Cangrejo remador, de esporádico a invasor de las costas canarias
El calentamiento de las aguas o el intenso tráfico marítimo de plataformas petrolíferas se barajan como posibles razones

CAMBIO CLIMÁTICO. El calentamiento de las aguas o el intenso tráfico marítimo de plataformas petrolíferas se barajan como posibles razones para que fondos rocosos y sebadales de las aguas de Gran Canaria y Tenerife (y, en menor medida, otras islas) estén siendo colonizados por el cangrejo remador, un voraz crustáceo que se multiplica con facilidad en entornos marinos degradados donde no tiene depredadores. [En PELLAGOFIO nº 79 (2ª época, octubre 2019)].
El cangrejo remador tiene una tasa de crecimiento rápida y una dieta muy variada, por lo que puede experimentar explosiones demográficas en zonas o islas con ecosistemas alterados
Por YURI MILLARES
Por entrevistas a pescadores y buceadores se sabe que desde 2009 el cangrejo remador (un crustáceo portúnido de nombre científico Cronius ruber) tenía una presencia ocasional o esporádica en las aguas canarias. Pero fue en 2015 cuando un pescador de Castillo del Romeral confirma al biólogo marino José Antonio González que están apareciendo en sus nasas y de manera frecuente “nécoras canarias”, mostrándole fotografías del cangrejo remador.
“Eso pasó a laboratorio y se hizo una identificación taxonómica. Se consiguió material comparativo a través de una colaboración del CSIC y se hizo una secuenciación genética confirmando que era Cronius ruber –explica a PELLAGOFIO el doctor González en la facultad de Ciencias del Mar de la Universidad de Las Palmas (ULPGC)–. También pudimos afinar el origen del mismo en la costa africana, entre Guinea Conakry y Senegal”.

Como resultado de ello, en 2017 González y otros tres investigadores (Triay-Portella, Escribano y Cuesta) publican en Scientia Marina (revista científica internacional dedicada a la oceanografía) un artículo (1) citando por primera vez la presencia de este portúnido pantropical en las islas Canarias. ¿Cómo había llegado hasta sus aguas?, se preguntaban.

“Constituye el registro más septentrional de esta especie en el Atlántico oriental”, explicaban de este “cangrejo de relativo gran tamaño y gran agresividad [que] parece estar ocupando rápidamente tanto sustratos duros (cuevas sublitorales) como blandos (arena con pradera de fanerógamas) adyacentes a fondos rocosos someros, a profundidades comprendidas entre 2 y 10 m, en aguas cálidas de la costa meridional de la isla de Gran Canaria”.
Entre las causas barajaban la “expansión natural como consecuencia del proceso de tropicalización en el Atlántico oriental”, sin descartar que fuera por “la intensificación del tráfico pesado de naves (aguas de lastre o plataformas petrolíferas), que llegan hasta Canarias desde países africanos y Brasil en la última década”.
Conocer al invasor
Para profundizar en el conocimiento del cangrejo remador y su presencia en el archipiélago, el Grupo de Ecología Marina Aplicada y Pesquerías de la ULPGC ha desarrollado durante 18 meses el proyecto Coinva (acrónimo de “conocer al invasor”), financiado por el Gobierno de Canarias y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) bajo la dirección del también biólogo marino José G. Pajuelo.
Los vectores de entrada han podido naturales, por deriva de larvas;; por aguas de lastre de buques; o con las plataformas petrolíferas, y, como consecuencia del cambio climático, se está asentando
Raül Triay-Portella, coautor de la investigación, también ha hablado con PELLAGOFIO. “El grupo de investigación ha demostrado que las plataformas petrolíferas son un vector de entrada de especies no nativas de peces”, señala.
Aunque en el caso concreto del Cronius ruber los vectores de entrada bien pudieron ser distintos: “naturales, por deriva de larvas del cangrejo que estén llegando desde la costa africana a través de plumas; por ballast water [aguas de lastre de buques], que es poco probable; o con las plataformas petrolíferas, y, como consecuencia del cambio climático, se está asentando”.
El proyecto Coinva (que acaba de concluir sus trabajos en septiembre de 2019) se ha centrado en tres objetivos: conocer el alcance de la dispersión del cangrejo, inicialmente, en la costa de Gran Canaria; la abundancia, porque podía estar presente pero no tener densidades muy altas; y la ecología, tanto su crecimiento, como la reproducción y la dieta. “Cuanto más se conozca sobre la ecología y sobre el impacto que tiene la especie en Canarias puedes dar argumentos para que sea incluida en la lista roja de especies invasoras europeas y que se pueda actuar en consecuencia”, resume.

