Cita con Canarias

Míchel Jorge Millares, coleccionista de guías turísticas

“La riqueza fácil que trajo el turismo cegó los ojos de muchísima gente”, dice Míchel Jorge Millares durante la entrevista, dedicada a hablar de la historia del turismo en Gran Canaria, de libros de viajeros y de un siglo de guías turísticas [Versión extensa de la entrevista publicada en la edición impresa de PELLAGOFIO nº 76 (2ª época, junio 2019)].

“Se hicieron infraestructuras sin capacidad para lo que venía y el territorio presenta disfunciones”

Por YURI MILLARES

Periodista antes que escritor, anteriormente fue “perito verbenero”, bromea Míchel Jorge Millares. Precisamente fue el profundo conocimiento de su isla natal por lo que le proponen escribir su primera guía turística de Gran Canaria. Meticuloso y concienzudo, buceó tanto en otras guías turísticas en busca de información sobre arquitectura o naturaleza que no hallaba en otras fuentes, que ha terminado convertido en un ávido coleccionista de guías y folletos de tiempos pretéritos llenas de curiosidades y, por supuesto, en un especialista imprescindible de la realidad turística de Canarias.

“La imagen de las Islas hasta mediados del siglo XX era la de un mundo totalmente subdesarrollado”

■ OJO DE PEZ / Mil cosas, mil anécdotas

Por TATO GONÇALVES
Carreteras serpenteantes, cruces y más cruces que sólo conocen los residentes locales y llegamos al bello valle y pueblo de Arbejales. Todavía faltaba un poquito más para llegar a la entrevista y la sesión de fotos. Allí, entre la tradición y la abstracción, en un entorno con encanto rural entre libros de viajes y guías muy sugerentes de Gran Canaria, Míchel nos enseña mil cosas y nos cuenta otras tantas anécdotas, entre otras, cuándo perdimos al turismo norteamericano y porqué. Volvimos a aprender ●

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Míchel Jorge Millares con una curiosa guía antigua de su colecciòn: ‘Gran Canaria. Picturesque Guide to the Island of Grand Canary’. | FOTO TATO GONÇALVES

–¿Cómo empieza la aventura que te especializa en turismo?

–Fue en 1991, cuando Diego Talavera, después de acceder a la dirección del periódico [La Provincia], no puede hacerse cargo de una nueva guía que le había encargado El País-Aguilar y sugiere que sea yo el que la haga. Fue a partir de ahí cuando empecé a coleccionar folletos, guías y material para documentar el contenido que podía tener.

–En aquel momento estabas en la sección de Región del periódico, llevando Gran Canaria, con lo cual conocías la isla por tu actividad periodística…

–Y porque había sido perito verbenero –ríe.

–…

–Yo dejé los estudios en sexto de Bachiller y estuve unos años sin estudiar. Me dediqué a patear y conocer la isla, iba a las fiestas. Por eso digo lo de perito verbenero (o perito playero), hasta que hice la mili en Madrid. Allí tenía un primo por la rama de los Jorge estudiando Imagen y un fin de semana fui con él a una fiesta en la facultad y me dije “esto está bien”. Me matriculé en COU, hice Periodismo.

“Pero durante todo ese tiempo, a pie, en autostop y en guagua me había recorrido la isla de Gran Canaria y casi todas las otras islas. Y Diego Talavera, que me veía en todas las fiestas (o yo lo veía a él), sabía que yo estaba más o menos al tanto de todo lo que sucedía. Por eso me sugirió a mí.

–¿Esa primera guía dio lugar a otras, o la cosa acabó ahí?

–Todo lo contrario. Vinieron más, y muchos artículos en revistas especializadas.

–¿Los editores ponen líneas rojas en cuanto a críticas que podrían ser negativas, todo tiene que ser bonito en una guía?

