Santiago Bolaños, gerente del mercado municipal de Vegueta
“En el confinamiento repartimos una barbaridad, ahora somos referente en el reparto a domicilio”

“En el confinamiento repartimos una barbaridad, ahora somos referente en el reparto a domicilio”, dice Santiago Bolaños durante la entrevista en la que habla de los mercados municipales y su compromiso con las producciones agrarias locales. [Versión extensa de la entrevista publicada en la edición impresa de PELLAGOFIO nº 92 (2ª época, enero 2021)].
Por YURI MILLARES
El Mercado Digital Gran Canaria Me Gusta, que el Cabildo de esta isla puso en marcha con la creación de un directorio de productores locales al comienzo de confinamiento por la pandemia de la Covid-19, funciona desde diciembre como plataforma de venta directa online en la web grancanariamegusta.com. Los puesteros del Mercado de Vegueta, que fueron pioneros en organizar el reparto a domicilio en los primeros y más difíciles momentos, ofrecen en ella las frutas, verduras, quesos, carnes o pescados de la despensa canaria.
“Es una herramienta muy potente para conectar a clientes que demandan productos locales”, asegura el gerente del Mercado de Vegueta.
«Nuestro compromiso con el sector agrario fija empleo y mantiene el paisaje para las generaciones futuras»
■ OJO DE PEZ / ¡Gracias, frutero! “Los mercados municipales somos los canales de distribución naturales de las producciones agrarias locales”, insiste. Desde diciembre de 2020, además, en la plataforma digital Gran Canaria Me Gusta. Empezaron el reparto a domicilio al inicio de la pandemia. “Cuéntale al periodista tu anécdota. Todavía se me rayan los ojos”, le dice al puestero Víctor Suárez. “Llegué a una calle a repartir y una señora gritó desde un balcón ¡gracias frutero! y todos los vecinos de la calle empezaron a aplaudir” ● |
–Fruta, verdura y hasta carne y pescado por internet. ¿Cómo ha llegado el Mercado de Vegueta al Mercado Digital de Gran Canaria?
–Lo primero que hay que decir es que el mercado ha sido siempre un negocio esencial. A la gente le gusta ver la alimentación. “Esos plátanos los veo un poquito maduros”: ese trato personal es algo imposible por internet. No es lo mismo comprar un móvil que fruta, verdura, carne o pescado.
“No obstante, hay una demanda latente de clientes que no pueden ir al mercado, fundamentalmente por el horario. Una demanda que no sabíamos cómo abordar, es un tema complejo, no sólo para el Mercado de Vegueta, sino para la mayoría de los mercados de España, que se han planteado este asunto.
“Pero cuando llega el confinamiento por la pandemia y la gente no podía salir a la calle, no nos quedó otra. De la necesidad hicimos virtud. Al principio fue un poco complicado, pero después funcionó como un reloj, sobre todo una parte tan compleja como la logística: cómo llevarle el producto al cliente desde el mercado a su casa. Es lo que siempre nos preocupaba cómo resolver.
«Ya hemos visto con la pandemia las consecuencias de tener una economía muy pendiente de un sector, fundamentalmente del turismo»
“Es una iniciativa que pretende potenciar el consumo de productos locales, algo por lo que nosotros apostamos decididamente desde el Mercado de Vegueta. La gente viene al mercado a comprar producto local: las papas del país, la carne del país. Además, apostar por lo local es apostar por fijar puestos de trabajo en el sector primario, es apostar por diversificar una economía que está muy terciarizada.
“Ya hemos visto con la pandemia las consecuencias de tener una economía muy pendiente de un sector, fundamentalmente del turismo. Antes decíamos “sol y playa siempre habrá en Canarias”, “los turistas siempre vendrán”, pero, ¿quién se iba a imaginar esto?
“Nos estamos dando cuenta que aquellos países con una economía donde hay un equilibrio en entre los sectores primario, secundario y terciario son los que más fácilmente van a salir de esta crisis. Que no dependamos tanto de un sector terciario, aunque siempre va a ser el más potente por los servicios asociados al turismo. Pero si colaboramos a que se potencie el sector primario, se fijan puestos de trabajo y garantizamos nuestro paisaje natural para las generaciones futuras: en eso el mercado está absolutamente comprometido.
“Ahora, con esta plataforma digital del Cabildo, donde también colabora la Cámara de Comercio, confío en que haya una demanda que vaya creciendo y podamos conectar a esos consumidores que no pueden venir al mercado con las producciones agrarias locales.

–¿Cómo funciona la participación del Mercado de Vegueta en esa plataforma digital? ¿Cada puestero tiene su tienda virtual?
