Cita con Canarias

Luis Roca Arencibia, director del proyecto #savemobydick

“Gracias al rodaje de Moby Dick la gente de La Isleta comió carne en aquella época de penuria”, dice durante la entrevista que protagoniza para la sección “Cita con Canarias”, en la que explica detalles y curiosidades del rodaje de Moby Dick en Canarias y de la presencia en la ciudad de Las Palmas de John Huston y Gregory Peck. [Versión íntegra de la entrevista publicada en la edición impresa de PELLAGOFIO nº 20 (2ª época, mayo 2014)].

Por YURI MILLARES

Luis Roca Arencibia lleva años investigando y divulgando todo lo concerniente al rodaje en Canarias de la película Moby Dick, que a mediados de los años 50 del siglo XX trajo a Las Palmas a estrellas de Hollywood como John Huston o Gregory Peck. Al acercarse el 60 aniversario de aquella filmación en aguas de la bahía de El Confital, frente a la playa de las Canteras, reivindica como propuesta de turismo cultural que la ciudad establezca algunos hitos recordatorios de la película, protagonizada por la temible ballena blanca de Melville que, para la ocasión, se construyó en astilleros del puerto de La Luz y Las Palmas.

«No asociar a Las Palmas con el rodaje de la película sería seguir en un error en el que llevamos sesenta años»

■ OJO DE PEZ / Escenas con sabor a gloria

Por TATO GONÇALVES

La sesión de fotos la realizamos en el estudio, cerca del Confital, bahía donde se rodaron las escenas de una inquieta Moby Dick. Pero a Luis lo logramos trasladar, gracias al Photoshop, a escenas de aquel invierno de 1954-55 que le hubieran sabido a gloria, como el saque de honor que realizó Gregory Peck en el Estadio Insular el día de Navidad (ver foto de cabecera)●

Luis Roca Arencibia posa para el fotógrafo durante la sesión para la entrevista sobre la película Moby Dick.| FOTO TATO GONÇALVES
–Afirma que la película Moby Dick es la más importante rodada en Canarias y, sin embargo, no se ve ni un cachito de tierra de las islas. ¿La sentimos como algo nuestro a pesar de ello?

–Yo creo que tenemos que sentirla. Afortunadamente estamos viviendo ahora una época de eclosión de rodajes que deja esa época ya casi en un segundo plano. Pero durante el siglo XX es la más importante rodada en Canarias, sin duda. Y creo que hay mucha gente que sí la siente: las personas que participaron directamente desde luego, pero hay un ánimo entre la gente de la zona del Puerto donde se construyó la ballena y de la Puntilla y La Isleta, para quienes Moby Dick fue un acontecimiento especial.

–Debió ser toda una impresión para los habitantes de La Isleta ver por aquel barrio obrero a unas estrellas de Hollywood de carne y hueso… en 1955, sin tele, sin internet y, algunos, hasta sin radio.

–Y, además, España no terminaba de salir de las penurias de la posguerra. Canarias, alejada como estaba, también había sufrido esas penurias de una manera especial. Hay testimonios de la anécdota de que en aquella época casi no se comía carne (la gente de La Isleta mucho menos) y para la película la producción había establecido que se compraran unos kilos diarios de carne de res, para alimentar a las gaviotas que debían sobrevolar la ballena. La anécdota es que la gente de La Isleta lo que hizo fue quedarse con esos kilos de carne y echar sobras de pescado para que vinieran las gaviotas. Así fue como gracias a Moby Dick se pudo comer carne en aquellos tiempos.

«El rodaje en Canarias fue una cosa no prevista, por los problemas con las maquetas de dos ballenas anteriores que se destrozaron en aguas de Madeira»

–Carpinteros de ribera del puerto de La Luz en Las Palmas fueron los autores del principal protagonista de la película, la temible ballena blanca. ¿Se sabe por qué en los títulos de crédito se cita el rodaje en Gales y Madeira y no se menciona a Canarias?

