El tomate canario resiste y persiste porque tiene futuro

«Parece que la sociedad olvida muy rápido. Los años en los que el sector permitió crecer a las islas cuando el resto del Estado estaba sumido en una brutal autarquía, ya no interesan», escribe Gustavo Rodríguez en este artículo en el que repasa la situación del tomate canario de exportación de los últimos años. [En PELLAGOFIO nº 47 (2ª época, noviembre 2016)].
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“Parece que la sociedad olvida muy rápido. Los años en los que el sector permitió crecer a las islas cuando el resto del Estado estaba sumido en una brutal autarquía, ya no interesan”, escribe Gustavo Rodríguez, portavoz de Fedex-Aceto.
■ Entrevista a José Juan Bonny, presidente de Fedex
«El tratamiento que recibimos por parte del Gobierno central en la compensación al transporte nos aleja cada vez más de la Península», dice.
■ Mediano, carnoso, jugoso, dulce y sabroso, ¿qué es?
Los productores canarios han decidido amparar el tomate canario bajo una IGP (Indicación Geográfica Protegida) con el fin de proteger a las producciones de las Islas frente a otras que utilizan el reclamo “tipo canario” para vender lo que no tienen.
■ El tomate que dio vida a los puertos en Canarias
En los años dorados del tomate canario, tras la Segunda Guerra Mundial, los muelles eran lugares de un movimiento incesante e intenso de mercancías, personas y vehículos… y de un sinfín de problemas ●
Por GUSTAVO RODRÍGUEZ
Portavoz de FEDEX y ACETO (asociaciones provinciales de exportadores de productos hortofrutícolas de Canarias)
Durante poco más de un siglo –el XX– el tomate canario definió la agricultura en Canarias, además de condicionar la economía, la geografía, la demografía, la sociedad y la identidad, transformando su paisaje. Entonces se llegaron a cultivar más de 12.000 hectáreas y a crear más de 30.000 empleos. Asimismo, su reputación y prestigio contribuyeron a la promoción de un Archipiélago en el que se producían excelentes frutas y verduras durante el rigor del duro invierno europeo, precediendo al fomento actual de las islas en el ámbito turístico.
Sin embargo, a comienzos del siglo XXI, todo cambió. Algunos productores denominaron a esta nueva situación la confabulación de la tormenta perfecta. Y no les falta razón, ya que la concatenación de fatalidades parece responder a una conjura de extraños intereses para liquidar definitivamente este sector.
En la década del 2000 la aparición demoledora de plagas y virosis obligan a cambiar la variedad –altamente productiva y adaptada– con las consiguientes inversiones extraordinarias
Demoledoras plagas y virosis
Así, en la década del 2000 la aparición demoledora de plagas y virosis (TYLCV/TSWV/ToMV y ToCV) obligan a renovar las estructuras y a cambiar la variedad –altamente productiva y adaptada– con las consiguientes inversiones extraordinarias. Este hecho no es tarea del productor, ya que los controles fitosanitarios son responsabilidad del Gobierno de España.
Los efectos de la guerra de Irak en 2001 se traducen en un incremento desorbitado del precio del petróleo, que afecta a los insumos y al transporte, contrayendo el consumo y reduciendo el margen de ganancias considerablemente por la contención de precios.
El Gobierno central edemanda en 2006 a los productores canarios la devolución de la compensación del transporte del año 2002…
Es este mismo Gobierno central el que demanda en 2006 a los productores canarios la devolución de la compensación del transporte del año 2002, ya que, a su juicio, habían cometido fraude y malversación. No solo tuvieron que reintegrar la parte de los que continuaban con la actividad, sino que éstos tuvieron que asumir la parte de los que habían abandonado. De nada sirvieron las explicaciones.
…No solo tuvieron que reintegrar la parte de los que continuaban con la actividad, sino que éstos tuvieron que asumir la parte de los que habían abandonado. De nada sirvieron las explicaciones
La suma de hechos, plagas, aumento de costes y demanda, coinciden con la firma del acuerdo comercial preferencial entre la UE y Marruecos, lo que, unido a la dura competencia de los productores peninsulares con unos costes de producción inferiores en un 35% a los canarios, estrangulan a los productores isleños con unos precios imposibles de combatir.