«Qué significa llamar ‘godo’ a alguien y la diferencia entre un godo y un peninsular. Eso está dicho en la guía»

–Una guía turística es promoción de un lugar con sus encantos y tú llevas un autocontrol, no haces un alegato medioambientalista… que podrías hacerlo y de hecho se cita. Al igual que explicas qué significa llamar godo a alguien y la diferencia entre un godo y un peninsular. Eso está dicho en la guía.

“Y también utilicé en un momento dado la frase de Pancho Guerra sobre la mentalidad o los prejuicios que había antes y los que hay ahora. Él decía que las mujeres son como los bizcochos de Moya, que los metes en una taza de café con leche y lo chupan todo. Esa frase en el contexto actual es absolutamente machista. Pero si vas a los cuentos de Pepe Monagas, el tabaco y el ron están a la orden del día. ¿Eso lo puedes utilizar? Sí, pero en un contexto distinto.

«Si lo comparas con el puerto, donde hay actividades económicas verdaderamente peligrosas, nocivas, insalubres y molestas, el turismo es una “industria blanda”»

–Cuando recomiendas visitar una serie de lugares de la isla, ¿huyes del sur-cemento y los envías a la cumbre-naturaleza o lo incluyes en tu recorrido?

–Entra todo. Las guías me han servido para conocer la actividad turística mucho más. Hace 55 años en Maspalomas no había nada de nada, no había actividad económica. Más arriba lo que había eran tomateros y de ahí para abajo, un pedregal y unas arenas.

“Ahora es el sector que da trabajo, directamente, a casi el 40% de la población de nuestra isla; indirectamente, echa tu a contar. Lo que está urbanizado no llega al 6%, pero es llamativo porque está concentrado justo en el litoral. Porcentualmente es muy pequeño y si lo comparas con el puerto, donde hay actividades económicas verdaderamente peligrosas, nocivas, insalubres y molestas, es una “industria blanda”.

–¿Por qué pasamos del turismo de balneario de principios del XX al turismo en masa de sol y playa a partir de los años 60?

–Hay dos motivos. Uno es la socialización del turismo: decimos “turismo de masas”, yo digo que es “turismo popular”, cuando desde 1936 el Gobierno del Frente Popular en Francia aprueba la primera ley de vacaciones pagadas.

“Hasta entonces lo que venía aquí era un turismo de élite. Con esa ley y, el otro motivo, los nuevos transportes, aparece el turismo de precios económicos con los chárter para una clase trabajadora o clase media baja que, en comparación con España, eran personas con un poder adquisitivo inalcanzable para la mayoría de los españoles.

“De hecho, el país estaba en una situación realmente precaria y de miseria y Manuel Fraga, cuando llega en 1961 al Ministerio de Información y Turismo, lanza el Spain is different y los planes especiales de turismo, convirtiendo la costa española (y sobre todo la canaria) en una fuente de ingreso de divisas que era lo que necesitaba España para consolidar el Plan de Estabilización y los Planes de Desarrollo.

“Paralelamente coincide con la Ley Strauss en Alemania, que permite invertir en países subdesarrollados el excedente económico que estaba generando ese país. Se produce entonces ese cambio del turismo de salud al turismo de sol y playa y de masas.

–¿Cómo está Gran Canaria en esos años 60 y quién promueve esa actividad turística?

«Las obras comienzan en 1962 y en apenas diez años Maspalomas supera el número de turistas que llegaba a Las Palmas de Gran Canaria, en la capital no se dieron cuenta del riesgo de pérdida de la actividad turística»

–Los primeros chárter son nórdicos y el auge turístico llama la atención de la familia condal, con el conde de la Vega Grande al frente, que llevaba mucho tiempo pensando qué hacer con Maspalomas. Se lanzan no a hacer un plan parcial o un proyecto de urbanización, sino a crear la gran ciudad turística que abarca el litoral de Maspalomas Costa Canaria y convocan un concurso internacional de ideas.

