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¿Quién conoce las salinas del Confital?

Al norte de la bahía del Confital, en las cercanías de la playa de Las Canteras, una explanada con paredes semiderruidas acoge la olvidada historia de unas salinas que abastecían a la ciudad más populosa del archipiélago canario. En una fotografía aérea de 1977 todavía se pueden identificar los tajos donde cristalizaba la sal, que pocos años después es apenas un llano de tierra. A finales de 2009 ha comenzado la redacción de un proyecto para la rehabilitación de este singular patrimonio etnográfico, junto a una de las playas urbanas más famosas del mundo. (Edición PELLABLOG, semanas 1 y 2/2010, 4 enero).

● Textos: Yuri Millares.
● Fotografías: Y. M. y documentación del proyecto de rehabilitación de las salinas del Confital.
Portada virtual del PELLABLOG nº 1 y 2/2010.
Las islas Canarias han tenido en producción, hasta mediados del siglo XX, innumerables salinas en bellísimas y muy bien acabadas obras de ingeniería que, desde entonces, han comenzado a desaparecer. Las de su ciudad más populosa, Las Palmas de Gran Canaria, podrían volver a existir si llega a buen puerto el proyecto de rehabilitación en marcha. El Ayuntamiento de esta ciudad ha iniciado, entre otros proyectos vinculados al patrimonio histórico del municipio más poblado del archipiélago canario, los trabajos que deberían culminar en la rehabilitación de lo que denomina Conjunto Etnográfico de las Salinas del Confital. Se trata de unas salinas cuya construcción data de 1867 y que estuvieron en activo hasta 1956, con una producción que alcanzó las 120 toneladas anuales. Se encontraban al norte de la bahía del Confital, a muy poca distancia de una de las playas más famosas del mundo, Las Canteras. Sin embargo, la mayoría de los habitantes de la ciudad no saben que existieron estas salinas. Ni siquiera hoy, visitando el lugar, podrían imaginar que allí había toda una industria salinera, tal es el grado de deterioro de los restos que dan testimonio e ello.

A la izquierda, fotografía aérea tomada en 1977 de la bahía del Confital, con parte de la ciudad y su playa de Las Canteras. Al norte, en La Isleta, se encuentran los restos de las salinas. En el centro, la ampliación de esta misma foto: se observa el estado de las salinas y todavía se identifican los cocederos donde se calentaba el agua y los tajos donde cristalizaba la sal. A la derecha, detalle de una ortofoto de 2001 que permite apreciar la desaparición de las salinas desde la imagen anterior de 1977. Ahora ya no se ven los tajos, sepultados bajo una explanada de tierra que bordean algunas paredes de piedra semiderruidas y los restos del acueducto. | FOTO ARCHIVO PELLAGOFIO
Este es el aspecto que ofrecen los restos de las salinas del Confital en 2010: apenas una explanada de tierra donde sólo queda el rastro de algunas piedras que dan dimensión a lo que aquí hubo hasta 1956. | FOTO YURI MILLARES

Conservación inexistente

Según la ficha del anteproyecto de rehabilitación que prepara el ayuntamiento, “a las Salinas se accede a través de una carretera sin asfaltar y en malas condiciones. Su estado de conservación es inexistente y los últimos vestigios de La Casa del Salinero y las factorías de pescado están actualmente ocupadas. El abandono de la actividad económica para la que fueron concebidas repercute en su falta de integración en el medio y sería aconsejable una reconversión visual debido a su deterioro”.

El molino en una fotografía fechada en 1905. Bajo él había un pozo de unos tres metros de profundidad, para favorecer la extracción y obtener un agua más limpia. | FOTO ARCHIVO PELLAGOFIO

Un lector pone sobre aviso a PELLABLOG

La existencia de los restos de las salinas llegó a conocimiento de PELLAGOFIO gracias a un correo que recibimos de uno de nuestros lectores, quien publica información sobre las mismas en su web conocelaisleta.info. Ello ocurría en octubre de 2009. Cuando finaliza este mismo año, conocemos por la arquitecta Dara García la existencia del proyecto de rehabilitación, para lo que el propio ayuntamiento la ha contratado y que hace pocas semanas ha comenzado a redactar.

Un gran molino y un acueducto

Las Canteras y Bahía de El Confital: libro blanco (Cabildo Insular de Gran Canaria), que cita nuestro informador de conocelaisleta.info: “En las salinas del Confital se aprovechó un pequeño elevamiento de la costa, para construir unas instalaciones que extraían el agua del mar a través de un molino de viento de gran envergadura, edificado en madera, y que trasvasaba el agua hasta los cocederos a través de un acueducto de unos tres metros de altura y ochenta metros de largo”.

Los restos del acueducto de 80 m de largo que conducía el agua del mar hacia los cocederos y la arquitecta Dara García, en una de sus visitas de documentación para redactar el proyecto de rehabilitación. | FOTO YURI MILLARES

En carro de mulos por la ciudad

“El destino comercial de la sal que producían estas salinas durante este siglo estaba orientado a demanda local. El salinero repartía con un carro tirado por mulos o caballos, y con una camioneta después, la sal por los rincones de la ciudad, tanto a particulares, como a intermediarios, que luego la vendían en pequeñas tiendas. Muchos clientes de distintos pueblos de la Isla, llegaban hasta la propia salina a comprar la sal”.

Serrucho y martillo en mano, estos hombres se retratan, a principios del siglo XX, encaramados a la estructura del gran molino de madera que captaba el agua de las salinas del Confital. | FOTO ARCHIVO PELLAGOFIO

Casa de madera para el salinero

“Además de la superficie productiva estas salinas contaban con un pequeño almacén, para resguardo de la sal, y una vivienda para el salinero. La casa era una construcción especial, completamente edificada en madera y con dos plantas. En la parte baja residía la familia del salinero y la alta se utilizaba como almacén y granero. A principio de siglo éstas salinas pertenecían a las familia de los Herreras, que la arrendaron a los Hernández”. El salinero más conocido en la memoria colectiva de los vecinos del barrio de La Isleta era conocido por Celestinito, destacan los autores del libro citado más arriba.

Este agujero de metro y medio de profundidad es lo que queda del antiguo pozo que surtía de agua de mar a las salinas. | FOTO YURI MILLARES

Mitos y creencias erróneas

“…la frescura de la memoria de las personas que trabajaron en ellas y la imagen de algunas fotografías antiguas, nos han permitido conocer uno de los bienes etnográficos más importantes que ha tenido esta ciudad. La recuperación parcial o total de este patrimonio es todavía viable, ya que con la ayuda de las personas que las trabajaron y la conservación del espacio de trabajo, se pueden acometer obras de restauración y puesta en uso, que darían a la zona del Confital un atractivo patrimonial muy significativo”, concluye Las Canteras y Bahía de El Confital: libro blanco. De momento ya han comenzado los trabajos de redacción del proyecto de rehabilitación, que deberán concluir en tres meses. ¿Y después?

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