La presencia se confirmó en los espacios costeros de Gran Canaria incluidos en la Red Natura 2000 –objetivo inicial, para ver si afecta a zonas delimitadas por hábitats peculiares de especial protección–, pero, además, han obtenido información de otras islas por medio “de colegas científicos, de clubs de buceo y de pescadores –detalla Triay-Portella–. Para confirmar la presencia les pedíamos una foto o un ejemplar y, cuando hemos podido, nos hemos desplazado para comprobar que están ahí”. Las zonas con más cangrejos las confirmaron en Gran Canaria y Tenerife, pero también en las islas menores, sobre todo en algunas zonas de Fuerteventura y La Palma.
RAÜL TRIAY-PORTELLA:
“En prospecciones nocturnas fuimos capaces de ver más de cien cangrejos en menos de una hora en Gran Canaria, así que en algunas zonas es muy abundante”
En salidas al mar en snorkel o con buceo autónomo para realizar censos visuales en prospecciones nocturnas (cuando el cangrejo es más activo) “fuimos capaces de ver más de cien cangrejos en menos de una hora en Gran Canaria, así que en algunas zonas es muy abundante”, dice.
En cuanto a su crecimiento y reproducción, lo estudiaron mediante “el cultivo en acuario, determinando la biología reproductora a través de varios parámetros, como es la presencia de hembras con huevos en todos los meses y el estado de madurez de las gónadas femeninas a lo largo del año”, añade.
Patrón de la invasión
“El patrón de entrada cabría esperar que fuera de oeste a este, según van disminuyendo las temperaturas del agua. Es decir –explica Triay-Portella–, la especie invasora se asentaría primero en las islas más occidentales (El Hierro, La Palma y La Gomera) e iría invadiendo el resto del archipiélago hacia el este, que es donde las aguas son más frías”.
Pero lo que ha ocurrido aquí, opina, “hace pensar en una introducción de origen antrópico”, es decir, por el ser humano. Que la presencia de este cangrejo sea mayor en Gran Canaria y Tenerife, donde hay más tráfico marítimo y están las plataformas petrolíferas, puede indicar que este sea el factor de entrada. La primera isla donde se vio el Cronius ruber fue Gran Canaria, la segunda Tenerife y, después y por el orden de avistamientos, La Palma, La Gomera, Fuerteventura y la última El Hierro.
Muchas especies invasoras lo que hacen es aprovechar espacios o hábitats en los que el equilibrio ecológico no está en un estado saludable
Cabría, no obstante, una segunda explicación “y es que muchas especies invasoras lo que hacen es aprovechar espacios o hábitats en los que el equilibrio ecológico no está en un estado saludable, en zonas antropizadas donde la actividad pesquera extractiva ha eliminado depredadores, donde la contaminación provoca que el ecosistema no esté bien equilibrado”.
Especies invasoras como el cangrejo remador tienen una tasa de crecimiento rápida y una dieta muy variada. Es por ello que pueden experimentar explosiones demográficas en zonas antropizadas con ecosistemas menos sanos, donde no tiene depredadores naturales. Por ejemplo, donde la actividad pesquera extractiva ha reducido posibles depredadores como la sama roquera, la sama de pluma, meros, abades o pejeperros, también el pulpo.
“Quizás no llegaron antes a Gran Canaria, sino que aquí han encontrado un mejor hábitat para ellas. En El Hierro, por ejemplo, lo hemos visualizado dentro de la reserva marina: tras muchas inmersiones se ha avistado un solo cangrejo. No podemos decir si llegó antes o después, quizás llegó antes pero no ha podido expandirse. Consigue sobrevivir, pero no ser una especie dominante en el ecosistema”.
RAÜL TRIAY-PORTELLA:
«Lo estamos estudiando en zonas relativamente someras, pero la pesca artesanal nos está diciendo que también está en aguas más profundas, así que el impacto podría ser aún mayor»
Además, “desde la flota pesquera artesanal nos han comunicado que los están capturando: en Agaete los capturan y pescadores de nasa en Tenerife los han capturado entre 20 y 30 m de profundidad. Lo estamos estudiando en zonas relativamente someras, pero la pesca artesanal nos está diciendo que también está en aguas más profundas, así que el impacto y la abundancia podrían ser aún mayores”.
Herramientas de gestión
Evaluada la especie como invasora hay que actuar “y lo que podamos hacer dependerá de las posibilidades que tenemos: si la genética nos dijera que la especie llegó de forma puntual hay que controlar que no vuelva a suceder y proponer unas herramientas de gestión; pero si la genética dice que el aporte de nuevos individuos es a través de un proceso natural, tenemos la batalla más complicada, ya que siempre tendremos esta entrada, aunque realicemos acciones”. Ese amplio estudio genético se apunta como próximo objetivo a realizar.
La mejor herramienta de gestión, en cualquier caso, siempre será “cuidar al máximo nuestros fondos para que este tipo de especies lo tenga más difícil y que no encuentre hábitats en condiciones favorables”, concluye Triay-Portella.
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(1) José A. González, Raül Triay-Portella, Aitor Escribano y José A. Cuesta, “Northernmost record of the pantropical portunid crab Cronius ruber in the eastern Atlantic (Canary Islands): natural range extension or human-mediatedintroduction?”, Scientia Marina 81, March 2017, págs. 81-89, Barcelona (Spain).

