Baúl del lector

Apañada diminuta en Alegranza

Esta vieja fotografía de una excursión a la isla de Alegranza para pescar, cazar pardelas y recoger ganado, por parte de un grupo de gracioseros y realizada por Javier Reyes en 1957, es el tema que inspira a nuestro columnista Domingo Rodríguez en esta entrega de la serie el “Baúl del lector”. [En PELLAGOFIO nº 11 (2ª época, julio-agosto 2013)].

Por DOMINGO RODRÍGUEZ MARRERO

Es la isla situada más al norte del Archipiélago, la que con su enorme cráter de más de mil metros se dejaba ver, antes que ninguna otra, a los navegantes que desde los orígenes de la exploración de Canarias y la costa continental africana celebraban con alborozo el encuentro con ella, confirmando el acierto en el rumbo. De ahí su nombre: Alegranza.

Es la primera que recibe los vientos del Norte, la que primero ve los jallos que, perdidos en sabe Dios qué puntos del Atlántico, [son traídos por las corrientes, arribando a la orilla para ser recuperados, como se ha hecho siempre, por los habitantes de la Graciosa, Lanzarote y Fuerteventura.

Los navegantes celebraban con alborozo el encuentro con ella, confirmando el acierto en el rumbo. De ahí su nombre

Alegranza, reino de la pardela cenicienta, silencio roto por la rompiente, por el viento siempre presente, y por las excursiones de gracioseros que accediendo a la isla, se llevaban a la vuelta algunas cabras de costa, en una especie de apañada diminuta y el posterior embarque hacia la mayor de las islas del archipiélago Chinijo, después de un día en el que, acompañados por el fotógrafo ambulante Javier Reyes, dieron cuenta, con toda probabilidad, de unas cuantas pardelas –cuando no estaban protegidas–, y que tienen una condición muy curiosa: “al que le gusta, le gusta con locura; para el que no le gusta, es lo más repugnante que hay”, según Agustín Pallarés (torrero que fue del faro de Punta Delgada, al este de Alegranza), un hombre que vivió una infancia feliz en el islote, y que se hizo farero para seguir disfrutando de la tranquilidad, del aislamiento, de la lectura, de la Naturaleza de Alegranza, el trozo de tierra canaria más al norte de todo el archipiélago, el Chinijo y el grande.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba