Senderos

De la toponomia cambiante de Morro al cielo de Jandía

El camino que atraviesa el barranco de Gran Valle, en la península de Jandía, fue en el pasado la vía de comunicación de Morro Jable con la costa de Barlovento y la aldea de Cofete, cruzando una cordillera que acerca Fuerteventura al cielo. De su historia y hasta anécdotas rescatamos información para conocer mejor una ruta con vistas de gran belleza. [En PELLAGOFIO nº 34 (1ª época, octubre 2007)].

■ CAMINO DE GRAN VALLE
Acceso señalizado, de sotavento a barlovento

Sendero cómodo de transitar y fácil de identificar en todo su recorrido, se puede realizar en unas tres horas y está señalizado en sus extremos por sendos carteles. El camino de Gran Valle discurre a través del Parque Natural de Jandía hacia Cofete. El acceso se encuentra al borde de la pista de tierra que sale del cementerio de Morro Jable. El suave ascenso entre las montañas que bordean el valle nos conduce a la degollada de Cofete, desde donde descendemos por la cara de barlovento con unas espléndidas vistas ●

Por ANDRÉS RODRÍGUEZ BERRIEL
Artículo elaborado con datos tomados por el propio autor de su libro todavía inédito ‘Apuntes para la historia de un pueblo (Morro Jable) en su centenario’

Conozco Morro Jable desde mi más tierna infancia; incluso puedo decir que mi nacimiento rompió la rutina del pueblo la tarde del 18 de julio de 1936. Y no porque la guerra civil (noticia que se conoció dos días después en la isla) hubiera empezado, sino porque “el Guanche” (como era conocido el pailebot Guanchinerfe) que venía de Las Palmas y siempre llegaba de madrugada, no había fondeado en la playa y siguió de largo, acortando la singladura hasta Gran Tarajal: mi padre quería conocerme, ya que yo había nacido esa madrugada en Antigua y los habitantes del Morro se quedaron haciendo cábalas y comentarios sobre por qué no fondeó “el Guanche”.

Los topógrafos escriben «Ciervo», animal que nunca ha existido en la isla. Lo correcto es Siervo, porque todos los habitantes de las islas de señorío (Lanzarote, La Gomera, El Hierro y Fuerteventura) eran siervos, servidores, lacayos y medianeros del señor

Un cartel señala el inicio del camino de Gran Valle./ FOTO YURI MILLARES
Siervo sí, Ciervo no
El antiguo poblado de Morro Jable está situado en la playa desembocadura del barranco o valle del Siervo, abierto al sur con el Cuchillo del Siervo al poniente, y con Morro del Cavadero y Alto del Corral Bermejo formando la Solana del Siervo al naciente, y la degollada del Vizcaíno al norte, sobre las laderas de Cofete. La mayoría de los planos y cartografía arranca de los años 40, cuando se hizo el primer levantamiento topográfico y geodésico de Fuerteventura por topógrafos militares peninsulares, que no diferencian la pronunciación entre “siervo” y “ciervo”.
Atravesando el barranco Gran Valle en dirección a la degollada de Cofete./ FOTO YURI MILLARES
Estos topógrafos escriben “Ciervo”, animal que nunca ha existido en la isla (creo que los primeros cérvidos los trajo la Legión en los años 70, y por la misma época también la Granja del Cabildo cuando trajeron camellos y gacelas africanas). Lo correcto es Siervo, porque todos los habitantes de las islas de señorío (Lanzarote, La Gomera, El Hierro y Fuerteventura) eran siervos, servidores, lacayos y medianeros del señor. Incluso existían otros siervos de los medianeros, los esclavos moriscos o morenos.

Pero lo más probable es que el nombre le venga de los siervos de la Señora, Doña María de Música, La Peregrina, que tenía dos siervos, lo que le dio el nombre al valle. El topónimo Morro Jable le viene por el rayón o morro de jable, una adaptación al castellano o españolización de la palabra francesa de sable (arena), dada por los normandos o primeros conquistadores de la isla. Dicho morro arrancaba desde la Solana del Siervo, aproximadamente en la cota 75, y con un ancho de 80-100 m se perdía en el mar. El viento y las corrientes marinas hacían que se moviera por todo el saladar, hasta que la especulación hizo desaparecer el morro –o mejor, el jable– para la construcción, dejando solares donde hoy se levantan hoteles-colmenas.

El paso de la degollada de Cofete./ FOTO A. RODRÍGUEZ CABRERA
En las actas de Cabildo y documentos antiguos Morro Jable aparece como “Puerto Muelas”, probablemente por la exportación de muelas o piedras de molinos de mano, que se extraían de la piedra negra viva (entre basalto y roca volcánica) abundante en el barranco. Otro nombre que se mantiene por tradición oral es el de “Puerto de la Cebada”, por la exportación, casi clandestina, que se hace de la cebada morisca producida en la Dehesa, principalmente en Cofete, y que se exportaba sin control del Cabildo, ni de los Herrera y los Saavedra y más tarde de los marqueses de Lanzarote (que lo único que exigían era el décimo de la orchilla), y era un embarcadero sin regidor ni habilitado.

Cofete existe
Morro Jable aparece citado en el Diccionario Geográfico-Estadístico de Madoz de 1845-1850, ni en el de Pedro de Olive de 1860-1894 que da como único asentamiento humano en Jandía a “Cojete”, error de transcripción de Cofete: “Aldea situada en el t.m. de Pájara, p.j.. de Arrecife, isla de Fuerteventura. Dista de la calle del d. a 22 km. y la componen 7 edificios de un piso y 24 chozas y habitados por 19 v., 67 almas y 9 inhabitados”.

Los habitantes de Cofete vivieron durante siglos de la orchilla, el ajicán, los cultivos y la ganadería, sin casi pagar impuestos de medianería; solamente el arrendamiento temporal de los orchilleros y recolectores de aceite de pardela, que se cobraban cuando se enviaban grandes partidas. Estos habitantes desaparecen cuando Winter se hace con el dominio absoluto de la dehesa de Jandía e impone unas normas abusivas y dictatoriales. Pero esa es otra historia.

■ CUADERNO DE CAMPO
Con los pies temblando y los ojos puestos en la espalda de Sventenius

Fue en abril de 1969, recuerda Bramwell, durante un viaje con Enrique Sventenius, cuando viajó por primera vez a Fuerteventura y subió al pico de la Zarza. El relato de este viaje de exploración y búsqueda botánica lo publica en su columna “Cuaderno de campo” de PELLAGOFIO y lleva por título “Ascenso de vértigo al pico de la Zarza”

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