¿Quién conoce las salinas del Confital?

Al norte de la bahía del Confital, en las cercanías de la playa de Las Canteras, una explanada con paredes semiderruidas acoge la olvidada historia de unas salinas que abastecían a la ciudad más populosa del archipiélago canario. En una fotografía aérea de 1977 todavía se pueden identificar los tajos donde cristalizaba la sal, que pocos años después es apenas un llano de tierra. A finales de 2009 ha comenzado la redacción de un proyecto para la rehabilitación de este singular patrimonio etnográfico, junto a una de las playas urbanas más famosas del mundo. (Edición PELLABLOG, semanas 1 y 2/2010, 4 enero).
● Textos: Yuri Millares. ● Fotografías: Y. M. y documentación del proyecto de rehabilitación de las salinas del Confital. |



Conservación inexistente
Según la ficha del anteproyecto de rehabilitación que prepara el ayuntamiento, “a las Salinas se accede a través de una carretera sin asfaltar y en malas condiciones. Su estado de conservación es inexistente y los últimos vestigios de La Casa del Salinero y las factorías de pescado están actualmente ocupadas. El abandono de la actividad económica para la que fueron concebidas repercute en su falta de integración en el medio y sería aconsejable una reconversión visual debido a su deterioro”.

Un lector pone sobre aviso a PELLABLOG
La existencia de los restos de las salinas llegó a conocimiento de PELLAGOFIO gracias a un correo que recibimos de uno de nuestros lectores, quien publica información sobre las mismas en su web conocelaisleta.info. Ello ocurría en octubre de 2009. Cuando finaliza este mismo año, conocemos por la arquitecta Dara García la existencia del proyecto de rehabilitación, para lo que el propio ayuntamiento la ha contratado y que hace pocas semanas ha comenzado a redactar.
Un gran molino y un acueducto
Las Canteras y Bahía de El Confital: libro blanco (Cabildo Insular de Gran Canaria), que cita nuestro informador de conocelaisleta.info: “En las salinas del Confital se aprovechó un pequeño elevamiento de la costa, para construir unas instalaciones que extraían el agua del mar a través de un molino de viento de gran envergadura, edificado en madera, y que trasvasaba el agua hasta los cocederos a través de un acueducto de unos tres metros de altura y ochenta metros de largo”.

En carro de mulos por la ciudad
“El destino comercial de la sal que producían estas salinas durante este siglo estaba orientado a demanda local. El salinero repartía con un carro tirado por mulos o caballos, y con una camioneta después, la sal por los rincones de la ciudad, tanto a particulares, como a intermediarios, que luego la vendían en pequeñas tiendas. Muchos clientes de distintos pueblos de la Isla, llegaban hasta la propia salina a comprar la sal”.

Casa de madera para el salinero
“Además de la superficie productiva estas salinas contaban con un pequeño almacén, para resguardo de la sal, y una vivienda para el salinero. La casa era una construcción especial, completamente edificada en madera y con dos plantas. En la parte baja residía la familia del salinero y la alta se utilizaba como almacén y granero. A principio de siglo éstas salinas pertenecían a las familia de los Herreras, que la arrendaron a los Hernández”. El salinero más conocido en la memoria colectiva de los vecinos del barrio de La Isleta era conocido por Celestinito, destacan los autores del libro citado más arriba.

Mitos y creencias erróneas
“…la frescura de la memoria de las personas que trabajaron en ellas y la imagen de algunas fotografías antiguas, nos han permitido conocer uno de los bienes etnográficos más importantes que ha tenido esta ciudad. La recuperación parcial o total de este patrimonio es todavía viable, ya que con la ayuda de las personas que las trabajaron y la conservación del espacio de trabajo, se pueden acometer obras de restauración y puesta en uso, que darían a la zona del Confital un atractivo patrimonial muy significativo”, concluye Las Canteras y Bahía de El Confital: libro blanco. De momento ya han comenzado los trabajos de redacción del proyecto de rehabilitación, que deberán concluir en tres meses. ¿Y después?