Sergio Pérez, director territorial de Canarias Caja Rural

“Hay datos para el optimismo, la crisis ha favorecido que se vuelva a mirar al campo”, dice Sergio Pérez García, director territorial en Canarias de Canarias Caja Rural-Cajamar, en su entrevista para la sección “Cita con Canarias”. [Versión íntegra de la entrevista publicada en la edición impresa de PELLAGOFIO nº 25 (2ª época, noviembre 2014)].
Por YURI MILLARES
Inasequibles al desaliento. Así se muestran en Canarias Caja Rural, la firma en las Islas de la cooperativa de crédito española Cajamar, ante el pesimismo que reina en el sector primario por las dificultades que está atravesando en el archipiélago. Presumen de su ADN “agro” y promueven líneas de financiación que ayuden a agricultores y ganaderos, al tiempo que financian investigaciones punteras en centros propios y en cátedras universitarias. Al fin y al cabo, los beneficios para el sector lo son también para todos.
«El movimiento cooperativo tiene que unificarse, todavía es una asignatura pendiente en Canarias»
■ OJO DE PEZ / En los entresijos… mobiliarios Por TATO GONÇALVES Descubrir los entresijos (mobiliarios) de un banco de la importancia de la Caja Rural tiene su punto. Despachos de directores generales, mesas de consejos de administración donde se toman decisiones de mucho calado en el mundo rural canario; pues todo esto, a disposición del fotógrafo para realizar las tomas a Sergio Pérez, director territorial para Canarias. Muchas gracias por la disposición ● |
–Un director territorial de Caja Rural que es palmero seguro que tiene mucho que decir y proponer al sector agrario…
–El campo es un sector que si bien en toda la comunidad autónoma tiene un peso específico pequeño, yo creo que no llega al 2% del PIB, para nosotros es una prioridad. Y La Palma a nadie se le esconde que es una isla en la que muchas personas viven de su pequeña explotación de plátanos o de cultivar su finquita; mis padres, por ejemplo, tienen su huertita en la que se entretienen, ya jubilados. Como digo, el sector primario, más allá de su importancia económica dentro del PIB, es fundamental desde un punto de vista social, de cultura, de conocimiento y del arraigo que tienen las Islas a la agricultura, hace falta mantenerlo. Aunque los años lo que nos están diciendo de aquí para atrás es que cada vez hay menos superficie en explotación, el productor y el ganadero se encuentran con más problemas. Pero nuestra vocación es estar pegados a ellos.
–¿Y en qué se diferencian ustedes como cooperativa de crédito Canarias Caja Rural-Cajamar de un banco?
«En una cooperativa de crédito las minorías también tienen qué decir, porque se decide en función de un socio un voto. Así, al final, nuestras políticas tienen un fin más social»
–Yo creo que hay dos diferenciaciones fundamentales. Básicamente, el banco pertenece a sus accionistas; la cooperativa de crédito, como cualquier otra cooperativa, pertenece a sus socios. Un banco es una sociedad anónima, que se rige por las decisiones de quienes tienen más capital cuando optan por unas determinadas líneas de actuación; mientras que en una cooperativa de crédito las minorías también tienen qué decir, porque se decide en función de un socio un voto.
–Es más democrática.
–Más democrática y se escuchan a las minorías. Así, al final, nuestras políticas tienen un fin más social. De ahí el interés que tenemos porque nuestros clientes sean también socios. Así mismo, nos gusta poner sobre la mesa nuestra condición de caja rural, porque así nos diferenciamos respecto a otras entidades: préstamos puede dar cualquier banco, pero nuestra apuesta es el sector primario y eso es algo evidente y manifiesto. Además de nuestros servicios y productos financieros, tenemos fincas experimentales, una red de cátedras universitarias, una escuela de consejeros cooperativos, una sociedad de tecnología para el sector primario… toda una serie de valores añadidos que nos diferencian claramente de otras entidades financieras.
–Que aparezca la palabra “rural” como seña de identidad de su actividad ya nos indica su vocación. ¿Las palabras “tradición” e “innovación” forman parte de su vocabulario, o resultan incompatibles?
