Fuerteventura, 9.873 almas y una sola obra pública

La emigración canaria al continente americano tenía en 1890 un futuro poco prometedor para los isleños que decidían embarcar con tal fin. Es una de las informaciones que rescatamos del periódico semanal lanzaroteño ‘La Legalidad’ que se imprimía en Arrecife en la calle del Ángel, en la serie “Curiosidades de hemeroteca”. Incluimos también el ‘secular abandono’ en que se encontraban las islas Canarias hasta el siglo XIX: en Fuerteventura, la única obra pública realizada por el Estado era el faro de Jandía, aunque en 1890 se iniciaron varios proyectos (el muelle Chico, el faro de Tostón…). [En PELLAGOFIO nº 35 (1ª época, noviembre 2007).]
La Legalidad
(Arrecife de Lanzarote, 1890).
Fuente: El Museo Canario.
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“La emigración a Buenos Aires”
Costumbre constante hasta nuestros días, y desde remotos tiempos, ha sido la expatriación de los canarios al continente americano (…), donde no han dejado de encontrar el medio de subvenir a sus mayores necesidades, soliendo muchos regresar a la patria, después de larga ausencia, con sus bolsillos repletos en aquel rico suelo. A la vista de estos caudales, el furor de emigrar tomó incremento, dándose el caso de que muchos resolvieran expatriarse (…) por la natural ambición de hacerse ricos. Pero, desgraciadamente, esos felices tiempos han cambiado. Tanto en las Antillas, como en Venezuela, en Montevideo y en Buenos Aires, el curso de los negocios no es muy seductor (…) para la emigración de nuestros paisanos ●
■ 3 julio 1890
“En justicia” [A propósito de una Fuerteventura olvidada].
Fuerteventura, habitada por 9.873 almas, que paga al Estado por consumo y contribuciones directas 99.404 pesetas, cuenta 22.843 cabezas de ganado y produce sólo de cereales unas 60.000 fanegas al año, por lo que ostenta el merecido título de granero de las Canarias; no tiene en su extenso perímetro otra obra pública que el magnífico faro de Jandía, el cual preserva al navegante en tormentosas noches del inminente peligro que ofrece su traidora baja, y señala, cual astro luminoso de bellas esperanzas, al vacilante viajero, la presencia de la borrosa y anhelada tierra, tanto más poetizada y querida, cuanto más lejana e invisible. De ese olvido irritante por parte del Gobierno, al que habrán contribuido en gran modo las estrecheces producidas por las guerras intestinas y otras catástrofes en el erario nacional (…), saldrá en breve (…) merced al eficaz concurso de los eminentes canarios Srs. de León y Castillo (…). En el día se trabaja con ahínco (…) para concluir los proyectos del muelle de Puerto de Cabras y del primer trozo de la carretera de este pueblo a Tuineje (…). Poco tiempo tardará en sacarse a subasta (…) la construcción del faro de Tostón, reclamado por la seguridad de los buques que costean el litoral del O. de Fuerteventura (…) y que por falta de aquél están expuestos a naufragar en los bancos a que da nombre la playa mencionada ●