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Papas antiguas de Canarias, hace cuatro siglos y un año

En Icod el Alto se siembra y se cosechan papas desde 1622

Domesticada hace más de 10.000 años en la zona andina entre Perú y Bolivia, la papa comienza a llegar a Canarias ya en el siglo XVI. Son las ‘papas antiguas de Canarias’ o ‘papas bonitas’. Entre las brumas de Icod el Alto se vienen cosechando desde hace más de 400 años con nombres como azucena, borralla, peluca o terrenta y su correspondiente ‘apellido’ de color, blanca, roja, negra… [En PELLAGOFIO nº 121 (2ª época, septiembre 2023)].

■ Ojo, que el viento la tumba
«La papas bonitas se siembran en enero, y no antes, porque en febrero el viento te las echaría abajo», dice Tolio. Hay que sembrarla para que salga después de la época de los vientos, en primavera. Aunque, afirma, «la papa bonita es muy fuerte. Si el viento la estropea, se recupera. Si es papa de la otra ya no retoña desde que se parta» (En la foto de J. Delgado, flor de papa bonita ojo perdiz) ●

■ Cambiar papas por papas
Las semillas se intercambian como forma de preservarlas, así se ha hecho siempre con las papas antiguas de Canarias. «Esta terrenta vino de Aguamansa, esa borralla vino de Chinamada, en Anaga. Y aquella bonita negra, de Tacoronte. Necesitan oscuridad para que no se pongan verdes». Antes era en cuevas, ahora en cámaras (Foto: Y. M.) ●

■ Escogedora de cinco calibres
Tienen una máquina para separar las papas. «Vimos por internet una parecida para escoger tomates y la encargamos a un cerrajero. Las papas van caminando y van cayendo en una de las cajas según el tamaño. Pero primero les damos un manguerazo para que no entren con tanta tierra. Y al salir, a una lavadora de papas», explica Kiko (Foto: Y. M.) ●

Al ser papas de colores, se siembran alternando surcos para que no se mezclen «o te vuelves loco»

Por YURI MILLARES

Se tiene constancia de que en los años 1567 y 1574 se embarcaban papas desde Gran Canaria y Tenerife, hacia Amberes y Ruán. En las propias islas empieza a popularizarse y extenderse a partir de 1622, según el historiador y biólogo canario José de Viera y Clavijo (1731-1813): ese año fueron plantadas en Icod el Alto por Juan Bautista de Castro Navarro.

Cuatro siglos y un año después, la Asociación de Cosecheros La Papa Bonita reúne a ocho agricultores del propio Icod el Alto (Los Realejos) que siguen sembrando un buen número de estas papas, popularmente conocidas como papas bonitas. Desde 2012 están incluidas entre las 29 variedades que reconoce la DOP Papas Antiguas de Canarias.

Lo de papas bonitas se comprende en cuanto se observa la variedad de colores que presentan. En Icod el Alto cosechan hasta unas 13 variedades distintas de las 18 censadas en Tenerife por el CCBAT. Aunque aquí la más sembrada es la azucena blanca. «Es muy buena papa, lo que pasa es que a la gente también le gustan las papas por los colores —ríe Anatolio Luis (Tolio, 58), uno de los cosecheros de la asociación—. Les entran por los ojos, ven una papa media blanca y ya no la quieren tanto».

Sus mayores enemigos son el viento y, desde 1989, la polilla guatemalteca que se ha ido extendiendo cada vez más

En el almacén donde lavan, seleccionan y empaquetan las papas, Kiko y Tolio embolsan en redes unas papas bonitas ojo perdiz y azucena negra. | FOTO Y. MILLARES

«Y fíjate, es una cosa curiosa, estas papas azucena blanca y bonita blanca —señala unas cajas en el almacén— brotan antes. Y te pones a maquinar, ¿será por el color? —ríe de nuevo—. He notado que las papas que están menos en la tierra, la flor es más tirando a blanca. Sin embargo, otras que están más en la tierra, la flor es más oscura. Son curiosidades que va uno maquinando».

Sus mayores enemigos son el viento y, desde 1989, la polilla guatemalteca que se ha ido extendiendo cada vez más. «Con el cambio del clima todavía va a peor, el calor hace que la polilla se reproduzca más rápido», se lamenta. Este año ha perdido un 65% de la cosecha.