–Yo creo que porque el rodaje en Canarias fue una cosa no prevista, por los problemas con las maquetas de dos ballenas anteriores que se destrozaron en aguas de Madeira. En Gales sí se rodó la primera parte como si fuera en Nantucket, pero Azores y Madeira son islas balleneras donde John Huston recabó mucha ayuda de los propios marineros de la zona, expertos en la caza de ballenas, para la película. Eso no fue así en Canarias, aquí llegaron cuando se habían destrozado esas maquetas y se encontraron con un puerto mayor y con capacidad para hacer la ballena y remolcarla y toda la logística necesaria. Yo creo que esos agradecimientos son personales de John Huston hacia personas (menciona a “los pescadores”) que le ayudaron a hacer la película. No es una mención específica de los lugares de rodaje y hay una confusión con ello. Pero hay gente que lo echa de menos.

Cartel de la película 'Moby Dick'./ ARCHIVO DEL PROYECTO SALVAR LA MEMORIA: 50 AÑOS DE TIRMA Y MOBY DICK
Cartel de la película ‘Moby Dick’.| ARCHIVO DEL PROYECTO SALVAR LA MEMORIA: 50 AÑOS DE TIRMA Y MOBY DICK
–John Huston y Gregory Peck, los más conocidos de aquella troupe, ¿eran tan parecidos al prototipo del americano de tantas películas: bebedores, juerguistas y jugadores de póker?

«John Huston arrastra una fama de bebedor como buen irlandés y parece que aquí no defraudó»

–Bueno, si no eran parecidos, la fama de que eran así se la llevaron de vuelta, por los testimonios que confirman todo tipo de “hazañas” de estos protagonistas. Por ejemplo, partidas de póker en el yate que estaba fondeado en El Confital, mientras esperaban el rodaje. Partidas de póker con montañas de dólares encima de la mesa. Uno de los testigos recuerda que, en un golpe de viento, los billetes se fueron volando al mar y el hermano de ese testigo se lanzó al agua para recuperarlos, recibiendo la mayor propina que le han dado en su vida. Otro ejemplo es que John Huston arrastra una fama de bebedor como buen irlandés y parece que aquí no defraudó: se habla de algún encuentro con el gobernador civil en el que acababa gateando debajo de la mesa acercándose a la mujer del gobernador, y también se recuerda cómo pedía abrir un determinado prostíbulo que había en Ciudad Jardín a altas horas de la madrugada con un ataque intempestivo y libidinoso.

El esqueleto de la ballena, a medio construir, en el varadero Hull Blyth de la Compañía Carbonera.| RAVELO (COLECCIÓN CÉSAR DÍAZ Y LEONARDO CABRERA EN EL BLOG “CONOCE LA ISLETA”)
El esqueleto de la ballena, a medio construir, en el varadero Hull Blyth de la Compañía Carbonera.| RAVELO (COLECCIÓN CÉSAR DÍAZ Y LEONARDO CABRERA EN EL BLOG “CONOCE LA ISLETA”)
“Pero la anécdota más conocida es la famosa del piano en el hotel Santa Catalina, de la que he oído muchas versiones, hasta la versión de que el piano acabó volando por la ventana. Pero una persona que estuvo allí me dijo “yo sé lo que pasó” y fue que unos canarios, fuertes, fueron al hotel sabiendo que estaba el equipo de rodaje en una de sus comidas después de un día de trabajo y que estaban bebiendo. Se retaron con el equipo inglés, a propuesta de los ingleses, a ver quién era capaz de cargar el piano y desplazarlo por las escaleras del salón del hotel. Es una anécdota que caza bien porque los técnicos de los equipos de rodaje, que manejan grúas, son gente ruda y muy fuerte y es muy posible que dijeran “nosotros sí somos capaces y ustedes no”. En una de esas parece que el piano se les fue de las manos y acabó rodando por las escaleras.

«Por una apuesta, el piano del hotel Santa Catalina se les fue de las manos y acabó rodando por las escaleras»

–¿Vivieron el rodaje en Las Palmas aislados de la realidad cotidiana o se les pudo ver en algún bar del Puerto echándose unos tollos y algún ron?