–Es un tema complicado. Hay que distinguir cómo lo hemos hecho hasta ahora y como vamos a hacerlo con la nueva plataforma de grancanariamegusta.com. Nosotros empezamos a prestar el servicio a domicilio con el confinamiento, al inicio de la pandemia, y lo hacíamos de forma doméstica.
“Al principio costó arrancar. A mí me lo llegan a decir una semana antes y digo “eso no se puede hacer”. Pero lo hicimos y lo hicimos bien, aunque cometimos errores. La mayoría de los clientes se quedaron conformes. El sistema era muy sencillo: llamabas por teléfono o mandabas un correo electrónico y nosotros preparábamos el pedido.
«Un cliente nos pidió cherne y como estábamos en las fechas de Semana Santa deduje que lo quería para hacer un sancocho»
–¿Qué errores?
–Recuerdo que me pasó a mí un caso concreto: un cliente nos pidió cherne y como estábamos en las fechas de Semana Santa deduje que lo quería para hacer un sancocho, pero cuando le llegó el pedido dice “no, yo lo quiero fresco”.
“Son errores que cometíamos al principio, pero fuimos indicando al cliente “procure dar cuantos más detalles, mejor”, para saber qué calidades, qué precios, que tipologías de producto son los que desea. Esa relación de los puesteros del mercado y el cliente la fuimos perfeccionando. También había clientes que pedían la fruta y la verdura de un puesto determinado y la carne de otro puesto determinado, porque ya los conocía.
“De este modo conformábamos el pedido y lo embalábamos perfectamente, para garantizar el transporte de productos perecederos como la carne o el pescado y que no se rompiera la cadena de frío. Contratamos un transportista externo con vehículo isotérmico que conoce bien la ciudad y sigue con nosotros, y a entregar.
–¿La compra se entregaba en el día?
«Llegamos a repartir más de 300 pedidos en un mes, una barbaridad para nosotros sin ninguna experiencia»
–Sí. Y llegamos a repartir una barbaridad de pedidos, aparte de los que repartían los propios comerciantes con clientes que se dirigían a ellos. Pero como Mercado de Vegueta llegamos a repartir más de 300 pedidos en un mes, una barbaridad para nosotros sin ninguna experiencia previa.
–Partiendo de cero.
–Partiendo de cero, literalmente, Yuri. Todo comenzó cuando el 15 de marzo, en pleno estado de alarma, no se podía salir a la calle. La policía te paraba en las rotondas, “¿a dónde va usted?” Y en el mercado no había clientes, ¡no había nadie en la calle, era increíble! No sabíamos qué hacer y a alguien se le ocurrió decir (que no fue a mí, ya me hubiera gustado): ¿por qué no hacemos un listado de teléfonos de los puestos que quieran repartir a domicilio y lo hacemos circular por Facebook y Whatsapp? Y así hicimos, no quedaba otra. Una cosa sencillita. Pues al día siguiente nos encontramos con 60 pedidos. ¿Y ahora qué hacemos?
–¿Y qué hicieron?
–¡Tuve que salir yo con un coche a repartirlos! Y llegaban pedidos de todas partes de la ciudad de Las Palmas y de municipios colindantes.
–En aquel momento el Cabildo también puso en marcha un directorio de contacto en grancanariamegusta.com que ahora ha convertido en el Mercado Digital de Gran Canaria.
–Sí el Cabildo ha desarrollado una plataforma mucho más potente de lo que fue el directorio inicial en el que están la mayoría de los comerciantes del Mercado de Vegueta. El cliente entra a la página web de grancanariamegusta.com, selecciona el Mercado de Vegueta y puede ver la foto del producto y el precio y se conforma el pedido, que llega aquí a un correo de la gerencia del mercado.
“A partir de ese momento realizamos el trabajo logístico como antes, conformamos el pedido y se lo llevamos al cliente. Tan convencidos estamos y tanto queremos apostar por este sistema que vamos a poner en marcha algo que todavía no tenemos: una consigna, en previsión de que aumente el volumen de pedidos, para tener un espacio con cámara de refrigeración donde guardar los productos, por si tenemos que entregarlos de un día para otro. Hasta ahora, los pedidos los hemos entregado el mismo día.
–Y es el mismo sistema que cuando empezaron, durante el confinamiento.
–La logística es la misma, el pedido es igual, pero el cliente me decía antes “quiero la manzana Golden más económica que haya”, por ejemplo; ahora entra en la web y tiene un menú para elegir, sabe qué manzanas son y a qué precio.
«Lo más habitual es el datáfono físico porque el cliente prefiere comprobar el pedido y pagar»
–Antes se pagaba al recibir el producto en el domicilio. ¿Y ahora?
–Ahora tenemos dos formas. Una es cuando recibes el pedido, con un datáfono que llevamos; la otra es el datáfono virtual a través de la web, pagando en la plataforma digital. Aunque lo más habitual es el datáfono físico porque el cliente prefiere comprobar el pedido y pagar.
“Que con el datáfono tenemos otra anécdota, porque es un medio de pago que algunos comerciantes del mercado no lo tenían antes de la pandemia (ahora sí, todos tienen). Y alguna vez me plantearon tener un datáfono del mercado por si hacía falta, pero yo pensaba que era complicado para después estar pagando a cada comerciante por separado.
“Pues bien, cuando empezamos con el reparto a domicilio no quedó otra. Al día siguiente llamé al banco “mira, tráeme un datáfono”. Empezamos a trabajar con él y resultó muy sencillo.
–Cuando hay problemas, se agudiza el ingenio en busca de soluciones.
–Claro. Pensábamos que era una complicación y cuando no te queda otra, lo haces y lo resuelves. Y después piensas “pero si no era tan complicado”. Tenemos un datáfono del Mercado que se lo lleva el transportista con los pedidos y la suma de cada puestero. Cobra el pedido y al día siguiente, cuando veo el abono en el banco, le hago una transferencia a cada comerciante por el producto que aportó a ese pedido.
«Al comienzo de la pandemia llegaban pedidos de todas partes de la ciudad y de los municipios colindantes»
–¿Y desde dónde llegan los pedidos: de los barrios cercanos al mercado o de más lejos?
–Al comienzo de la pandemia llegaban pedidos de todas partes de la ciudad y de los municipios colindantes y ya tenemos incluso algún cliente del Sur. Al cliente de nuestra zona de reparto no le cobramos por el transporte, sí tienen un coste los pedidos a más distancia y el cliente lo entiende. Por ejemplo, cuando lo llevamos a Playa del Inglés.
–Por curiosidad, ¿el pedido más habitual suele tener más de una cosa que de otra? ¿Quizás el pescado y la carne, que son más delicados, se piden menos?
–No. Tenemos unos pedidos medios de 90 euros y están conformados por todo tipo de productos, frutas, pescado, carne, lácteos, ultramarinos. El mercado es un negocio fundamentalmente presencial, pero una vez que pasó el confinamiento la gente ha vuelto a salir a la calle y ha bajado el número de pedidos por internet.
“Sin embargo, ha quedado una demanda de clientes habituales que están encantados. Hasta ya los conocemos y sabemos cómo quiere el producto, cuando pide pechuga de pollo, si la quiere entera o fileteada. Durante el confinamiento repartíamos la compra todos los días, de lunes a sábados, 20 compras diarias. Ahora, con la plataforma, tenemos un horario de reparto de martes y viernes.
«Antes de la pandemia estuvimos reflexionando cómo poner en marcha y siempre veíamos inconvenientes; la necesidad nos obligó»
–¿Cuál es el perfil del cliente, gente mayor que no sale de casa, gente que trabaja y no puede venir?
–Hay de todo. Tenemos clientes mayores que no salen de sus casas, tenemos clientes fidelizados que hacen compras grandes y tenemos clientes que trabajan y no pueden venir al mercado. Son clientes que están encantados con este servicio, que antes de la pandemia estuvimos reflexionando cómo poner en marcha y siempre veíamos inconvenientes.
“Fue la necesidad la que nos obligó. ¡Ahora me llaman de otros mercados!, de la Península, para saber cómo hacemos nosotros esto, porque nos hemos convertido en un referente. Yo creo que fuimos de los pocos mercados que pusimos en marcha este servicio en España; en Las Palmas, de forma centralizada, el único; y a nivel nacional también fuimos de los pocos, aparte de aquellos que ya lo tenían como el Mercado de Valencia. ¡Y una semana antes de la pandemia me parecía imposible!
«Recuerdo cuando podíamos besar y abrazar, la pandemia no ha puesto punto y final a ese recuerdo, v volverá»
–Terminamos, un recuerdo dulce.
–Recuerdo cuando podíamos besar y abrazar a nuestros seres más queridos sin preocuparnos por las mascarillas; cuando en el Mercado de Vegueta los comerciantes y los clientes no sólo se intercambiaban productos y servicios, sino que había una reciprocidad basada en el conocimiento y en la confianza mutua. Ese intercambio, que es fundamental en las relaciones humanas y que pone en circulación un inmenso caudal de recursos económicos y comerciales, que es propio, exclusivo y distintivo de los mercados municipales.
“Pero no es un recuerdo nostálgico, Yuri, porque la pandemia no ha puesto punto y final a ese recuerdo. Ese recuerdo volverá, estoy seguro, más pronto que tarde. Y con más fuerza. Y volveremos a recuperar un punto de encuentro que es mucho más que un mercado de abastos. Es un lugar donde el cliente, mientras espera su turno, los niños juegan y los adultos entablan conversación, el Mercado de Vegueta, que es un emblema de la ciudad.