“El Cabildo Insular de aquellos años por lo que apostaba era por hacer un albergue o un parador en el oasis de Maspalomas. Tudurí (el arquitecto y paisajista que diseñó el parque de San Telmo, en Las Palmas) antes había proyectado hacer allí un canódromo, un hipódromo, un zoológico, una serie de cosas.

“Mucho antes, el propio Néstor de la Torre había dicho que la joya de la corona de Gran Canaria era Maspalomas y escribió algo así como: “Guardemos para el futuro, cuando haya medios y pensando en el porvenir el gran proyecto de Maspalomas”. El Conde coge el testigo y comienzan las obras en 1962 y en apenas diez años Maspalomas supera el número de turistas que llegaba a Las Palmas de Gran Canaria.

“En la capital no se dieron cuenta del riesgo de pérdida de la actividad turística. Creían que iban a tener éxito de por vida y no buscaron el medio para consolidar el turismo en la ciudad y facilitar que llegara hasta el Sur. Un proyecto que habría sido factible fue el tren vertebrado, sin embargo, no cuajó. No sólo eso, sino que intentaron impedir que se desarrollara Maspalomas.

–Siendo el turismo en Las Palmas también de playa, en torno a Las Canteras…

–Pero con un inconveniente, que no tiene tantas horas de sol como el Sur.

–El turista tampoco lo tenía difícil a la hora de elegir.

–Por lo que decíamos antes, pasamos de un turismo que venía a disfrutar del buen clima a un turismo de sol y playa puro y duro. Y eso se consolidó con Maspalomas Costa Canaria. El vuelco se produce en 1974, que coincide con la crisis política en el país: el turista buscaba un sitio seguro y en 1975 muere el dictador y se descoloniza el Sahara, viniendo un aluvión de emigrados que vuelven a Gran Canaria, creándose barrios como Pedro Hidalgo con barracones para poder recoger a todos esos expatriados. Y eso ya es el hundimiento del turismo en la capital.

–¿De ese primer turismo en Maspalomas en los años 60 a la actualidad, qué se hizo bien y qué se hizo mal?

«Una vez que comienza la actividad turística el ayuntamiento ‘se hizo grande’ y empieza a modificar y alterar las ideas que estaban plasmadas en los proyectos»

–En aquel tiempo había una comisión de urbanismo en la que estaba la familia condal con sus asesores y el propio alcalde de San Bartolomé, que en realidad era un empleado del Conde.

«Utilizando las propuestas que habían ganado el concurso internacional de ideas, que proponía construir pequeñas villas de alto standing repartidas en distintas zonas y mayor capacidad de alojamiento en la zona de Costa Meloneras, empezaron.

“También había otras ideas tan peregrinas como construir hoteles en medio de las dunas, poner un teleférico que las atravesara o convertir la charca en un muelle deportivo). Pero una vez que comienza la actividad turística (como dijo Ulises Medina en la Universidad de Verano de Maspalomas en uno de los cursos), el ayuntamiento “se hizo grande” y empieza a modificar y alterar las ideas que estaban plasmadas en los proyectos.

“La gestión administrativa de Maspalomas Costa Canaria, cuando la asume el ayuntamiento, empieza a romper todo el proyecto y la planificación que habían previsto los iniciadores, con empresarios y ejecutivos suecos que construyen los primeros complejos en San Agustín con cierta coherencia y construcciones adaptadas al territorio. Después, en los años 70, vino el desbarajuste. Ya no había una coherencia en los volúmenes y en el territorio, sino construir porque la rentabilidad era tan alta y tan rápida que la riqueza fácil cegó los ojos de muchísima gente.

–¿Tenemos un modelo de turismo sobredimensionado?

–Es un modelo turístico con una serie de inconvenientes. Tenemos más oferta de apartamentos (aunque se ha ido reduciendo) que de hoteles, cuando los apartamentos eran un modelo para que la señora siguiera asumiendo el rol de ser la que limpiaba, hacía la comida, etc.

