Agua de niebla para elaborar cerveza, ginebra o café
Aprovechamiento de los vientos alisios con captadores de lluvia horizontal

La captación de agua de niebla, a partir de unos aparatos diseñados en Canarias, está permitiendo crear huertos hídricos para regar repoblaciones forestales y plantaciones de frutales, dar de beber al ganado y, por primera vez en el mundo, embotellarla como agua premium que se exporta a Francia, Italia o Qatar. [En PELLAGOFIO nº 98 (2ª época, julio-agosto 2021)].

■ Riego para reforestar El Cabildo de Gran Canaria ha instalado 15 captadores de niebla dentro de la Zona Especial de Conservación Barranco de la Virgen para regar la plantación de 24.000 árboles de laurisilva, frenar la erosión por el gran incendio forestal de 2019 y mejorar la capacidad de infiltración en el acuífero ● |

■ Aguas premium y ginebra Nebŭla Ricardo Gil con las botellas de sus aguas de niebla Nubia y Breeze que embotella en Gran Canaria y la ginebra Nebŭla que le elaboran en Barcelona. “La gran diferencia que noto en el agua de niebla es que está más fría y es más fresca en boca que otras aguas”, dice ● |

■ Cerveza Jaira Seaclouds Aday Araña, gerente de la cervecería Jaira, la describe como una cerveza rubia suave Vienna Lager que hacen con malta, lúpulo, levadura y agua de nube de una finca de Fontanales, un agua pura de mineralización débil “que permite percibir muy bien los tonos de la malta”, destaca ● |
Por YURI MILLARES
La iniciativa de dos emprendedores que patentaron unos captadores tridimensionales para producir la primera agua de niebla embotellada del mundo en 2012, en realidad perseguía disponer de un recurso hídrico cercano frente a incendios en zonas forestales. Eran años de fuerte crisis económica y no consiguieron sumar a la administración pública a la idea, pero decidieron seguir adelante por su cuenta y llevar su agua de niebla a formato botella como agua premium, extraída de unos captadores que condensaban la bruma, retenían el rocío y recogían la lluvia de modo sencillo, sin impacto visual y sin consumo de energía. La llamaron Alisios.
Ambos eran de Tenerife, pero fue en Gran Canaria donde encontraron la empresa que les podía envasar aquella agua en botellas de politereftalato de etileto (PET), así que montaron 30 captadores a 1.600 metros de altitud en los Llanos de Constantino (municipio de Valleseco).

Aquella experiencia empresarial no duró mucho tiempo. “Teníamos puntos de vista distintos de cómo llevar la empresa así que acabamos separándonos: él siguió con una empresa y yo seguí con otra”, explica Ricardo Gil Casanova que, a raíz de ello, en 2015 patenta su propio captador “y empecé a trabajar con ese”, dice.
Huertos hídricos y agua premium
En realidad, Ricardo Gil no funda una empresa, sino dos. Con Nieblagua SL se dedica a instalar huertos hídricos recuperando la idea inicial de abastecer de agua ahí donde el recurso es necesario, ya sea para regar plantaciones o para abastecer las necesidades de agua del ganado.
“A nivel mundial esto no lo hace nadie. En países de América Latina utilizan captadores planos que producen mucho menos. Un captador nuestro tiene 54 metros cuadrados de superficie de malla en 1,60 metros cuadrados de suelo. Un captador plano, para hacer lo mismo, tendría que tener 5 m de alto de malla por 10 m de largo. Pero ocurre que cuando hace viento te hace vela y te lo acaba rompiendo”.
Con Niebla Atlántica SL –asociado con terceros– continúa envasando agua para beber. “Volvimos a relanzar el proyecto y salimos con el agua Nubia, pero en botella de cristal, porque la botella de plástico la rechazaban, un agua premium la querían envasada en cristal”.
«El agua de niebla lo que hace es resaltar los matices de lo que realices con ella»RICARDO GIL, Niebla Atlántica SL
Para exportar creó otra marca con “una botella más especial y sacamos Breeze (brisa en inglés) que exportamos a Francia, a Italia y a Qatar” y ha obtenido importantes reconocimientos internacionales. “En Francia nos reconocieron en 2019 por la calidad, la innovación y la imagen en el 3er Concurso Internacional de Aguas Gourmets de París [de la Agence pour la Valorisation des Produits Agricoles-AVPA], fuera de categoría porque no existe ninguna otra agua de este tipo en el mundo con la que compararse”. También obtuvo en 2020 el certificado Superior Taste Award con dos estrellas sobre tres del International Taste Institute de Bruselas.

El agua de niebla embotellada que sigue captando en las cumbres de Gran Canaria también ha estado en Madrid Fusión.
“Fuimos con el Cabildo de Gran Canaria, que llevó a distintos productores. Y resulta que, para una cata de quesos, nos pidieron agua de niebla: al rato volvieron encantados para decirnos que habían notado matices diferentes cuando después de beber el agua probaban el queso. Es algo que ya habíamos notado con los vinos”, asegura. “Estamos hablando de matices”, precisa.
Lo cierto es que a partir de ahí hizo algunas pruebas con Víctor Lugo elaborando café de Agaete que dieron buenos resultados, pero todavía no ha ido a más. “Me gustaría sacar un agua específica para café, es un proyecto que tengo en mente”, confiesa Ricardo Gil.
El valor de los matices en el café o la cerveza
“El agua de niebla lo que hace es resaltar los matices de lo que realices con ella, si elaboras cerveza te resalta los matices de la levadura, si haces ginebra te resalta los marices de esta bebida”, continúa.
«Mucha gente piensa que el agua de niebla es un agua destilada, pero no lo es, porque tiene minerales de todo tipo, pero en muy pequeñas cantidades» RICARDO GIL
De hecho, en sociedad con una empresa de Barcelona, envía a Cataluña esta misma agua envasada en botellas de ocho litros para su utilización como materia prima en la elaboración de la ginebra Nebŭla, que en su elegante botella detalla que se elabora con “Fog Water from Canary Islands”. Además, la cervecería artesana Jaira (en Gran Canaria) ha incluido en su gama básica de cervezas la Jaira Seaclouds, elaborada con agua de niebla de la isla.
Se trata de un agua muy equilibrada y de mineralización muy débil. “Mucha gente piensa que el agua de niebla es un agua destilada, pero no lo es, porque tiene minerales de todo tipo. Para que precipite la niebla necesita un núcleo de condensación, en las Islas ese núcleo de condensación es una partícula de sal que está en suspensión y forma la gota, de ahí es de donde coge los minerales el agua cuando se condensa la gota. En la analítica del agua de niebla ves sodio, potasio, magnesio, cloruro, pero en muy pequeñas cantidades. Por eso no distorsiona los sabores de lo que le quieras aportar, porque no tiene sabor”, concluye.

Consumo cero de energía, pero la podría producir
“La niebla son pequeñas gotas de agua que no tienen peso y necesitan de un obstáculo para que puedan precipitar”, explica Ricardo Gil, por eso, “el mejor captador es la vegetación. Nosotros colocamos el captador y las gotas se van depositando en las mallas, se unen entre sí, cogen peso y arrastran hacia abajo. Si hay mucho viento, va a la malla de atrás donde ya no hay viento. De ahí van a las tuberías y los depósitos. Todo por gravedad y consumo cero de energía, por tanto, cero CO2 en la captación y en la distribución”.
La captación de agua de niebla no es la solución para el abastecimiento de agua en el mundo, insiste y aclara, pero es “otro recurso hídrico, no contaminamos y tiene un mantenimiento mínimo”.
Como ocurre con la ubicación de instalaciones para energía eólica o fotovoltaica, para los captadores también hay zonas con diferentes posibilidades. Así, una zona mala es en la que cada captador recoge 8 mil litros/año. Es el caso de la finca Bodega Chivisaya (en Arafo, Tenerife) que sirve para regar una plantación de almendreros. “Son ocho metros cúbicos por captador en un lugar con precipitaciones de 300-350 ml/año, o sea que estamos multiplicando por 20 lo que se recoge: ¡es mucha agua!”.
En Gran Canaria, una zona media puede ser la de los captadores del proyecto Life Niebla, instalados en la ladera de solana del barranco del Andén (Valleseco). “Aquí nos vamos a unos 15 mil litros/año”. Una zona buena sería los Llanos de Constantino en la cumbre, “donde te vas por encima de los 20 mil litros/año”.
Y una zona excelente sería Tajusara o Malpaso (en El Hierro), donde instaló captadores para abastecer el agua que se necesita para el ganado vacuno de la zona.
Hay días pico en que un captador puede alcanzar los 1.350 litros. “Cien captadores serían más de 100 metros cúbicos en un día pico. Es como si lloviera más de 170 litros por metro cuadrado, que cuando llueve así sería un desastre”.
Ahora está estudiando con una empresa alemana “generar electricidad con agua de niebla”. La idea todavía está en fase muy inicial: “En una balsa de 50 mil m3 que se pueda abastecer de captadores, hacer pasar el agua por la turbina que genera electricidad, el agua baja a un depósito a 100 m y con energía solar se bombea de nuevo a la balsa y tienes un circuito cerrado”.