La Grieta tinto, primer vino sumergido de Lanzarote

Ricardo Socas, inquieto emprendedor al frente de la bodega Malpaís de Máguez ya lo había intentado antes, en 2013, a modo de experiencia con unas pocas botellas de sus vinos malvasía y tinto. El resultado lo ha animado a sumergir ahora una partida de su tinto 2015, con un desenlace que diversos expertos han confirmado: el mismo vino evoluciona diferente en tierra que sumergido en el mar. [En PELLAGOFIO nº 49 (2ª época, enero 2017)].
Por YURI MILLARES
Experto buceador, a Ricardo Socas se le ocurrió hace unos años observar la evolución de su vino si lo sumergía en el océano. “En el agua, la burbuja de aire sube a una media de tres metros por minuto. Lo que yo hice es bajar las botellas a la misma velocidad, para que el tapón no se me desplazara y no se perdiera la cámara de aire. La primera vez metí blanco y tinto, a ver lo que pasaba. Y la verdad es que el tinto fue la bomba cuando se cató en el consejo regulador de la DO Lanzarote”.

Aquella experiencia, que realizó en 2013 en Punta Mujeres (costa este de Lanzarote) con una autorización provisional de la Demarcación de Costas, la quiso convertir en un producto a comercializar como tal, pero a la espera de una autorización definitiva en su propia isla, ha sumergido durante tres meses y medio de 2016 un primer lote de 500 botellas de su tinto La Grieta en la costa de Abona (Tenerife).
Muy importante para el buen resultado de esa inmersión de su vino fue la decisión de escoger un tapón de corcho especial, capaz de soportar el entorno marino a la vez que permitir respirar a la botella. Lo encontró en un tapón técnico microgranulado de la empresa Diam Corchos, de Badajoz, con una patente de extracción de las partículas causantes de las desviaciones sensoriales (el llamado “sabor a corcho”) que a la vez mantiene una gran elasticidad por su fabricación con microesferas.
«Enviamos al laboratorio enológico de Groupe ICV en Lattes (Francia) el mismo vino, embotellado el mismo día, con el mismo tapón, para su análisis»JAVIER GALLARZA (Diam Corchos)
Análisis químico y sensorial
La misma empresa fabricante encargó, a un laboratorio enológico sobre tapones y condiciones de embotellado del Groupe ICV, en Lattes (Francia), un completo análisis comparativo químico y sensorial del vino en sus dos versiones. “Les enviamos el mismo vino, embotellado el mismo día, con el mismo tapón”, ha explicado Javier Gallarza, director comercial en España de Diam Corchos, en conversación telefónica con PELLAGOFIO. “Los análisis químicos de los dos vinos no presentan diferencias significativas, pero en la parte sensorial sí hay una diferencia bastante clara”, afirma.