“Ahora lo que se busca son hoteles donde el servicio sea para toda la familia. Se hicieron infraestructuras sin capacidad para lo que venía, se hacía una ocupación de suelo en horizontal, ocupando mucho suelo con bungalows y apartamentos que ahora presenta disfunciones al territorio.

«Los centros comerciales se convirtieron en grandes volúmenes ineficaces. El único que ha sobrevivido con éxito es Jumbo, porque se ha tematizado para el mundo LGTBI»

«Y, muy importante, los centros comerciales se convirtieron en grandes volúmenes ineficaces. El único que ha sobrevivido con éxito es Jumbo, porque se ha tematizado para el mundo LGTBI con apoyo institucional.

“En su momento tuvo el rechazo por parte de determinados sectores por temas morales e incluso hubo un jefe de policía de infausto recuerdo, Lindosa, que hacía represión contra los gays. El puesto lo perdió, y esto es una anécdota, porque un alcalde alemán estaba haciendo fotos del local de la policía y uno de sus agentes le dio una paliza, se armó un escándalo y Francisco Araña del Toro (fallecido la semana pasada) pidió echarlo al gobernador civil.

“Precisamente es el turismo el que nos abre la mente, porque recibíamos a gente que vivía en países democráticos, que tenían sindicatos, que tenían partidos políticos, que tenían educación sexual, que tenían diferentes religiones. Todo eso es un cóctel que nos hizo más abiertos a los canarios, aunque, aun así, venía gente como Lindosa con todos los prejuicios y la barbarie de la dictadura.

–Hablemos del presente.

«La expulsión del residente de determinadas zonas porque el alquiler turístico es más rentable está provocando la turismofobia»

–El presente es que existe un turismo mayoritario de bajo costo. Además, se está produciendo la gentrificación, la expulsión del residente de determinadas zonas porque el alquiler turístico es más rentable.

“Eso está provocando la turismofobia, una reacción que no es exclusivamente por el turismo. Ahora la sociedad civil está rechazando la actividad turística, cuando lo que tiene que hacer es implicarse y luchar por que mejore.

–Cambiemos de tercio. De escribir tus primeras guías turísticas pasaste a convertirte en un periodista dedicado a investigar y estudiar el fenómeno del turismo en Gran Canaria, todo un recorrido que ha ido acompañado por la búsqueda y colección de cuanta guía turística antigua podía llegar a tus manos…

–La colección de guías y publicaciones relacionadas con el turismo y su lectura es lo que me hizo ampliar el campo de visión del turismo y no verlo sólo como una actividad económica que depende de unos señores, sino que a lo largo de la historia ha tenido una evolución. Y ha tenido la intervención de prácticamente toda la sociedad de la isla.

«Grandes literatos que son incluso premios nacionales de literatura escriben guías y empiezas a darte cuenta de que es una literatura que tiene su altura pero que está como desprestigiada»

–Pues hablemos de guías. Al principio las buscabas para lograr datos para tus propias guías

–Sí, para completar datos, porque no había otras publicaciones donde consultar los elementos de posible atracción turística de las diferentes rutas, como los arquitectónicos.

“Y luego te das cuenta de que las guías no están escritas sólo por periodistas, sino por grandes literatos que son incluso premios nacionales de literatura como Carmen Laforet y Claudio de la Torre Millares, o destacados dramaturgos, poetas y compositores como Juan del Río Ayala, Manuel González Sosa, Lola de la Fé o Néstor Álamo. Empiezas a darte cuenta de que es una literatura que tiene su altura y su nivel pero que está como desprestigiada.

–¿El antecedente de esas guías, algunas firmadas por grandes autores, está en los libros de viajes de quienes escribían sus aventuras viajeras durante el siglo XIX con mayor o menor acierto?