–Participaron en muchísimos actos sociales desde la llegada. Aparecieron en revistas nacionales, aparte de acompañarles el fotógrafo Erich Lessing, de la agencia Magnum, para hacer todo el reportaje fotográfico al que hemos tenido acceso recientemente. Y uno de los noticieros documentales españoles del Nodo dedicó uno de sus capítulos al rodaje de Moby Dick que se emitió en 1955. Ellos participaron en recepciones con la alta sociedad inglesa de la época y en actos públicos de la ciudad: como en el combate de boxeo en el Teatro Circo Cuyás, donde aparece John Huston en fotos entre el gentío viendo el combate en el que el actor negro de la película Edric Connor participó, combate del que hay testimonios que hablan de que se pidió a Gregory Peck que saludara a la enfervorizada multitud y éste subió al ring.

«Hubo un combate de boxeo en el Teatro Circo Cuyás en el que participó el actor negro de la película, Edric Connor»

“Hay también testimonios de paseos por [la calle] Triana absolutamente multitudinarios, porque además era un hombre de un metro noventa que ya sólo por eso llamaba muchísimo la atención. Y era una estrella que venía de hacer Vacaciones en Roma, nada más y nada menos, una de sus películas más emblemáticas, que además era romántica y en la que era el galán y está maravilloso junto a Audrey Hepburn. También hay constancia de su aceptación a participar en invitaciones como la del 25 de diciembre de 1954, día de Navidad, en el que protagoniza un saque de honor en el Estadio Insular como quedó reflejado en fotos.

–Por cierto, ¿dónde y qué comía el equipo de la película durante las sesiones de rodaje?

–Lo que es interesante, y hay que profundizar más, es que se habla del lugar de refrigerio del equipo después de las jornadas de rodaje (que eran diurnas) en el bar Juan Pérez, que estaba en La Puntilla (donde ahora está el restaurante La Oliva). Ese bar, además, hasta que cambió y sus dueños alquilaron al restaurante que está ahora, desde hace pocos años, conservaba fotos de la película que estamos pendientes de sumar a este proyecto. La impresión es que el equipo de rodaje, una vez que está aquí en una ciudad como Las Palmas de Gran Canaria, con un tamaño considerable y un puerto importante, se adecuaron totalmente a las comidas y las bebidas de aquí, aunque la fama de Huston y Gregory Peck es que eran bebedores de whisky (me imagino que se lo traerían de donde vinieran).

–Recientemente se ha rodado en Canarias una superproducción como Exodus, de Ridley Scott. Para la ocasión llegaron a Fuerteventura varios barcos cargados con cientos de vehículos y material de rodaje y varios aviones con cientos de trabajadores, además de los actores. En el caso de Moby Dick, ¿en qué consistió el desembarco?

–En el caso de Moby Dick hubo dos desembarcos. Uno por el aeropuerto de Gando con las estrellas, que es lo que suele ocurrir con los actores y el director, además de los cabezas de equipo, que vienen con un estatus diferente. Se dio la circunstancia, y es interesante aunque sea a nivel de la crónica rosa, de que Gregory Peck (que estaba casado) mantenía una relación con la periodista Veronique Passani, que había conocido en Italia rodando Vacaciones en Roma, y vino con ella alojándose ambos en el hotel Santa Catalina, aunque en habitaciones diferentes. Esto fue en diciembre de 1954 y un año después, el 31 de diciembre de 1955, se casaron y vivieron juntos el resto de sus días. Y hubo otro desembarco por hidroavión, pues en ese tiempo había una base de hidroaviones en el Puerto de La Luz y parte del equipo técnico que no tenía por qué venir por barco llegaron así. Aunque hay testimonios de que la cola vino en barco (porque lo que se rompió fue la ballena, cuya construcción tenía tres partes, la ballena con la cabeza y el morro, la cola aparte y un lado de la ballena para la escena en que Gregory Peck está clavándole el arpón), así como las barcas balleneras. Eso tiene sentido, aunque hay testimonios contrapuestos, ya que si se rompió [el cuerpo de] la ballena en Madeira, las barcas no tenían por qué haberse roto y era más fácil traerlas en barco que volverlas a construir. Pero hay trabajadores de Carbonera Canaria que afirman que también se construyeron aquí las barcas.

