Sin confusiones

Calamares y potas (1), portentosas mascotas de los escritores

Los cefalópodos poseen un gran cerebro y un sistema nervioso central altamente desarrollado, tanto que son animales experimentales en la investigación biomédica con aplicación directa al ser humano. En esta primera entrega dedicada a calamares y potas, nos acercamos a las características generales de ambos moluscos. Los cefalópodos (1) en la serie «Confusiones y sustituciones en los productos de la pesca». [En PELLAGOFIO nº 19 (2ª época, abril 2014)].

Por JOSÉ ANTONIO GONZÁLEZ (SOLEA)
Grupo de investigación en Ecología Marina Aplicada y Pesquerías. ULPGC.

La periodista y escritora gastronómica Ángeles Ruiz García, en su magnífico libro Sabor a mar, escribe muy acertadamente que el calamar “bien podría ser la mascota de los escritores por tener en su cuerpo dos elementos fundamentales para su oficio: la pluma y la tinta”.

La concha interna del calamar es llamada pluma. Técnicamente se denomina gladius (del latín gladi, -a, =us, espada). Hoy día gladio se aplica a la espada de las legiones de la Antigua Roma. El gladio romano fue adaptado de la espada corta de los mercenarios celtíberos al servicio de Aníbal en las Guerras Púnicas. Si, como veremos, el calamar es un animal marino portentoso, enigmático y de monstruosa belleza, productor de tinta y provisto de pluma con forma de gladius de la Roma imperial, de origen hispano. Entonces declaro aquí que, junto al lenguado (Solea), el calamar (Loligo) formará parte de mi escudo de armas.

La asombrosa naturaleza de los cefalópodos
Calamares y potas son cefalópodos, al igual que chocos y pulpos de los que nos ocuparemos en el próximo artículo. De acuerdo con su etimología, los cefalópodos son animales que llevan los pies en la cabeza (a quien no tenga los pies en el suelo, ¿se le podría llamar “cefalópodo”? ¿Sería una ofensa o un piropo?).

Se trata de moluscos de simetría bilateral con una cabeza bien desarrollada. Una corona circular de brazos (“rejos”) musculosos, provistos de ventosas y/o garfios, rodea su boca. Son capaces de regenerar, de forma más o menos completa, los brazos perdidos.

La boca posee mandíbulas córneas en forma de pico de loro y una banda de dientes (rádula) quitinosa a modo de lengua. Los expertos en este grupo utilizan la morfología del pico (a modo de carnet de identidad) para identificar a los diferentes cefalópodos. Muchos cetáceos, como el cachalote, consumen cefalópodos; sus estómagos contienen numerosos picos, de imposible digestión, que son identificados a partir de colecciones de referencia.

Los ojos de los cefalópodos tienen la misma complejidad que la de los Vertebrados

Los cefalópodos respiran mediante un par (dos en Nautilus) de branquias. Presentan un gran cerebro y el sistema nervioso central está altamente desarrollado (el más evolucionado, después del de los Vertebrados); neuronas gigantes coordinan comportamientos de huida rápidos. Sus ojos tienen la misma complejidad que los de los Vertebrados. Por esta razón, los cefalópodos son animales experimentales en la investigación biomédica con aplicación directa al ser humano. En una de nuestras campañas recolectamos, en el Banco Sahariano, puestas vivas de calamar para su traslado a la University of Texas Medical Branch en Galveston.

La expulsión de tinta
Para respirar, introducen agua en el cuerpo (manto, en forma de vaina o bolsa), a través de una abertura situada entre el manto y la cabeza. La contracción de los músculos del manto expele el agua a través de un pequeño sifón, para la propulsión y la eliminación de desechos, además de completar el ciclo respiratorio. Muchas especies pueden producir tinta, que también es expelida por el sifón para señuelo de presas o como una nube, que ha sido comparada con una cortina de humo.

Son alimento de cetáceos dentados, focas, muchas aves pelágicas y peces (incluidos los atunes)

La coloración es variable y en parte depende del hábitat, aunque la mayoría de las especies tienen células especiales en la piel capaces de producir rápidos cambios de color (cromatóforos), reflejos e incluso bioluminiscencia para camuflarse, eliminando sus siluetas, lo que representa un aspecto característico de su comportamiento.

La locomoción es por varios métodos: impulsando agua hacia el interior del manto, seguida de su expulsión a chorro a través del sifón; aleteo u ondulación de las aletas sobre el manto; arrastrándose a lo largo de la parte inferior de los brazos (la mayoría de los pulpos). Las aletas también proporcionan equilibrio y control de dirección.

Los sexos están separados. Muchas especies exhiben dimorfismo sexual externo, basado en diferencias estructurales y de tamaño. Los machos de muchos cefalópodos poseen un brazo modificado (el hectocotilo) para el apareamiento; su función es transferir los espermatóforos (“tubitos” de esperma) hasta su lugar de implante en la hembra. Los huevos presentan desarrollo directo, sin metamorfosis. La esperanza de vida parece ser de 1 ó 2 años en muchos calamares, aunque en las grandes especies algo más. Las pequeñas especies oceánicas pueden completar su ciclo vital en menos de 6 meses.Algunas especies mueren después del desove. La longitud total de los cefalópodos adultos varía entre unos 2 cm y, aproximadamente, 20 m.

Las especies de gran profundidad no presentan interés para la pesca: los calamares gigantes no se emplean en la alimentación, ya que en su cuerpo hay amoníaco para poder descender a 200 m

Depredadores activos
Los cefalópodos son depredadores activos que se alimentan de crustáceos, peces y otros cefalópodos y, los pulpos, de otros moluscos. Carnívoros desde la eclosión del huevo. Son alimento de cetáceos dentados, focas, muchas aves pelágicas y peces (incluidos los atunes).

Presentes en todos los hábitats marinos del mundo, excepto en salinidades muy bajas, desde la zona intermareal hasta 5.000 m. Muchas especies oceánicas efectúan migraciones verticales diarias: permanecen en profundidades de 400 a 1.000 m durante el día y ascienden hasta unos 200 m durante la noche. Su abundancia varía, dependiendo de los grupos, hábitat y estación, desde individuos aislados (pulpos y chocos), pasando por pequeños bancos con unas pocas docenas de individuos, hasta enormes bancos con millones de calamares oceánicos.

La fauna calamar mundial comprende algo menos de 1.000 especies de cefalópodos. Las que poseen importancia económica notable son pocas

Otras muchas deben ser conocidas para evitar confusiones y sustituciones en los mercados. Las de gran profundidad no presentan interés para la pesca: los calamares gigantes no se emplean en la alimentación, ya que en su cuerpo hay amoníaco para poder descender a 200 m.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba