Bodegas, uvas y vinos

Bodega Marzagana Elementales, vinos naturales pioneros

Viñas más que ecológicas, vinos más allá de la biodinámica

En muy pocos años, Claudio Miguel (Marzagana Elementales) ha pasado de no saber de viña a convertirse en un pionero del cultivo biodinámico de la viña y de la elaboración de vinos naturales en Canarias, elaboración que resume en “una frase de Jules Chauvet, el padre de los vinos naturales: cuanto menos toques el vino mejor”. [En PELLAGOFIO nº 89 (2ª época, octubre 2020)].

Por YURI MILLARES

“Yo sólo dejo que el vino se haga solo, en reposo en la bodega sin ninguna prisa. Mi vino es un alimento, es sano”, explica a PELLAGOFIO tras la primera vendimia de 2020 un día de finales de agosto, después de llevar 1.031 kilos de uva albillo criollo a la bodega. Todo empezó unos ocho años atrás cuando, en 2012, entró de medianero en una finca de viña en Los Gómez (valle de La Orotava, Tenerife).

“Yo no tenía ni idea. Empezamos a vivir allí y apareció un señor mayor que me enseñó a trabajar de la manera que se trabajaba antiguamente, que no creía en la agricultura química con pesticidas ni nada. Entonces empecé a trabajar como se hacía antes y me puse a hacer vinos”.

Claudio Miguel y su hijo Efrén el primer día de vendimia de la cosecha 2020. | FOTO TATO GONÇALVES
Racimo de uva albillo criollo en las manos de Claudio Miguel. | FOTO TATO GONÇALVES

No habían pasado cuatro años cuando le surgió la oportunidad de arrendar una finca de viña cercana, La Marzagana, en La Perdoma. Autodidacta con muchas ganas de aprender y, sobre todo, de hacer las cosas de otra manera (y más saludable) incluso la agricultura ecológica se le hizo poco.

“Aquí dicen que en el norte no se puede hacer agricultura ecológica porque la viña se pone enferma. Lo que pasa es que la gente está muy condicionada por los miedos y no da ese paso. Yo he ido más lejos aún con la agricultura biodinámica”.

Lo primero que hizo fue recuperar los suelos de una viña cultivada por métodos convencionales, aplicando las prácticas de la agricultura biodinámica, en este caso “empecé a darle unos preparados que se llaman Maria Thun para desintoxicar el suelo de pesticidas como el glifosato. En la viña, las hierbas te indican las carencias que tiene el suelo y esto estaba lleno de cenizo y de otra hierba que se llama ratonera. Ahora no, hay diversidad, hay equilibrio. Yo no riego la viña y ahora está verde; con los años y haciendo labores, está cada vez mejor. De hecho, la uva tiene mejor calidad y este año estamos cogiendo una uva sanísima”, resume satisfecho.

Claudio Miguel:
«Enterramos unos cuernos llenos con moñiga de vaca y cuando lo sacas es humus enriquecido»

Él abona en invierno sembrando leguminosas, gramíneas y crucíferas entre la viña, que después siega, momento en el que aplica el preparado 500P. “Enterramos unos cuernos en invierno llenos con moñiga de vaca y cuando lo sacas es jugo, es humus enriquecido. Lo aplicas y ves a los pocos meses la diferencia de color de los suelos, con más raíces, más húmedo: huele a suelo”.

Ismael, Mercedes y Juana. de vendimia en La Marzagana un día de calor extremo. | FOTO TATO GONÇALVES

La agricultura biodinámica es una marca registrada gestionada por la empresa Demeter International, que proporciona los preparados (para limpiar suelos o combatir las plagas, por ejemplo) y certifica las buenas prácticas en esta modalidad de cultivo y tratamientos.

«Las infusiones de plantas dan vitalidad a la viña; la cola de caballo es un fungicida potente»CLAUDIO MIGUEL

“Nos apoyamos mucho en infusiones de plantas que dan vitalidad a la viña para que no le entren enfermedades. Esa es la clave. Y luego te va a dar una fruta de calidad. La cola de caballo es un fungicida potente; también usamos ortiga, manzanilla, miel en rama.”, explica. “Aparte de todo eso, trabajamos según los ritmos de la luna. Nos llevamos por un calendario que se llama calendario biodinámico y el día ideal para vendimiar esta semana es el sábado porque es día de fruto; si la recojo el domingo, que es día de raíz, te va a dar más terroir”.

