Captadores de niebla para restaurar laurisilva y acuífero en Gran Canaria

ECOISLA. Con la mirada puesta en recuperar el paisaje del monteverde, frenar la erosión en las zonas más afectadas por el gran incendio forestal de 2019 y mejorar la capacidad de infiltración en el acuífero en uno de los puntos más importantes de la isla para la obtención de agua que necesita el sector primario, el Cabildo de Gran Canaria ha puesto en marcha el proyecto Life Nieblas: la ladera de solana del barranco del Andén ya cuenta con los 15 captadores de niebla para regar la repoblación de 24.000 árboles de especies de laurisilva. [En PELLAGOFIO nº 96 (2ª época, mayo 2021)].
Por YURI MILLARES
Con el fin de aunar diversos proyectos e ideas para determinar, sistematizar y hacer un protocolo de trabajo de todas las repoblaciones en la isla en función del tipo de vegetación y su orientación, el Cabildo de Gran Canaria ha aprovechado la oportunidad que le brinda el subprograma de Acción Climática del programa LIFE [1] de la Unión Europea para el Medio Ambiente y Acción por el Clima.

“Aprovechamos que este año el invierno ha sido bastante lluvioso para hacer una pequeña repoblación en el barranco del Andén [afluente de barranco de la Virgen] con plantas que ya teníamos en la zona, de la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas”, explica Rainero Brandon, técnico de la Consejería de Medio Ambiente y coordinador del Life Nieblas, mientras visita las obras de instalación de los captadores.
El grueso de la repoblación, que ocupará una extensión 35 hectáreas restauradas con 24.000 árboles propios de la laurisilva, todavía tendrá que esperar a que estén a pleno funcionamiento los 15 captadores de niebla que acaban de instalarse en abril de 2021. “Vamos a usar faya, acebiño, paloblanco, viñátigo y madroño –especies de la laurisilva más resistentes en la ladera en solana donde se plantarán–, pero tenemos que hacer una limpieza para que no se lo coma el helechal, porque si cubre a la planta la mata”, añade señalando cómo los helechos ya están cubriendo la pequeña repoblación de meses atrás.

Los captadores de niebla que se emplean aquí tienen una estructura de cuatro metros en acero galvanizado, con un tratamiento antioxidante y rodeada de mallas con un diámetro de apertura lo suficientemente grande para que permita el paso de la gota y ordeñar la nube. “La bruma pasa a través de la malla que actúa como un obstáculo donde esa humedad se condensa y precipita. Debajo hay un recogedor, conectado a una manguera, que llega hasta unos depósitos intermedios que permiten calcular la cantidad de agua que se obtiene en cada aparato y, de ahí pasa a los depósitos de riego de las repoblaciones”.
Estas estructuras aguantan un viento sostenido de 100 km por hora, aunque la malla habrá que irla renovando porque se va a deteriorar con el paso del tiempo por la acción del sol, por el uso y porque se va a llenar de musgo e irá perdiendo efectividad.

Con un consumo cero de electricidad y con cero emisiones de CO2 gracias a una plantación tradicional con riego de agua por gravedad, Life Nieblas tendrá una duración de cuatro años. “Además, este proyecto va a servir para diseñar un nuevo captador de nieblas con la participación de la Universidad de La Laguna, el Instituto Canario de Investigaciones Agrarias y el Instituto Tecnológico de Canarias, para que sea más eficiente, más económico ¡y más fácilmente transportable, porque un aparato de éstos pesa sus 700-800 kilos!”, señala Rainero Brandon.
“La idea es que, en el futuro, la vegetación que se plante aquí haga innecesarios los captadores –explica–, ya que será capaz por sí misma de captar humedad suficiente de la niebla. Se ha instalado sólo para regar la reforestación y una vez terminada su función se puede llevar a otro lado. Por eso estamos ideando uno que sea más cómodo de manejar”.
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[1] LIFE, vida en inglés, pero acrónimo de L’Instrument Financier pour l’Environnement, en francés.