Los tomateros canarios, exhaustos
Con todo, los tomateros canarios asisten exhaustos a una representación de la dramaturgia más siniestra a la que se habían enfrentado hasta ahora, preguntándose de manera ingenua qué habrían hecho para merecer tanta desgracia.
Los tímidos y tibios intentos de algunas administraciones canarias por intentar mitigar los efectos de esta conjura no resultan suficientes. Los anuncios de los tomateros del cese de la actividad resuenan como cantos de sirena, hasta que se producen los primeros abandonos y las cifras empiezan a revelar la cruda realidad:
De las 3.500 hectáreas de inicios del 2000 se pasa a las 1.410 en solo seis años, la producción disminuye en torno a las 200.000 toneladas
De las 3.500 hectáreas de inicios del 2000 se pasa a las 1.410 en solo seis años, la producción disminuye en torno a las 200.000 toneladas, de casi 900 productores se pasa a unos 350 y el empleo que se destruye alcanza los 12.000 puestos de trabajo.
Entonces el Gobierno de Canarias y los productores que quedan deciden afrontar la situación para revertirla con un Plan Estratégico. Pero para mayor desgracia y abundando en la conjura, éste solamente se cumplió durante los dos primeros años de los cinco previstos para su desarrollo.
Reducción de la compensación al transporte
Un último elemento que se añade a la ya ciclogénesis para convertirse en ariete en los años sucesivos, es la drástica reducción de la compensación al transporte que se produce a partir de 2011. Cuando ésta ya se acercaba al 70%, recogido en real decreto, recibe un tajo que la deja en el 23,36%, alejando a los productores canarios un 46% de la Península.
Cuando parecía que ya todo estaba perdido, el Tribunal Supremo falla a favor de los tomateros canarios eximiéndoles de toda responsabilidad de haber cometido fraude y condena al Estado a devolver lo reintegrado más los intereses
Cuando parecía que ya todo estaba perdido, el Tribunal Supremo falla a favor de los tomateros canarios eximiéndoles de toda responsabilidad de haber cometido fraude y condena al Estado a devolver lo reintegrado más los intereses de demora. Pero lo que la Justicia ya no puede hacer es revertir la situación y el daño estaba hecho.
Parece que la sociedad olvida muy rápido. Los tiempos actuales reducen la memoria con una impavidez pasmosa. Los años en los que el sector permitió crecer a las islas cuando el resto del Estado estaba sumido en una brutal autarquía, ya no interesan.
Aún así, este sector sigue siendo el principal innovador en la agricultura de Canarias; colabora en la protección del paisaje; sus producciones están certificadas con las más exigentes normativas; sigue siendo el cultivo que emplea mayor número de personas: 6.500 empleos actuales, de los cuales principalmente el perfil es de mujeres mayores de 45 años; continúa promocionando el Archipiélago; dispone de logísticas propias en Europa y el tomate, a pesar de la férrea competencia, continúa siendo demandando.
Chirría bastante que hayan sido reputados expertos de fuera, tras analizar los pros y contras, los que hayan coincidido en proclamar que el tomate canario sí tiene futuro
Chirría bastante que en el 130 Aniversario del sector cuyo objeto es visibilizar la actividad y reconocer su papel, hayan sido reputados expertos de fuera, tras analizar los pros y contras, los que hayan coincidido en proclamar que el tomate canario sí tiene futuro.
Aquellos que estaban alineados en la tesis de la conjura, bien por perseverancia, por omisión o dejación, que ya aguardaban el final de esta representación van a tener que esperar aún un poco más.
Merece el esfuerzo
Y es que este sector ha sabido hacer de la adversidad su mayor virtud. El tomate canario está decidido a resistir y persistir, pero también necesita el apoyo de esta sociedad.
Porque el tomate canario sí tiene futuro en esta tierra y merece el esfuerzo necesario para que así sea, amén de que se enaltezca y reconozca el papel de todos y todas las que conforman este sector. Ni Canarias ni el campo canario se pueden permitir el lujo de ver desaparecer este sector de su territorio. Todavía tiene mucho que aportar.