La analítica química del vino mostró “unos parámetros prácticamente idénticos”, dice, “pero debido a las diferentes condiciones de conservación durante esos meses, han evolucionado de forma distinta y tienen unas características aromáticas diferentes, aunque en los dos casos los perfiles sensoriales son limpios y francos. Las diferencias más significativas, lo leo directamente del informe en francés, son, primero que hay una diferencia de color: el que ha estado sumergido es algo más claro. El que no ha estado sumergido tiene notas de frutos rojos y especias (pimienta); el que ha estado sumergido tiene notas de pimienta y de tipo amaderado en nariz, en boca es más amplio y presenta notas de vainilla suplementarias. El que ha estado sumergido, pues, presenta una evolución más marcada”, concluye.
Influencia marina
Llegado el día de la presentación del vino en acto público en el Museo Internacional de Arte Contemporáneo Castillo de San José (Arrecife de Lanzarote), el 14 de diciembre, Ricardo Socas contó con la intervención de Juan Carlos Jiménez (licenciado en Biología especializado en el ámbito marino) y Gustavo Palomo (Premio al Mejor Sumiller de Canarias 2010 y 2012 y Finalista Nariz de Oro 2011), para profundizar en el conocimiento de las características de su tinto sumergido.
“El vino ha estado a 18 metros de profundidad en la vertiente sureste de la isla de Tenerife, a una presión de 2,8 atmósferas (lo normal en tierra es 1 atmósfera) que ayuda a la entrada de los gases al interior de la botella, en unas condiciones del mar que fueron, a esa profundidad, de 17-18 grados de temperatura por el afloramiento de aguas profundas; una alta concentración de oxígeno, por ecosistemas como los sebadales en fondos arenosos que generan bastante oxígeno; y oscuridad, pues en cuanto se sumerge en el agua unos metros la luz ya no va llegando, lo que nos interesa par el vino”, resumió Juan Carlos Jiménez.
También destacó la importancia de la orientación de las botellas por la energía del mar. “Tenemos unas corrientes bastante rápidas y con bastante energía que al pasar entre Gran Canaria y Tenerife cogen más velocidad y aplican una pequeña vibración a las botellas que favorece la microoxigenación”.
«Tenemos unas corrientes bastante rápidas y con bastante energía que aplican una pequeña vibración a las botellas y favorecen la microoxigenación»JUAN CARLOS JIMÉNEZ (biólogo)
Tres catadores
“Yo lo primero que recomendaría es oler la botella –comenzó Gustavo Palomo su cata de La Grieta sumergido– por esos aromas marinos, a mejillón, a lapa, a marea. Un vino que yo no consumiría a más de 15 grados de temperatura. De un color rojo picota muy intenso, un color precioso con una evolución magnífica, al olerlo encontramos notas a fruta roja (fresa, frambuesa) y con el ensamblaje de su uva lo que más destaca son notas a cuero, chocolate puro, tabaco, balsámicas, regaliz negro. En boca, en el primer trago vamos a notar ese puntito salado, el ensamblaje de la fruta que vimos y esa astringencia maravillosa con ese punto de madera que tiene”.
«De un color precioso con una evolución magnífica; al olerlo, en el ensamblaje de su uva lo que más destaca son notas balsámicas y de regaliz negro»GUSTAVO PALOMO (sumiller)
Entre el público invitado también se encontraba Carmen Rodríguez Galván (jueza internacional de cata y delegada en España del concurso Mediterranean International Wine & Spirit Challenge). “Nos encontramos ante un vino interesante, atractivo y misterioso que despierta nuestra curiosidad al conocer que ha sido envejecido tres meses en el fondo del mar, curiosidad que se agudiza cuando nos dicen que tiene un gemelo que ha caminado en paralelo en la superficie terrestre”, ha comentado a PELLAGOFIO. “Un vino que después de haber sido mecido en los brazos de Neptuno se ha convertido en un adulto dulce y cautivador”, resume [ver su cata detallada en esta misma página].
Mario Reyes, colaborador habitual de esta revista y uno de los sumilleres canarios más brillantes entre los profesionales del vino en España, ha realizado una cata comparativa de las dos versiones de este vino para PELLAGOFIO.
«Un vino sabrosote que necesita gastronomía y al que todavía se le augura una vida en botella interesante por esa acidez que tiene»MARIO REYES (sumiller)
“En ambos casos destaca un color interesante, con buena capa, un vino oscuro típico de la zona de Haría y de las variedades que incorpora el bodeguero [además de la listán negro], como la cabernet y la syrah, que aportan ese color más intenso –describe–. Se nota un poco más la oxidación en el vino bajo el mar, un poco más vivo. En la nariz aromáticamente hay buena madurez, con complejidad, donde destacan un poco más las notas alcohólicas en el sumergido, con aromas limpios y frutales, pero donde aparece la madera, con un fondo tostado de la barrica y vegetal. En boca es seco, con buena sensación de acidez, se nota la madera con la presencia del tanino y un fondo muy agradable de regaliz. Un vino sabrosote que necesita gastronomía, al que todavía se le augura una vida en botella interesante por esa acidez que tiene”.

Redondo, enérgico y con carácter

Jueza internacional de cata y delegada en España del concurso Mediterranean International Wine & Spirit Challenge
A primera vista, en fase visual se muestra limpio y transparente, de un tono rojo rubí intenso, con matices cardenalicios diferentes a los de su hermano, quien muestra un “vestir” más austero aunque no por eso menos atractivo.
Al llevarlo a la nariz, comienza la sorpresa. Nos encontramos con una complejidad aromática que invade y alegra los sentidos. Comienza mostrándonos aromas afrutados, a frutas silvestres que al tomar aire, evolucionan hacia suaves balsámicos con toques minerales y pequeñas notas de cuero y almizcle. Aromas profundos de intensidad media alta, que se alían entre sí para ofrecer carácter y personalidad.
Cuando lo probamos, las impresiones que nos dejó en el olfato las volvemos a recordar en la boca. Nuevamente nos muestra la fruta negra, finos regalices y suaves toques a tinta china que unidos a delicados ahumados, crean en su conjunto un paladar redondo y equilibrado, enérgico y con carácter.
Bodega Malpaís de Máguez
Marca: La Grieta.
Tipo: Tinto barrica sumergido en el mar tres meses y medio.
Uvas: listán negro (80%), cabernet sauvignon, syrah y merlot.
Añada: 2015.
DO: Lanzarote.