Para realizar los censos del cangrejo remador en el litoral de Gran Canaria se emplearon nasas diseñadas al efecto. Se probaron primero con cangrejos locales para comprobar su eficacia y, después, se usaron de noche (empleando carnada) para la captura del ‘Cronius ruber’. Esta técnica de muestreo se combinó con muestreos visuales durante inmersiones en snorkel o con buceo autónomo. | GRUPO DE ECOLOGÍA MARINA APLICADA Y PESQUERÍAS-EMAP (ULPGC)

“Los parámetros ecológicos nos indican que se trata de una especie invasora: crecimiento rápido, dieta muy variada… En algunos lugares vemos que las abundancias son muy altas y que puede dominar algunos fondos”, explica Raül Triay-Portella, pues tiene una gran capacidad de adaptación a distintos tipos de fondos, como las praderas de sebadales donde se ha tomado esta fotografía. | GRUPO DE ECOLOGÍA MARINA APLICADA Y PESQUERÍAS-EMAP (ULPGC)
Come erizos, almejas canarias, carnada de viejas, fulas y cabrillas
Estudiada su ecología, conocemos su dieta por observación directa y el estudio en laboratorio del contenido estomacal de unos 300 cangrejos. También que se reproduce todo el año y que tiene una gran capacidad de adaptación.

Para conocer al invasor “nos hemos dedicado a estudiar detalles de su ecología, porque las especies invasoras suelen ser de crecimiento muy rápido, una gran adaptación al medio, una dieta muy variada y fecundidades muy altas”, explica el investigador Raül Triay-Portella.
Las hembras, tras aparearse, son capaces de reservar el esperma en su espermateca y estar poniendo huevos durante siete meses en seis o siete puestas sucesivas, sin necesidad de volverse a aparear.
Eso quiere decir que no tiene que llegar aquí una pareja para poder expandirse, con una hembra adulta fertilizada basta y su puesta es de alrededor de medio millón de huevos.
Especies como la vieja, el sargo, la gallinita, la fula y la cabrilla se posan en el fondo y se echan a dormir
A través de censos visuales, sumergiéndose con cámaras y focos durante la noche, pudieron observar que el cangrejo remador se alimentaba “prácticamente de casi todo lo que podía encontrar en el medio: erizos, almeja canaria, nudibranquios, peces, otros cangrejos como la carnada de viejas y un sinfín de especies”, dice.
“De noche, especies como la vieja, el sargo, la gallinita, la fula y la cabrilla se posan en el fondo y se echan a dormir. No son especialistas en eso, pero donde hay muchísimos cangrejos son capaces de capturar peces”, añade.
El estudio de la dieta se completó con una segunda aproximación en laboratorio, a través del estudio de los contenidos estomacales de unos 300 individuos.
“Con la lupa hemos estudiado la cantidad y abundancia de presas que hay dentro del contenido estomacal. También hemos estudiado, dándoles distintas muestras a diferentes grupos de control en acuario, que en función del estado de madurez o del sexo, la apetencia por presas vivas o por cazar es mayor en el caso de grandes adultos; sin embargo, en los juveniles y las hembras, con altos requerimientos energéticos para crecer rápido o para poner huevos, respectivamente, su dieta es más variada”, explica este biólogo marino.