca sostenible, cuando no eras capaz de esquilmar los mares porque no tenías recursos, sólo un anzuelo. Pero la tecnología avanza y somos capaces de acabar con lo que queramos en todo el planeta.

–Explícame entonces cómo es la pesca tradicional del peto con la vara o arpón en El Hierro.

–Hay una época en la que el peto tiene un comportamiento en el que nada a flor de agua, en la superficie, y es cuando se aprovecha para hacer esta pesquería. Es un anzuelo de dimensiones bastante grandes que va atado delante (con algo que se rompa, hilaza o, últimamente, cinta aislante) a una vara parecida a la que se usa para salto de pértiga, y a ese anzuelo va amarrado una liña. Cuando el peto va nadando por la superficie te acercas, suele tener un comportamiento tranquilo, como despistado, y si eres buen tirador acertarás para clavarle el anzuelo. La punta está hacia abajo, pero cuando le entra al peto se rompe la hilaza y al tú tirar le da vuelta y vira el anzuelo que se queda enganchado al pez.

«Cuando el peto va nadando por la superficie te acercas, suele tener un comportamiento tranquilo, como despistado, y si eres buen tirador acertarás para clavarle la vara con el anzuelo»

–En una jornada que se dé bien, ¿con cuántos petos vuelve el pescador al puerto?

–A la vara ha habido días (contados, de un año para otro) de hasta 40 o 50 petos. Eso son días excepcionales, pero los días buenos pasan de 20.

–¿En qué época sube el peto a superficie?

–Suele ser febrero-marzo-abril. Un poco antes de empezar la primavera. Y después en invierno, en octubre-noviembre, suelen ser fechas muy buenas de peto pero porque comen más, se suelen coger más a la carnada (con carnada viva) o al arganeo.

–En la Cofradía de Pescadores de La Restinga has ejercido de vicepatrón, de secretario. ¿Qué es una cofradía, para qué sirve?

–Es el ente que agrupa, representa, defiende y asesora a los pescadores.

–¿También comercializa su pescado?

–Muchas veces asume también la comercialización agrupada de los pescadores, pero otras veces no. En nuestro caso la cofradía no hace de comercializadora y lo hace otra figura que tenemos, una cooperativa: Pesca Restinga. En la cofradía están el 100% de los pescadores de la isla de El Hierro y en la cooperativa están el 90%, los otros comercializan por su cuenta.

–¿Cuántos pescadores hay en la isla de El Hierro?

–Ahora mismo yo creo que estamos rondando los 30.

«Somos 30 pescadores en El Hierro. Si hubiera más productividad habría más pescadores y si hubiera menos productividad, habría menos. Son equilibrios de la naturaleza»

–¿Son muchos o pocos?

–Son equilibrios de la naturaleza. Date cuenta que nosotros formamos parte de un ecosistema, somos los depredadores que estamos por arriba y depende de lo que tengamos por debajo para ver el número que va a haber por arriba. Yo creo que aquí es lo que lleva, acorde con lo que el mar te da para vivir. Si hubiera más productividad habría más pescadores y si hubiera menos productividad, habría menos.

–¿Cuál es el prototipo medio de edad? ¿Hay relevo generacional?

–Hay de todo. Yo, desde que recuerdo, hace más de dieciocho años, me están haciendo la “entrevista al pescador joven” –ríe–. Pero es verdad que hay bastante relevo generacional. Yo llevo en el mar 20 años ya y he visto retirarse mucha gente y entrar mucha gente. Pero al final se mantiene más o menos en los mismos números.

–A nivel reivindicativo, ¿qué hay que arreglar en el sector, qué problemas siguen sin resolverse?

«Echo de menos un verdadero plan de gestión, que no existe. Me da la impresión de que vamos saltando obstáculos a trompicones»

–Muchísimos. Yo lo que más echo de menos es un verdadero plan de gestión, que no existe. Me da la impresión de que vamos saltando obstáculos a trompicones. No sé si es por falta de recursos, de tiempo o de que no se le presta la atención necesaria al sector pesquero. Y no entiendo por qué, vivimos en una comunidad [autónoma] que son siete islas, estamos rodeados de agua. Yo siempre digo que la economía de nuestra comunidad mejoraría mucho mejorando el sector pesquero, debería ser uno de nuestros fuertes. Y después nosotros mismo tenemos que mejorar mucho, desde dentro. Deberíamos ser un sector más unido, por nosotros y para nosotros. Porque para poder conseguir cosas, lograr objetivos, debemos estar unidos o no tendremos fuerza a la hora de defenderlos y reivindicarlos. Eso es importantísimo. Es clave para conseguir cosas generales que influyan a toda Canarias.

–A lo largo de los años y de las generaciones, las pesquerías han ido cambiando, pescados que antes no eran apreciados, ahora sí tienen mercado, o a la inversa. ¿Qué se pescaba y qué se tiraba al mar si aparecía en las artes de pesca, antes y ahora?

–Cuando yo empecé a pescar, el gallo oceánico no se cogía. Es un pescado que al que no sepa se le hace difícil arreglarlo, como lo haría con una vieja o con una cabrilla. Recuerdo empezar a pescar con otros chicos y ellos decir “no, ese no” y yo decirles “sí, ya verás que lo vendemos”. Lo cogíamos, lo arreglábamos (que si sabes, es fácil) y nos pusimos a comercializarlo. Y ahora es una especie muy cotizada y muy valorada, una especie objetivo y mucha gente hay días que va a pescar eso solo.

«Cuando yo empecé a pescar, el gallo oceánico no se cogía, ahora es una especie muy cotizada y muy valorada»

–¿Pero hay algo que se coge y se devuelve al mar porque no es comercializable? ¿O todo lo que entra se aprovecha?

–Hay un factor tradicional, de costumbres, y a veces cuesta. De hecho, hay una especie a la que las generaciones modernas le hacen, quizás, menos caso: el conejo de profundidad. Sin embargo, tiene un mercado enorme entre la gente de más de 40 años, porque antes era un pescado muy cotizado. Es muy bueno de sabor, aunque es verdad que tiene mucha espina y hoy lo que se prefiere es la presentación del supermercado: cajitas de cartón con porciones de 300 gramos sin espinas. Es la gente mayor la que come ese tipo de pescado con espinas.

Periodista y pescador durante la entrevista a bordo del ‘Azor’.| FOTO TATO GONÇALVES
–¿Qué pescado te llevas tú a casa?

–A mí me gusta todo, la verdad. Y me gusta variar. Yo puedo comer pescado prácticamente todos los días, mientras que carne tres días seguidos ya me cuesta.

–Terminamos, un recuerdo dulce.

–Dulce es mi forma de vivir, pero yo lo ramificaría a que tengo la suerte de tener la vida que quiero, rodeado de las personas que quiero, y haber conseguido que mis ocios hayan sido, de alguna manera, mis trabajos.

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