Tras la fugaz reineta comienza un nuevo ciclo de cuidados
Aclareo, riego, abono... cosechada la manzana, ahora toca atender los manzanos hasta el próximo otoño

El manzano es un árbol frutal presente en las islas Canarias desde hace varios siglos, pero no se había dedicado a la elaboración de sidra sino en fechas recientes para aprovechar la reineta, que no puede competir en precios con la manzana importada. Pellagofio las ha buscado para hacer la primera cata de sidras canarias. [En PELLAGOFIO nº 93 (2ª época, febrero 2021)].
Por YURI MILLARES
La puesta en marcha de diversas sidrerías en Canarias desde hace varios años –ver PELLAGOFIO del mes pasado, con la primera cata de sidras producidas en el archipiélago– está asociada al riesgo de abandono y desaparición del manzanero (como se nombra en el habla canaria al manzano, en línea con el más habitual uso aquí del sufijo -ero para los árboles frutales: almendrero, naranjero o papayero), como fórmula para invertir esta tendencia ante la poca rentabilidad que obtiene el agricultor por sus manzanas.
“La competencia con los precios de las grandes superficies terminaron por dejar gran parte de ellas en los árboles sin recoger porque no tienen salida”, nos decía el enólogo Constancio Ballesteros al explicar la puesta en marcha de una sidrería en La Palma para dar salida a esa producción en la Bodega Castro y Magán.
«Si le pagas al agricultor 30 céntimos dice: mira, que se caigan del árbol»LUIS RAVINA
En Tenerife, esta preocupación ya había llevado en 2007 a un grupo de agricultores a fundar la Asociación de Productores de Manzana Reineta y, poco después, una sidrería: Posma. Luis Ravina, su enólogo, sitúa el problema en que “si le pagas al agricultor 30 céntimos dice: mira, que se caigan del árbol”. Por eso, cuando el objetivo es recuperar el cultivo para pagar al agricultor un precio por la manzana que merezca la pena, “con una sidra natural es imposible, estás fuera de mercado, por eso nos fuimos a la línea de las sidras espumosas, para darle un valor añadido”.

Según Ravina “tenemos un producto que es una joya”, dice refiriéndose a la manzana reineta y sus excelentes cualidades para la elaboración de sidra, como también lo ha sido siempre en fresco para comer y para repostería. Su recolección entre octubre-noviembre la tiene en los mercados locales muy poco tiempo. “Es lo que dure el producto fresco, tanto para hacer la sidra como para venderla”, señala Virgilio Domínguez, que la cosecha tanto para una cosa como para otra y elabora su propia sidra: Chacerquén.
Otra variedad de manzana, ésta más exclusiva, es la que conocen en Tenerife como pajarita. “Prosperó en La Orotava, pero, a diferencia de la reineta –que se conoce y cultiva en todo el mundo–, no se han encontrado similitudes. Tuvimos la suerte de elaborar sidra hace unos años en Posma con esa manzana: espectacular, más aromática. ¿Qué pasa? Que es una manzana muy temprana y a finales de agosto o principios de septiembre ya está para coger. Y cuando no hay fruta en el mercado esa manzana sale volando. Además, es muy buena”, relata Luis Ravina.
Pero ocurre, se lamenta, que “árbol que muere, árbol que no se repone; es lo que la asociación quiere romper. El problema es que se ha ido a cultivos asociados con la papa y el manzano no tolera que le castigues la sombra de la copa o que le dañes el tronco. Aquí plantamos el surco de papas a faz del tronco y así te estás cargando las raíces superficiales”.
Una segunda dificultad, señala, es que muchos son árboles viejos y “su nivel productivo desciende a unos niveles que no lo hacen rentable”. A todo ello se suma un problema que “venimos detectando desde hace unos años: la reineta está siendo atacada por ceratitis, la mosca de la fruta. Llámalo cambio climático o como quieras, pero la mosca está llegando arriba. La principal plaga del manzano en el mundo es la carpocapsa o polilla del manzano, el clásico gusanito de toda la vida y aquí su incidencia es muy baja; lo que está haciendo daño es la ceratitis”.
Pasada la zafra de la reineta y su fugaz presencia en los mercados locales, así como su transformación en sidra la que se destina a ello, el ciclo anual de los cuidados del manzano inicia su curso en el invierno, cuando tras ofrecer el fruto descansa preparándose para la primavera.
«El estiércol y el entullo picado es un acolchado que le ayuda a mantener la frescura en verano, y tiene mucha vida de microorganismos debajo»VIRGILIO DOMÍNGUEZ
“El árbol lleva poco y últimamente no le estoy dando nada de químicos –dice Virgilio Domínguez–. Lo que sí lleva es una limpieza. No me gusta utilizar la palabra poda, porque la gente entiende por poda la que se le da a la viña y el árbol lo que hace entonces es largar vara, recuperarse: echa unos chupones enormes y no da fruta. Lo que se hace es aclareo y algún tratamiento con polisulfuro de calcio para los huevos de la mosca y otras plagas”.
Con unos árboles que tienen ya bastantes años y cultivados en secano, añade, “no tienen riego; abono sí hay que echarles. Lo ideal es el estiércol y el entullo picado cuando haces la limpieza con la desbrozadora. Ese acolchado le ayuda a mantener la frescura en verano y tiene mucha vida de microorganismos debajo”. Para las nuevas plantaciones que la elaboración de sidra está propiciando, el manzanero ya es ayudado con algún que otro riego.
«Si el árbol tiene muchas manzanas, hay que quitarle cuando son pequeñas, así las que quedan se hacen más grandes»ANTÓN DELGADO

Sobre el cuidado de los manzanos, Antón Delgado, técnico agrícola del Ayuntamiento de Valleseco (en Gran Canaria) al frente de la sidrería municipal, explica que, “al igual que la papa o la naranja, el manzano como toda la fruta necesita potasio: si no lo añades al suelo y tienes el manzano hace veinte años, la manzana no te crece”.
Y si el árbol “tiene muchas manzanas, hay que quitarle cuando son pequeñas, así las que quedan se hacen más grandes. Si las tienes ecológicas las puedes sulfatar con aceite de nim (la savia de un árbol), si no, las sulfatas con algún producto como la cipermetrina, que es de los más flojos, para la mosca de la fruta”.
El abonado, sin embargo, “no puede ser sólo estiércol, a no ser que sea estiércol de burro o caballo, que son los que más potasio tienen. Porque el resto del estiércol lo que aporta es nitrógeno y los árboles necesitan poca cantidad”.
Miguel Ángel Rodríguez, que en torno al año 2010 plantó su finca en Cuesta de Valsendero (Valleseco) con unos 600 manzaneros (“el incendio se chapió unos cuantos, y algunos se han estropeado”, precisa) sí riega los suyos. “El año pasado no llovió nada y le dimos tres riegos, que nunca antes le había dado tres riegos; no como a un naranjero o un aguacatero, pero hay que regarlo una o dos veces”).
El resto de la manzana tras el picado y prensado de la manzana con la que obtiene el mosto para su sidra Niebla, lo aprovecha como abono. “Míralo ahí en los matos frutales –señala–. Es un gran abono para los matos, es un mantillo que les procura frescura y nutrientes”.