«Trato de poner en valor y promover la cultura cinematográfica en relación a Canarias porque hay gigantescos agujeros»

–Estamos hablando sobre una película y unos hechos que tuvieron lugar entre 1954 y 1955. Evidentemente, usted no estaba allí porque ni había nacido. ¿Cómo llegó a interesarse por esta película y dónde halló la fuente de la información que maneja?

–El interés es que en 1992 yo vuelvo a Canarias con la errónea información de que voy a dedicarme a vivir del cine aquí. Vine de estudiar en Madrid y vine pensando que se podía. Ahora sí estamos en el mejor momento de la historia para hacer cine en Canarias. Entonces, lo que hice fue tratar de poner en valor y promover la cultura cinematográfica en relación a Canarias. Y hay gigantescos agujeros. Y ese querer poner en valor esa cultura es lo que me llevó a Moby Dick y que del mayor y más importante rodaje del siglo XX haya sido yo la persona que ha dado a conocer los datos de las personas que participaron. Porque sí, se hablaba de la película pero en unos círculos ajenos al mundo del cine y que no ponían en valor ese rodaje, sino todo lo contrario en algunos casos, y hablaban de ello con cierto desprecio. Y se contaban cosas que, pasadas de boca en boca, sonaban ya como el tema del piano: increíbles. Cuando en 2005 se celebraba el 50 aniversario de la película, era la oportunidad (igual que ahora nos acercamos al 60 aniversario) para lanzar un proyecto en el que las personas que quisieran se acercaran para contar sus recuerdos y de ahí han salido numerosos datos y numerosos hijos de ese proyecto: películas, libros. Y el actual proyecto de una ruta turística es hijo también de eso.

–En efecto, ahora quiere compartir ese interés por el rodaje de Moby Dick creando unos hitos recordatorios por la ciudad, para que todos podamos sentir la emoción de aquellos días. ¿Fácil o difícil tarea?

–Para mí es facilísima. Pero no depende de mí, porque el proyecto es para la ciudad y la ciudad la rigen otras personas que no soy yo y a las que se les ha presentado el pre-proyecto. Hasta ahora han manifestado que les encanta y que lo vamos a hacer. Estoy a la espera de que ese apoyo se concrete y confiando en el sentido común, porque la ciudad lo merece después de sesenta años sin un recuerdo en la ciudad del rodaje. Y mirando más allá, asociar el nombre de Moby Dick a Las Palmas le da una amplitud y un giro a la promoción de la ciudad desde un punto de vista turístico, asociado a su vez a un tema cultural de la profundidad de esta obra, de incalculable valor. Porque no hay que olvidar que se trata de una las principales novelas de la literatura contemporánea y no asociarla a Las Palmas por el rodaje de la película sería seguir en el error en que llevamos sesenta años. Un error que puede ser explicable, pero que hay que salvar ya. Es más lo que Moby Dick le va a dar a Las Palmas, que lo que la ciudad le puede dar al rodaje de la película con todos los personajes que intervinieron en ella (el director John Huston, el guionista Ray Bradbury, el actor Gregory Peck, o el propio autor de la novela en que se basa, Melville).

–Terminamos, un recuerdo dulce.

–Relacionado con esto y a pesar de que hay momentos muy dulces, la mayor parte es duro y amargo. Hoy tuve un momento dulce, cada vez que escribo sobre cosas de cine y me escribe alguien, sobre todo gente joven que trabaja en rodajes y me dice “gracias por esos artículos, lo sigo mucho”… y después viene la pregunta “¿cómo puedo contactar con…?” –ríe–. Es decir, haber podido mantener una perseverancia de muchos años en unos momentos en que no es agradecido aquí en Canarias, porque hay tan poca gente que se puede dedicar a eso, que realmente no tiene una trascendencia social amplia. Pero los rodajes ahora sí están teniendo trascendencia y pueden tenerla más, porque vivimos el mejor momento desde 1885 para dedicarse al cine en Canarias. Pero esos sí son momentos dulces, cuando alguien te reconoce esa labor.

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