Baúl del lector

Se fue pa’ las plataneras, al eterno descanso

En los años 50 y 60 del siglo pasado la ciudad comenzó a ver levantarse sobre las plataneras los cimientos de varios polígonos de viviendas y de los equipamientos más destacados de la isla, escribe Míchel Jorge Millares en esta entrega de la serie “Baúl del lector”. [En PELLAGOFIO nº 121 (2ª época, septiembre 2023)].

Por MÍCHEL JORGE MILLARES
Periodista

El cementerio de Vegueta fue construido en las afueras de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Los primeros muros se levantaron en 1811, obligados por una epidemia de fiebre amarilla. Los alisios limpiaban el aire y lo transportaban hacia la Vega de San José, entonces cubierta de plataneras. A los difuntos se les decía, metafóricamente, que se habían marchado «pa’ las plataneras», al eterno descanso entre piñas y horcones. Allí cerca estuvo el patíbulo de la ciudad.

El verde de las huertas dio paso a la expansión de la ciudad en esa dirección. Y ahí queda un icono arquitectónico que es víctima del paso del tiempo y los cambios sociales: la Casa del Niño

A partir de este punto, aquella apacible urbe se transformaba en una gran huerta y despensa. Pero en los años 50 y 60 del siglo pasado comenzó a ver levantarse los cimientos de varios polígonos de viviendas (San José, Zárate, Hoya de La Plata) junto a varios de los equipamientos más destacados de la isla.

La Escuelas de Capacitación Agrícola y Hostelería, Colegio Universitario de Las Palmas (¡que tenía soportes para dejar los esquís para la nieve! y el Cabildo ha cedido a la ULPGC), los hospitales Insular y Materno-Infantil, la Escuela de Enfermería, la Ciudad Deportiva Gran Canaria (antes Martín Freire). La universidad ha instalado un Campus, organismos autonómicos su sede (Semac) y hasta la Guardia Civil.

Muchos cambios de uso y una saturación de construcciones en un espacio que fue la gran vega que se extendía al sur de la ciudad. El verde de las huertas dio paso a la expansión de la ciudad en esa dirección. Y ahí queda un icono arquitectónico que es víctima del paso del tiempo y los cambios sociales: la Casa del Niño. Otro inmueble emblemático que va camino «pa’ las plataneras».

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