En este barrio las papas son de secano en fincas con frecuencia cubiertas por brumas y bajo una persistente llovizna

Pelucas para diabéticos
Ante el espectáculo multicolor de tantas papas distintas, Tolio las va señalando. «Estas son peluca roja, peluca blanca, borralla roja, bonita negra, azucena negra, bonita blanca, bonita roja, peluca negra, ojo perdiz, terrenta… Aquí hay trece». Como curiosidad, dice, «la peluca negra siempre ha sido la de los diabéticos; bueno, todas las pelucas. Yo la noto un poco más amarga, es más desabridona».

<7a> Aunque muchas labores se realizan a mano en Icod el Alto, para la siembra de papas bonitas ya emplean tractor. | FOTO JUDITH DELGADO

En este barrio las papas son de secano en fincas con frecuencia cubiertas por brumas y bajo una persistente llovizna. A su lado, Francisco González (Kiko, 63), añade: «Nosotros no sembramos la yema huevo en esta zona, porque son de riego (es una papa del sur). Y porque se grela muy pronto. A los 15 o 20 días o te la comes o tienes que sembrarla de nuevo».

Lo cierto es que se trata de plantas que requieren una serie de labores, desde la siembra hasta que se cavan para recogerlas. Precisan más atención que las variedades de semillas comerciales. «A las papas bonitas es a las que más cosas se le hacen», coinciden estos dos cosecheros.

«En La Orotava dicen que las siembran mezcladas para que se den envidia unas a otras y salgan más grandes», ríen y bromean Kiko y Tolio

«Primero se siembra, después se arrienda (arrendar es matarle las primeras hierbas y dejar el surco llano). A continuación aquí se suele hacer una media sacha, chiquita, y más tarde ya se sacha, que es hacerle el camellón. Cuando las plantas están grandes hay que empezar a sulfatarlas, porque aquí hay problema de mildiu. Cuando está ya la cosecha hecha, se le echa tierra de un lado para doblar la rama, porque si crece la planta para arriba las papas se van echando fuera de la tierra y se ponen verdes. Quince días antes de cavarlas se le corta la rama y la hierba que tenga», van explicando al alimón las tareas.

El momento en que hay que cavarlas y sacarlas «te lo va diciendo la rama, se va secando», concluye Tolio este recorrido.

La ‘envidia’ como estrategia
«En La Orotava dicen que las siembran mezcladas para que se den envidia unas a otras y salgan más grandes», ríen y bromean los dos. Aunque hay quien siembra sólo de una variedad en cada huerta, lo habitual, en efecto, es combinar distintas variedades. Así lo hacen en Icod el Alto. Pero, ojo, una variedad por surco y alternando colores. «Si, por ejemplo, un surco es de azucena blanca, en el siguiente tienes bonita negra para que las diferencies por la vista. Pones una blanca y una negra, una blanca y una negra, para que no se te mezclen», explica Kiko.

«Tienes que contrastar los colores porque si siembras parecidas te vuelves loco. Y ahora las ves limpias en el almacén, pero imagínatelas llenas de tierra en la huerta», añade Tolio. Él las cultiva en El Lance en distintas parcelas que eran de su abuelo, entre los 600 y los 700 m de altitud.

«La azucena negra se siembra un poco antes, para que tubericen juntas. La borralla se siembra un poco después porque está menos tiempo en la tierra» ANATOLIO LUIS

El ciclo de las papas bonitas recorre tres estaciones del año: se siembran en invierno, crecen y florecen en primavera y se recogen en verano. Eso sí, en huertas que van rotando de cultivo: un año papas, al siguiente trigo barbilla y al tercero chochos. Pero, advierten, «cada papa tiene su truco».

Así, a pesar de que toda esa variedad de papas las siembran en enero, hay excepciones. «La azucena negra se siembra un poco antes, para que tubericen juntas. La borralla se siembra un poco después porque está menos tiempo en la tierra». Además, algunas duran pocos días y enseguida grelan; mientras que otras, como la colorada de baga, es bueno comérsela a los tres o cuatro meses de cavada.

Y después hay papas, como la terrenta, «que deben estar por lo menos siete meses en el terreno. Hay que sembrarlas antes y recogerlas de las últimas».

Eso, aparte de la tradición de disponer de lo que llaman papas tempranas. «Siempre se siembra alguna en noviembre para coger en Semana Santa. Este año sembré las pelucas. Y había papa blanca que se sembraba en octubre y se cogía en Carnavales. Pero como cada vez llueve menos, no se está haciendo».

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