«Británicos y alemanes que escriben sobre nuestras islas [a partir del XIX] lo hacen desde una perspectiva más pintoresca»

–En España ya teníamos las Cartas marruecas [en el siglo XVIII] y luego están aquellos viajeros, sobre todo británicos y alemanes, que escriben sobre nuestras islas [a partir del XIX]. Pero ellos lo hacen desde una perspectiva más pintoresca. Las guías turísticas lo que intentan es dar detalles para que una persona pueda orientarse correctamente.

“De hecho, las primeras guías (inspiradas en las Baedeker y Murray, Brown, etc.) tienen mucha documentación sobre precios, direcciones, datos históricos, hay tiendas y comercios, muchos anuncios de la época relacionados con sanatorios y aguas termales, o los deportes que se practicaban, etc. Son como listines telefónicos pero con información más amplia cuando todavía casi no había ni teléfonos aquí…

“Esas guías van evolucionando porque pasamos de un turismo de salud a un turismo de élite que es el que quiere acomodar el propio Néstor Martín Fernández de la Torre con el Pueblo Canario, con el Parador de Tejeda, con la Casa del Turista en el parque Santa Catalina, con los trajes típicos y el folclore y sus cuadros de Visiones de Gran Canaria. Porque él en lo que creía es que esto podría convertirse en una especie de Mónaco, de Saint Tropez o de Montecarlo, esas ciudades de la burguesía en las que la playa era lo menos importante frente a la vida lujosa en sociedad.

“De hecho, en una guía de 1911 aparece el proyecto de la barriada Carló [en la ciudad de Las Palmas], donde hoy está el barrio de Schamann. Y si te fijas en el diseño de las calles, hay un gran casino en medio, dos grandes hoteles y el resto son grandes villas para gente con un nivel adquisitivo impresionante. Y desde ahí, como se ve ahora desde Schamann, la vista sobre el puerto como en las grandes ciudades mediterráneas de lujo.

–¿Como pasó la lujosa barriada Carló a convertirse en el barrio de Schamann?

«En 1914 comienza la Primera Guerra Mundial y se arruinó el hotel Santa Catalina, cuyo único accionista canario era el Conde de la Vega Grande»

–Porque la familia Schamann compró todas esas propiedades a los Carló. El destino urbanístico cambia por la Primera Guerra Mundial. en el mismo mapa está el campo de golf (el primero de España), el campo del club de tenis que también es uno de los primeros de España. O sea que había En 1911 la ciudad vive un auge [del turismo].

“En la ciudad había trece hoteles, además del Santa Brígida y el Quiney en el Monte Lentiscal, hoteles de gran lujo en una población de apenas sesenta mil habitantes. Pero en 1914 comienza la Primera Guerra Mundial y, por ejemplo, se arruinó el hotel Santa Catalina, cuyo único accionista canario era el Conde de la Vega Grande. En islas el turismo siempre depende de factores exógenos, como las guerras o las crisis.

–¿Las primeras guías también tenían algo de pintoresco?

–Hay de todo. La guía Carnet Guanche, de 1914, es un libro donde no sólo aparecen planos con bastante información, algo muy importante porque gracias a los planos de las guías puedes ver la evolución de la red de infraestructuras de la isla. Pero aquí te aparecen los comercios y el precio de todo, ¡hasta del cemento o el movimiento de buques en el año!

–¿Para qué querrá un turista comprar cemento? Es casi más unas páginas amarillas o un anuario que una guía.

–Es como una enciclopedia o un anuario, la foto de la isla ese año.

–¿Cuál sería, de todas las guías de tu colección, la joya de la corona?

«La anécdota [de los libros de viajes del s. XIX] es que muchos son escritos por mujeres y con ilustraciones realizadas por mujeres»

–No hay una.

–¿Ni por la dificultad en conseguirla?

–Los más difíciles y caros son los libros de viajeros. Son de otros países, son más antiguos. La anécdota es que muchos son escritos por mujeres y con ilustraciones realizadas por mujeres.

