Cocina canaria

Vuelve la magia de lo dulce con Pedro Rodríguez Dios

El gran chef tinerfeño vuelve a sus orígenes como pastelero con un obrador en La Longuera (Los Realejos), desde donde surte con sus clásicos postres y nuevas creaciones a restaurantes y hoteles de la isla, pensando en abrir también al público. [En PELLAGOFIO nº 29 (2ª época, marzo 2015)]

Por YURI MILLARES

Pedro Rodríguez Dios (en su obrador en La Longuera) muestra sus lingotes de violetas y almendras. | FOTO Y. M.
Pedro Rodríguez Dios en su obrador en La Longuera (en su obrador en La Longuera) muestra sus lingotes de violetas y almendras | FOTO Y. M.
Pedro Rodríguez Dios se dio a conocer como cocinero especializado en postres en el que fuera afamado restaurante El Duende, pero su inquietud profesional lo llevó pocos años después a probar suerte también con la cocina salada, en los restaurantes La Gañanía y Mirador de Humboldt. Su sensibilidad hacia el producto canario y las delicadas elaboraciones que ofrecía a los afortunados que han podido probar su cocina, lo convirtieron en un chef reconocido y buscado por los amantes de la buena mesa.

Se dio a conocer como cocinero especializado en postres en el que fuera afamado restaurante El Duende

Pero el deseo de profundizar en la cocina de lo dulce nunca lo ha apartado de su mente, y el viejo proyecto de fundar su propio obrador de pastelería lo ha hecho realidad desde hace algo más de un año. Se llama Pedro Rodríguez Dios Postres y se encuentra en La Longuera, en el municipio tinerfeño de Los Realejos. Un local equipado con todo lo necesario para desarrollar esa exquisita creatividad de que hace gala, pero que aún no ha abierto las puertas al público.

“Echo de menos el contacto directo con el cliente”, reconoce, aunque a continuación añade que trabajar sin la presión y el estrés del día a día de la cocina del restaurante le ha aportado mayor calidad de vida y dispone de más tiempo para estar con su familia.

Una trayectoria propia
“Quiero dar un giro para no hacer la pastelería convencional –explica–. Por suerte tengo ya una trayectoria profesional en restaurantes que me facilita el trabajo, porque ya me conocen y saben qué productos hago”. Es así como se ha especializado en suministrar a restaurantes y a hoteles, así como para caterings.

Mimos de lima-limón, tartaleta de queso con guayaba, yogur de limón y vainilla con hilos de chocolate... | FOTO Y. M.
Mimos de lima-limón, nubes de parchita, tartaleta de queso con guayaba, yogur de limón y vainilla con hilos de chocolate, lingotes de violetas y almendras… | FOTO Y. M.
La elaboración de postres para restaurantes van desde los sencillos que sólo hay que emplatar, a otros más sofisticados que se componen de varios ingredientes y en el restaurante los ensamblan: “Por ejemplo, si es un postre de texturas de manzana, queso y galleta, les doy una terrina con la manzana, la salsa de queso, la galleta, la flor de sal de Fuencaliente y ellos lo montan, emplatan y caramelizan. Así se ahorran el paso previo de preparar los distintos ingredientes. Yo les enseño cómo tienen que hacerlo”.

Mimos y nubes
No faltan en el obrador sus clásicos mimos (merengues de sabores como lima-limón) y sus nubes (por ejemplo, de parchita), en ambos casos dentro de una pequeña bolsita de golosinas (forman parte de sus detalles dulces para acompañar al café), que hemos fotografiado para este artículo junto a su tartaleta de queso con guayaba; su yogur de limón y vainilla con hilos de chocolate blanco (“están hecho en un baño maría invertido: con agua muy fría con hielo, donde vierto el chocolate que se hace un rizo); o sus sorprendentes lingotes de violeta y almendra.

Forman parte de una carta de postres que también personaliza al cliente que lo solicita, ya sea un restaurante o un particular que desee hacer un pedido, contactando con él a través de su teléfono (659 180 020) o de su página en Facebook.

■ PRODUCTO LOCAL, SIEMPRE
Café de Agaete como ejemplo

Salir de la pastelería convencional y marcar la diferencia de sus elaboraciones es algo que siempre lo ha distinguido. Pero avanza en ese camino y sigue creando. “Sigo con mi filosofía de trabajo de utilizar todo lo posible el producto local, algo complicado en pastelería porque es inevitable trabajar con chocolates”. Las frutas y los quesos sí están muy presentes, y algunas especias y frutos secos o tostados. Sólo hay que mirar los postres que ilustran este artículo, como el de mango, parchita y café arábiga. Un postre “que muchas veces lo he hecho con café de Agaete”, precisa, aún cuando es difícil de conseguir, sobre todo en Tenerife. “Que es un buen café está claro”, insiste, “aunque no notas realmente la diferencia si lo hago con otro buen café. Pero para mí es un lujo poder decir que está hecho con producto local y que es el único café de un país de Europa”. Es su forma de dar ejemplo en defensa del consumo de productos de las Islas: incorporandolo a sus postres ●

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