Escuelas de vocaciones que forjaron proyectos de vida

«Poniendo en marcha escuelas en lugares donde la gente vivía en cuarterías o cuevas, ¿quién podía dar una oportunidad a aquellos niños y niñas del subdesarrollo? Todo se confió a la vocación de maestras y maestros», escribe Míchel Jorge Millares en esta entrega para la serie “Baúl del lector”. [En PELLAGOFIO nº 105 (2ª época, marzo 2022)].
Por MÍCHEL JORGE MILLARES
Periodista
Si naciste después de 1970, viviste una infancia en la que niños y niñas estaban escolarizados de forma obligatoria hasta los 14 años. Antes de los 70, en muchos lugares no había escuela (ni luz, ni agua corriente…), o eran insuficientes para la enorme demanda parida por una población animada a practicar el baby boom. Pero ese año llegó la Ley General de Educación y se impuso acabar con el dramático porcentaje de analfabetismo.
La pobreza también era dramática. Antes ya había maestras que acudían a impartir clases a pie o en burro, a una vida de retiro agotador, trabajando en un aislamiento absoluto. Poniendo en marcha escuelas en lugares donde la gente vivía en cuarterías o cuevas. ¿Quién podía dar una oportunidad a aquellos niños y niñas del subdesarrollo? Todo se confió a la vocación de maestras y maestros. Y, a pesar de las limitaciones, cambiaron el país.
Hasta que se implantó la EGB, niños y niñas solían estar en clases separadas. Y las clases llenas, con 30 y 40 alumnos para un maestro solo
En esa transición que nos muestra la foto, partiendo de la nada, de la incultura y la ignorancia, vemos emerger una maestra, Pino Rodríguez Díaz (ver reportaje en PELLAGOFIO nº104), capaz de transformar un grupo de niñas en proyectos de vida. Ella convertía la obligación de acudir al aula en los primeros pasos del saber y se convirtió en un modelo que observaban las niñas cada día en la nueva escuela unitaria, construida en una loma cerca de El Sequero, el barrio más antiguo de Ingenio.
Hasta que se implantó la EGB, niños y niñas solían estar en clases separadas. Y las clases llenas, con 30 y 40 alumnos para un maestro solo. La separación era por sexos, de ahí que reunían a todas las edades en un aula. Los niños con los niños y las niñas con las niñas.
Todavía hay, en algunos lugares, recuerdos de aquellas estructuras arquitectónicas, silenciosas y abandonadas, de aquel plan de construcciones escolares, otras han desaparecido o son reconvertidas para otros fines. En la orilla de la playa de Veneguera, en Arbejales o en Acusa. Las escuelas unitarias inicialmente eran casas de antigua construcción y teja a dos aguas de arquitectura tradicional canaria. Las del Plan Nacional de Construcciones Escolares eran impersonales y no pegaban ni con cola en nuestros pueblos alejados, pero así se planificaba casi todo en la dictadura.
Hubo grandes y excelentes profesores que intentaron crear una sociedad mejor, con sacrificio y vocación
La primera norma educativa importante en España fue la Ley Moyano (mitad del s. XIX). En ella se estableció la construcción de escuelas con casa para el docente, aunque no siempre se cumplía. Los colegios eran potestad de los ayuntamientos, pero apenas tenían recursos. En la dictadura de Primo de Rivera se realizó el primer esfuerzo por construir escuelas por el Estado.
La breve Segunda República elaboró y puso en marcha el primer Plan de Educación, que fue frenado en seco por la dictadura, con numerosos docentes depurados, trasladados o simplemente amedrentados, porque un intelectual ya provocaba sospechas. La educación se consideró un elemento integrador del nuevo régimen, con sus pilares: la familia, la Iglesia y el Estado. Un entorno que combinaba lo confesional y patriótico (símbolos religiosos, retratos del fundador de Falange, himnos). Un temario único, para toda España y para fomentar la unificación lingüística, pero también para mostrar una España de la que conocíamos sus cordilleras y sistemas, sus ríos y afluentes, aunque en Canarias no existieran.
De todos modos, hubo grandes y excelentes profesores que supieron transmitir el conocimiento, las inquietudes y el afán de superación a su alumnado. Intentaron crear una sociedad mejor, con sacrificio y vocación.