–¿Por qué se da eso? Tenemos a Olivia Stone, Margaret D’Este y otras.

–Es curioso, quizás porque es en esa época cuando las mujeres empiezan a reclamar su espacio en la sociedad inglesa. Y luego te encuentras personajes como éste –muestra otra de las guías de su colección–, un norteamericano que vino a vivir aquí, Richard Walter, que publica Canary Island Adventure en 1923 y cuenta su vida en Gran Canaria y lo ilustra con fotografías de pescadores, del Cenobio de Valerón o de sus hijos jugando con otros niños pelados a rape por los piojos que cogían.

“La imagen que tenían las islas en estos libros hasta los años 40 y 50 del siglo XX era la de un mundo totalmente subdesarrollado.

–¿Hay alguna curiosidad o anécdota que te haya llamado la atención en estas guías antiguas?

–¡Cuando me encontré a nuestro tatarabuelo Agustín Millares Torres entrevistado por Olivia Stone! Pero, ¿cuántas páginas le vas a dedicar a esta entrevista? –risas–. Mira ésta, Spain is different, es un compendio de cómo tienen que tratar los españoles a los turistas, en la época de Fraga. También otras publicaciones para educar a la población española: Cartilla turística escolar, Turismo y comprensión internacional. Hay toda una labor de educación y propaganda al respecto.

–¿Paisajes o edificios en las guías que hoy ya no existen porque han desaparecido?

–En el Sur los primeros elementos turísticos, que debían haberse respetado por ser el origen de la actividad de la ciudad turística más importante de Europa, se los cargaron, como La Rotonda en San Agustín o el Restaurante Abanico.

«Hay una guía de Elizabeth Hopkinson que habla de cómo se colonizaron las islas con una libertad que no he visto en autores canarios»

–Hay guías inglesas, francesas, alemanas, ¿tienen un estilo distinto según el interés de sus nacionales a la hora de viajar?

–Todas son muy observadoras en torno a lo auténtico, a lo identitario. Pero hay una guía del Centro de Iniciativas y Turismo de Gran Canaria que contrató a una extranjera, Elizabeth Hopkinson, y habla de cómo se colonizaron las islas con una libertad y una sinceridad que no he visto en autores canarios.

“Parece que los canarios teníamos el complejo de decir que somos colonizados, víctimas y verdugos a la vez, porque somos descendientes de indígenas y conquistadores. Sin embargo, esta mujer lo dice abiertamente en el año 1964 en su Guía turística de Gran Canaria.

–Toda una rareza.

–Tenemos la experiencia de que nos hemos adaptado al turismo durante más de 150 años. Desde que conquistan la isla y llega Colón doce años después, nos hemos convertido en una plataforma de trasiego de flotas de países y de expediciones, incluso de científicos, pues casi todos han pasado por Canarias: Humboldt, Webb, ¡hasta Charles Darwin! que si no es porque su barco estaba en cuarentena hubiera desembarcado en las islas y, a lo mejor, la teoría de evolución la escribe en Tenerife o en Gran Canaria.

–Terminamos, un recuerdo dulce.

–Cómo me ha cambiado la vida todo esto. La historia del turismo y la defensa del turismo como un elemento de civilización se ha convertido en mi pasión. La historia de la humanidad es la historia de un viaje. El ser humano siempre se ha estado desplazando y el turismo es el máximo logro que ha desarrollado esa evolución del ser humano.

“¿Qué tiene sus problemas? Sí. ¿Qué puede generar situaciones indeseables? Por supuesto. Pero de eso tenemos que aprender. Nosotros tenemos en nuestro ADN el turismo: ¿Qué canario no ha tenido un padre, abuelo o bisabuelo que se haya relacionado con un extranjero? Eso en otros países no lo ves. Pero nosotros hemos convivido con esa realidad históricamente.

«La defensa del turismo como un elemento de civilización se ha convertido en mi pasión»

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