Los indígenas canarios y la producción de quesos tras la conquista

Gabriel Betancor, doctor en Historia Moderna y Contemporánea, analiza la participación indígena en la actividad ganadera tras la conquista. En la imagen superior, pastor con cabras en Tenerife en 1905, fotografiado por Jordao da Luz Perestrello. [En PELLAGOFIO nº 29 (1ª época, febrero 2007).]
Por GABRIEL BETANCOR QUINTANA
La ganadería menor fue uno de los pilares fundamentales de las economías y las sociedades aborígenes en Canarias. Cabras, ovejas y cochinos eran las especies que componían su cabaña ganadera cuando los conquistadores europeos ocuparon el archipiélago. La importancia socioeconómica de la actividad ganadera en las distintas islas era desigual. Fluctuaba desde la preponderancia ganadera de la economía aborigen de Fuerteventura, hasta la mayor complejidad socioeconómica de la Gran Canaria prehispánica, donde el desarrollo incipiente de una agricultura de regadío supuso diversas cortapisas al desarrollo de las actividades ganaderas.

Los aborígenes no conocían el arte de quesear en el sentido occidental. Sin embargo, tras la conquista la producción de quesos descansó principalmente en manos de las mujeres indígenas
En esta reorganización de la actividad ganadera en las islas, los conquistadores y colonos tuvieron que recurrir al concurso de canarios, gomeros y guanches; sin la participación de los naturales de Canarias hubiese sido imposible mantener en producción los ingentes rebaños que había en las islas a la llegada de los europeos. Para ello aprovecharon el trabajo de centenares de familias de pastores que atendían los ganados y elaboraban el queso mientras pugnaban por ganarse un lugar bajo el sol del orden colonial.
Según los cronistas de la conquista de Canarias, y a decir de la historiografía dominante en las islas, los aborígenes no conocían el arte de quesear en el sentido occidental. Sin embargo, tras la conquista se consumaron no sólo como reputados pastores, sino que la producción de quesos descansó principalmente en manos de las mujeres indígenas. Inmediatamente acabada la conquista militar de las distintas islas, podemos observar a miles de canarios, gomeros y guanches –auténticos náufragos sobrevivientes a la debacle de las sociedades canarias prehispánicas– que frecuentemente acuden a las escribanías de La Laguna, el Real de Las Palmas, Telde ó Gáldar a escriturar sus actividades comerciales y, concretamente, las ventas de queso que realizaban.
El principal producto, derivado de la ganadería menor, que comercializaron los indígenas fue el queso. La mayoría de las transacciones realizadas por los pastores indígenas no dejaron rastro documental, pues en muchas ocasiones la entrega de la mercancía a los mercaderes se realizaba en las cercanías de sus cuevas y majadas, en lugares donde, por lo general, no llegaba el brazo registral de los escribanías coloniales. Aún así, el volumen de producción quesera indígena del que quedó registro notarial en las escribanías tinerfeñas y grancanarias hasta 1525 es notorio: más de 12.000 kilos de queso comercializaron los indígenas (1).
A la luz de las diversas vías de integración de los naturales de Canarias en la sociedad colonial tras la conquista europea (particularmente, al constatar la importancia de sus actividades ganaderas y de su producción quesera), parece necesario perfilar el conocimiento histórico que la sociedad canaria contemporánea ha construido respecto a las sociedades prehispánicas en las islas, así como al momento genésico de la sociedad moderna en Canarias.
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(1) AHPLP: P.N.: 1505-1525, AHPTF: P.N.: 1505-1525.