«La biodinámica añade unos preparados, en los que creerás o no, pero son muy buenos para el suelo»PABLO ALONSO

Pablo Alonso y Eva Parga, investigadores en el Instituto de Productos Naturales y Agrobiología del CSIC, en La Laguna (Tenerife), colaboran con Claudio Miguel interesados en la elaboración, estudio y análisis de sus vinos naturales.

“Científicamente no se ha demostrado que la biodinámica sea superior a la ecológica –explica Alonso–. La biodinámica lo que añade es una filosofía y recuperar mucho saber basado en la antroposofía (recuperar el conocimiento tradicional) que es, básicamente, a lo que se dedicó Rudolf Steiner. Yo prefiero una viticultura científica, pero natural. Ellos añaden unos preparados, en los que creerás o no, pero son muy buenos para el suelo: le aportan microbiología, le aportan vida. A cada enemigo que la naturaleza te pone, la biodinámica le da una respuesta natural”.

Eva Parga y Juana Dans entrando uva a la bodega en la vendimia 2020. | FOTO YURI MILLARES

El cultivo ecológico o en agricultura biodinámica son las únicas certificaciones oficiales (una pública, la otra privada) para la viña no convencional. “En bodega es donde puedes añadir ingredientes al hacer el vino, nosotros entendemos que el vino natural es el que no lleva nada añadido, no añades levaduras ni ningún tipo de corrector, ni siquiera sulfuroso –detalla Parga–. Pero en biodinámica y en ecológico están permitidos determinados ingredientes, también el sulfuroso”, cosa que evita el propio Claudio Miguel, que en su elaboración quiere vinos naturales todavía más allá de la biodinámica.

“Necesitas uva de calidad para obtener vino natural. Has visto que en el viñedo hemos tirado un montón de uva; en bodega todavía tiramos más. Buscamos que no entre nada con enfermedades y, segundo, que tenga una acidez muy buena”, dice Pablo Alonso de los vinos naturales del bodeguero.

■ MARZAGANA TINTO JOVEN
Mineral, equilibrado y muy amable


Bodega: Claudio Luis Miguel Lorenzo. / Tinto natural de uvas listan negro 90% y castellana 10%. / Finca: La Marzagana (La Orotava). / Añada: 2019. / Graduación: 12,5º ●

Para el sumiller Mario Reyes, “huele a los vinos caseros que se hacían antes en Canarias, pero bien elaborado con los conocimientos de hoy y no estamos acostumbrados: entre la hierba seca y la tierra mojada (un poco en la línea del estiércol muy suave, pero no desagradable). Con reducción típica de la uva listán y del terroir (aromas de un entorno agrícola), necesita aireación y empieza a aparecer el carácter mineral del vino canario. La clave de estos vinos es la boca. Está hecho para beberse, muy armónico y perfectamente equilibrado, tiene acidez y madurez. Aquí sí sabe a fruta. No es muy largo, pero sí sabroso; al no trabajar la parte química, notas la sensación del tanino, es el típico vino que está muy amable. ¡A mí me parece que está buenísimo!”.

■ MARZAGANA TINTO CRIANZA
Nariz agradable, nervio y fruta en boca


Bodega: Claudio Luis Miguel Lorenzo. / Tinto natural 12 meses en barrica de castaño de uvas listan negro 60% y castellana 40%. / Finca: La Marzagana (La Orotava). / Añada: 2019. / Graduación: 14º ●

Aromáticamente más abierto que el tinto joven, “es un vino que da gusto oler sin que tenga una parte aromática a algo específico; balsámico, con un punto ácido agradable de zumo de fruta y un fondo de madera de bosque, de hojas secas. Huele muy bien. Y otra vez mucho equilibrio en boca en este tipo de vinos bien hechos: hay volumen, está por toda la boca y no se nota la graduación alcohólica que tiene. Es uno de esos vinos que una noche cenando en tu casa se te hace poco una botella. Un vino agradabilísimo”, destaca Mario Reyes. Para el también sumiller Daniel Ramos, tiene “mucho nervio, intensidad, fruta. Me gusta mucho. También se le nota un toquito de piel de naranja amarga, propia de este estilo de vino, sin encorsetar”.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba