El encaje de los vinos de Tenerife en las distintas DOP

En los últimos meses el sector vitivinícola en Tenerife está mostrando algunas tensiones, a propósito del encaje de las distintas denominaciones de origen comarcales de sus vinos en un presente en el que también existe una DO de carácter regional (“Islas Canarias”) a la vez que se plantea la creación de la DO insular que aún no tiene esta isla. PELLAGOFIO ha pedido su opinión al presidente de los empresarios del sector y al consejero insular de agricultura.. [En PELLAGOFIO nº 18 (2ª época, marzo 2014)].
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HUGO LUENGO
Presidente de Avibo y la DOP Islas Canarias
Otras coordenadas 51. La DOP Islas Canarias
Por JOSÉ JOAQUÍN BETHENCOURT
Consejero Insular de Agricultura, Ganadería y Pesca del Cabildo de Tenerife
Integración y diversidad de los vinos de Tenerife
■ DEBATE Comarca, isla y región en el encaje de los vinos de Tenerife en distintas denominaciones de origen |
Otras coordenadas 51. La DOP Islas Canarias
Por HUGO LUENGO
Presidente de Avibo y la DOP Islas Canarias
Crisis y oportunidades están en el idioma chino soportadas en el mismo ideograma. La oportunidad que para el sector del vino de Canarias nos ofrece la actual crisis, la estamos abordando entre otros mecanismos, a través de la “Denominación de Origen Protegida Islas Canarias”, cuyo ámbito de implantación es la Comunidad Autónoma y se gestiona a través de la Asociación Empresarial de Viticultores y Bodegueros de Canarias (Avibo), que a la fecha integra en torno al 80% del sector del vino de las Islas.
Avibo tiene cedidos por la Consejería las capacidades para ser “Órgano de Gestión” de la DOP Islas Canarias desde diciembre de 2012, siendo ésta una DOP peculiar, que es de “adscripción voluntaria”, y permite que se integre en ella cualquier bodega y viticultor, y además que cualquier bodega ejerza su actividad simultáneamente, con su DO propia y ésta nueva, Islas Canarias. Permite que de forma voluntaria la bodega destine cada año su vinos a una u otra DOP, siempre con las normas de “calidad y trazabilidad” exigidas al mundo del vino. Producto agrario-alimentario hoy
con el mayor nivel de exigencia de todo el mercado.
«La DOP Islas Canarias permite que se integre en ella cualquier bodega y viticultor simultáneamente con su DO propia y ésta nueva»
La flexibilidad que nos ofrece esta nueva DOP no es otra cosa que la respuesta económica a la situación del sector en las Islas. La primera respuesta, necesidad de Representación Unitaria, con la que venimos en estos días abordando la revisión del régimen POSEI-REA, la modificación ya aprobada del AIEM del 5% para los vinos de importación, el nuevo REF y la propuesta de nuevo “Decreto de Bodegas”, que elevamos el 20 de febrero a la Presidencia del Gobierno y Consejería de Agricultura. Sólo desde la unidad del sector y en ámbito regional pueden plantearse estas cuestiones.
Modelo organizativo
Dos temas más para situar el valor de la DOP Islas Canarias. El “modelo organizativo” que precisa está en sus inicios y deberá resolver el encaje con las actuales DO insulares y las comarcales de Tenerife. Hay quien la mira con recelo, cuando es el instrumento para sumar esfuerzos. La solución reside en convertir el conjunto en una estructura de prestación de servicios, concertada y sostenible. El elevado nivel profesional y experiencia de los actuales técnicos de los consejos reguladores, permite la adaptación natural de sus estructuras al nuevo modelo.
Para ello es preciso desarrollar “Convenios de Colaboración” voluntarios entre la DOP Islas Canarias y las DOP que así lo convengan, para prestar los actuales servicios y desarrollar el conjunto de los nuevos servicios que el sector precisa. Reaccionar en positivo a los nuevos tiempos, en el marco regional del sector y con el menor coste. Coordinación horizontal.
«No saben nuestros consumidores que una DOP impide comprar uva fuera de ella y obliga a tener dos bodegas, cuando nuestro viñedo está al otro lado del barranco»
Por último, “el modelo empresarial” del sector vitivinícola de Canarias tiene que ser el de la libre empresa, como no puede ser de otra manera. Por ello precisamos el instrumento de la DOP Islas Canarias. Dar el salto a la escala y mercado exterior. No saben nuestros consumidores que una DOP impide comprar uva fuera de ella y obliga a tener dos bodegas, cuando nuestro viñedo está al otro lado del barranco, como en Tenerife, o en otra isla en Canarias.
Superados los mínimos, vienen las oportunidades que ofrece la DOP Islas Canarias. Hemos conseguido luego de tres años hacerla operativa. En el año 2013 hemos certificado en la DOP Islas Canarias 1,2 millones de kg, el 13% del vino de las DOP de Canarias. A partir de este año deberemos consolidarla.
La «Marca Canarias» en el mercado
Un gran éxito, su valor como “Marca en el Mercado”, por encima de las islas y sobre todo hacia el mercado exterior, donde la “Marca Canarias” se cotiza. Agradecemos a Turismo de Canarias, por habernos cedido el uso del logo de “Canarias Volcánica” en la contraetiqueta. Estamos recibiendo numerosos apoyos y ofertas de colaboración para el marketing de la DOP Islas Canarias.
«La exportación es el principal mecanismo económico para poder equilibrar a medio plazo el sector vitivinícola de Canarias»
Además del marketing, la exportación es el principal mecanismo económico para poder equilibrar a medio plazo el sector vitivinícola de Canarias, por dos razones. Canarias tiene una producción actual muy irregular, entre 30 y 10 millones de botellas al año y sólo tiene en torno al 15% del mercado interno, de 60 millones de botellas, con un coste medio de botella claramente por encima del vino de importación. El análisis de esta situación, y en términos de estrategia, aconseja ampliar el mercado. Hacia el exterior somos un agente en la economía global de “variedades prefiloxéricas singulares”. Podemos cobrar la diferencia y su calidad. Al tiempo, prestigiar nuestros vinos.
Para estabilizar en el medio plazo el sector vitivinícola de Canarias, sería necesario además de todo lo dicho, que el sector exportador llegue a situarse en torno al 50% del total. Aquí se encuentra nuestro punto de equilibrio. Con la clave en la viticultura, el verdadero corazón del sistema, que de paso asegura un “medio ambiente y paisaje” que sostiene al turismo. Hacia dentro, al tiempo, tenemos que potenciar la estrategia de desarrollo local del sector coordinada a su vez con el turismo ●
Integración y diversidad de los vinos de Tenerife
Por JOSÉ JOAQUÍN BETHENCOURT
Consejero Insular de Agricultura, Ganadería y Pesca del Cabildo de Tenerife
Hace décadas, el Cabildo de Tenerife participó activamente en el renacimiento del sector. Las denominaciones de origen, las bodegas comarcales, la Casa del Vino, el Laboratorio Insular del Vino, por poner sólo algunos ejemplos, son el resultado del esfuerzo de aquellos años. Fue un esfuerzo colectivo. Las cosas se hicieron conforme a las circunstancias del momento. Y se trazó un camino que nos ha llevado hasta hoy.
Hoy se hacen magníficos vinos en toda Canarias, pero Tenerife sigue liderando cuantitativamente la oferta regional. Por ello es tan importante lo que ocurra en Tenerife. Por ese motivo, la prudencia debe guiarnos siempre; no son recomendables los saltos al vacío, sin red.
Independientemente de los verdaderos retos que tiene hoy el sector, y que guardan relación con la competitividad, lo cierto es que desde hace años está en cuestión el modelo organizativo. En mi opinión, el modelo no ha sabido evolucionar con el tiempo. Atrás quedan los años en los [pullquote1 quotes=»true» align=»right» variation=»steelblue»]Lo que toca es integrarse, aprender juntos, tener una sola voz. Pero, ¿merecen las denominaciones de origen desaparecer sin más? Honestamente, no lo creo[/pullquote1]que de forma consecutiva fueron apareciendo las denominaciones de origen, hasta cinco, en Tenerife; e incluso una subzona, Anaga. El proceso pudo haber sido diferente pero fue como fue, para bien o para mal.
¿Y ahora qué?
¿Y ahora qué? Ahora lo que toca es integrarse, sumar, aprender juntos, tener una sola voz. Pero, ¿debemos para ello renunciar a lo que tanto ha costado conseguir? ¿Merecen las denominaciones de origen desaparecer, así, sin más? Honestamente, no sólo no lo creo, sino que pienso que simplemente no es necesario ni conveniente. Sólo debemos ampliar el foco sin renunciar a la diversidad.
«La existencia de once consejos es un obstáculo para la unidad de acción, y esa unidad es imprescindible para ganar el mercado pero sin renunciar a la diversidad»
Lo primero es llevar la reflexión al terreno adecuado. Una cosa es el modelo organizativo, y otra las figuras de protección. Puede parecer una sutileza, pero es que no son la misma cosa. En Canarias existen once denominaciones de origen, cinco de ellas en Tenerife y una en cada una de las restantes islas a excepción de Fuerteventura. La última en incorporarse ha sido la que, con el nombre «Islas Canarias», permite la elaboración de vinos con uva procedente de distintas islas y comarcas. ]La gestión de cada una de estas denominaciones de origen recae en un consejo regulador, de manera que en Canarias operan once consejos reguladores. Y a mi modo de ver es ahí donde reside el problema: la existencia de once consejos es un obstáculo para la unidad de acción, y esa unidad es imprescindible para ganar el mercado.
Propuesta del Cabildo
Pero, ¿debemos renunciar a la diversidad que nos caracteriza por lograr esa unidad de acción? En absoluto. La solución no es nada compleja. Permítanme que me sirva de una figura geométrica para explicarlo. La propuesta que hacemos desde el Cabildo de Tenerife, y que muchos comparten, se asemeja a una pirámide invertida, que desde la DO Canarias se despliega sucesivamente en denominaciones de origen insulares y comarcales.
«La propuesta que hacemos desde el Cabildo de Tenerife se asemeja a una pirámide invertida, que desde la DO Canarias se despliega sucesivamente en denominaciones de origen insulares y comarcales»
Será cada bodega la que decidirá con qué denominación de origen quiere contraetiquetar un vino concreto, para lo que deberá cumplir los requisitos recogidos en el reglamento correspondiente. Así, una bodega con sede en el municipio tinerfeño de Arico, por ejemplo, podrá tener un vino de la DO Canarias elaborado con uva de Tenerife y La Palma, otro de la DO Tenerife, en el que sólo hallaremos uva tinerfeña, y un vino de la DO Abona, donde la totalidad de la uva habrá de proceder de dicha comarca. Esa misma bodega, asimismo, podría optar por elaborar un vino con uva de una parcela específica. Este modelo permitiría a la bodega del ejemplo orientarse al mercado deseado con total flexibilidad. Cuántas veces hemos escuchado eso de que el cliente siempre tiene la razón. Pero es que, además, no todos los clientes buscan lo mismo. Ni tampoco son iguales todos los mercados: en el local tienen más arraigo las denominaciones de origen comarcales e insulares, mientras que en el mercado internacional, Canarias, como «marca paraguas» asociada a un destino turístico, puede añadir valor.
Puestos a poner orden en la organización de todo este entramado de figuras de protección, nada mejor que recurrir al hecho insular, ese que nos define, y que está presente en la naturaleza de muchas entidades de Canarias. Un consejo regulador por isla garantiza el equilibrio entre diversidad y unidad. La Asociación de Viticultores y Bodegueros de Canarias (Avibo), patronal del sector, asumiría la representación institucional, asegurando así que la unidad de acción es real.
Esta es nuestra idea, pero si algo tenemos claro en el Cabildo de Tenerife es que el sector tiene la última palabra. Podremos “poner mesa y mantel” para facilitar un acuerdo de integración, pero nunca intentaremos imponer un modelo. De hecho, nadie debe imponer el suyo. Lo que sí reivindicamos es nuestro derecho a seguir trabajando por el sector vitivinícola de Tenerife y de Canarias, un sector con futuro si todos remamos en la misma dirección ●