«Las historias de éxito en este mundo tan globalizado son las que van encaminadas a mejorar en eficiencia, en estructura de costes y en productividad: por eso, si no hay una inversión en investigación y en desarrollo no vamos a ningún sitio»
–Están totalmente integradas en nuestra “vocación”. Creo que el I+D , que siempre se identifica como un tema muy tecnológico ligado al sector de las telecomunicaciones y de la informática, tiene mucho que hacer y decir en un sector tan tradicional como el primario. De hecho, creo que las historias de éxito en este mundo tan globalizado son las que van encaminadas a mejorar en eficiencia, en estructura de costes y en productividad, y si no hay una inversión en investigación y en desarrollo no vamos a ningún sitio. Es algo que no solo me gusta decirlo de palabra, sino que hay hechos constatados en el tiempo, que hacen que nuestra entidad sea referente en cuanto al apoyo a la investigación y a la mejora de estructuras y de sistemas de producción dentro del sector primario.
–La agricultura canaria es un sector que se enfrenta a muchos problemas y retos de cara al futuro. ¿Cuál es el que más le preocupa? ¿O hay más de uno?
–Pues diré dos que están ahora mismo en boca de todos. El primero (y por enlazarlo con la pregunta anterior), es que la gente que trabaja en el sector primario tiene que ser consciente de que tiene que competir con otros países que tienen una mano de obra más barata. Por eso tenemos que ofrecer un producto de mayor calidad, mejorando nuestros sistemas de producción. Eso implica que las cooperativas y los productores en general deben apostar por la investigación y mejorar las infraestructuras de producción. Y el segundo, las ayudas y subvenciones que tiene el sector primario. Por un lado, son necesarias porque estamos en un territorio alejado de la Península y para llevar nuestro producto hay una serie de costes. Pero por temas presupuestarios que a nadie se le esconden, esas ayudas se han ido retrasando por parte de la Administración, lo que supone una asfixia financiera para muchos productores. Es una situación que debería tender a mejorar y por lo que me consta, hay una apuesta clara por parte de los gobiernos regional y central para corregirlo. Aparte de esos dos temas, hay un problema ligado a la orografía de Canarias: tenemos producciones pequeñas y muy atomizadas y el movimiento cooperativo tiene que unificarse, para buscar economías de escala y competir en mejores condiciones. Eso es todavía una asignatura pendiente en Canarias.
«El retraso en las ayudas y subvenciones supone una asfixia financiera para muchos productores»
–En el análisis del sector agrario que hace Canarias Caja Rural, ¿hay datos para el optimismo?, porque se respira mucho pesimismo.
–Se puede ser optimista, pero hay que corregir las cosas que se han venido haciendo mal hasta ahora, que han hecho que muchos productores hayan dejado de lado sus explotaciones agrícolas. No voy a decir que el sector primario está de moda, pero sí es cierto que la crisis ha favorecido que se vuelva a mirar al campo y que haya gente que quiera apostar por él. Y el sector primario todavía tiene mucho que decir en Canarias.
–Acaban de participar en la última edición de la Feria Internacional del Sector de Frutas y Hortalizas Fruit Attraction. ¿Para qué sirven este tipo de eventos?
–¿Las grandes ferias? Fruit Attraction es una feria en la que productores, comercializadores y organizaciones tienen como punto de encuentro todo el sector. Son positivas porque aprovechas para encontrarte con gente que, de otro modo, te supondría (y más si eres de Canarias) estar desplazándote de un lugar a otro para celebrar reuniones que tienes en la agenda, cuando en dos días de feria los puedes resolver. Son iniciativas interesantes para poner en contacto productores con comercializadores.
«Ferias como Fruit Attraction son iniciativas interesantes para poner en contacto productores con comercializadores. De otro modo, supondría (y más si eres de Canarias) estar desplazándote de un lugar a otro para celebrar reuniones»
–Desde luego, Canarias Caja Rural no perdió el tiempo: firmaron o renovaron importantes convenios, por ejemplo, con Asprocan y con Fedex. Nuestros exportadores pasan por momentos difíciles. ¿En qué pueden ustedes colaborar con sus necesidades?
–Básicamente, en los acuerdos con Fedex y con Asprocan lo que se establecen son unos convenios de actuación con tarifas especiales para todos los productores que estén dentro de la Federación de Exportadores Hortofrutícolas o en la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias, con líneas muy específicas para lo que ellos necesitan. Porque no es lo mismo darle un crédito o una tarjeta a un productor de papas, que a uno de tomates o que a uno de plátanos. En ese sentido intentamos amoldar todos los productos financieros que tenemos a las necesidades del productor y al ciclo de vida del producto.
–Precisamente uno de los problemas que tienen es la falta de liquidez: invierten, producen y llevan el producto a destino y pasa mucho tiempo hasta que cobran.
–Precisamente las entidades financieras estamos para solventar los problemas de liquidez que puedan tener y en el caso de Canarias Caja Rural-Cajamar ha sido y es una apuesta clara por nuestra parte, desde siempre y más ahora.
«Intentamos amoldar todos los productos financieros que tenemos a las necesidades del productor y al ciclo de vida del producto»
–Tienen ustedes un producto que se llama Tarjeta Agrofuerte, ¿para algo más que pagar el combustible o ir al supermercado, no?
–Por supuesto. Además, entra dentro de lo que nos diferencia. Tarjetas de crédito tienen todas las entidades financieras, pero nosotros tenemos una que se amolda a lo que necesita una explotación agrícola o ganadera. Por poner un ejemplo, si un productor de papaya tiene un ciclo de maduración de nueve meses, se puede poner que la forma de pago para los insumos que requiera esa explotación (abonos, fertilizantes, etc.) tenga nueve meses de carencia y se empiece a pagar a partir del décimo mes.
–Una parte importante de la labor que desarrolla Canarias Caja Rural-Cajamar es el apoyo a la investigación, por ejemplo, en proyectos para la mejora de la producción del tomate. ¿Cómo se concreta ese apoyo a la investigación?
–Cajamar cuenta con dos fincas experimentales, que se llevan un presupuesto importante, donde tenemos ingenieros que están haciendo investigaciones de primer nivel, para después ponerlo en conocimiento del sector. Cuanto mejor les vaya a nuestros socios y clientes en su actividad, mucho mejor nos va a ir a nosotros como entidad financiera. A nivel más local, hemos firmado un convenio de colaboración a través de la Fundación Canarias Caja Rural para desarrollar un trabajo de investigación denominado “Ensayos de inóculos microbianos para el incremento de producción sobre el cultivo del tomate”, para conseguir cero residuos químicos, que es lo que están exigiendo las cadenas de distribución. También organizamos jornadas técnicas en diferentes islas. Son cosas que benefician al sector y que nosotros ofrecemos de manera gratuita por nuestro ADN “agro”.
–¿Quién define la hoja de ruta de esas investigaciones: el sector les pide esa ayuda, los técnicos les proponen ideas?
[quote]Cajamar cuenta con dos fincas experimentales donde tenemos ingenieros que están haciendo investigaciones de primer nivel, para después ponerlo en conocimiento del sector[/quote]
–Es una comunicación completamente bilateral. Y aparte de las fincas experimentales, Cajamar tiene varias cátedras con diferentes universidades a nivel nacional, con las que también se establecen líneas de investigación punteras. Y los temas surgen a propuesta de los técnicos o porque son necesidades puras y duras del sector, como que entre un nuevo virus del tomate y sea una preocupación.
–Estamos hablando de la agricultura de exportación y sus productos, pero en Canarias hay un gran microcosmos de pequeños agricultores y ganaderos, con sus propias necesidades, muy diferentes entre sí y entre las islas, ya cultiven viña, planten papas o hagan queso. ¿Qué pasa con ellos?
–Tienen otras necesidades pero nuestra apuesta es también por ellos, que son sector primario. No distinguimos si son exportadores o productores del mercado local, la transferencia de conocimientos que ofrecemos es abierta a todo el mundo, y las líneas de financiación específica son válidas para todos. De hecho trabajamos con muchos pequeños productores. Estamos con el sector en general.
–Y ahora me dirijo a la persona, más que al director territorial de Canarias Caja Rural, ¿en su tiempo libre prefiere un paseo por el campo, o desconecta y se va a la playa?
–Para mi tiempo libre diría que soy más de campo. Me gusta mucho la bicicleta y yo creo que Gran Canaria, donde estoy ahora, se presta mucho para hacer rutas y encontrar tranquilidad en la naturaleza y disfrutar de paisajes muchas veces escondidos, lejos del alcance yendo en coche.
–Y si de disfrutar con la gastronomía de las Islas se trata, ¿qué plato y qué vino nos propone?
–Plato diría todos los de cuchara, porque siempre me han gustado. Un buen potaje canario, bienvenido sea. Mi padre hace un plato que le queda muy rico: garbanzos con bacalao. Y un vino, por decirte uno de aquí, el otro día probé unos vinos en Bandama bastante buenos. Creo que tenemos unos caldos, no sólo blancos sino tintos también, muy ricos y que hay que saber valorar.
–Terminamos: un recuerdo dulce.
–En lo personal, el nacimiento de mi hija hace tres meses. En lo profesional, la reciente adquisición del inmueble que compramos en la calle Triana, que va a ser la futura sede central de Cajamar en Canarias, un punto de inflexión y una apuesta clara por la tierra y por Canarias que se verá cuando salga adelante la obra, en un par de años.