Baúl del lector

Una de piratas (sobre ruedas)

El conductor de pirata Kiko Aguiar y el furgón conocido como ‘Camino Verde’. Una fotografía del archivo de la Fundación Canaria Néstor Álamo, que da pie a Domingo Rodríguez para hablar del personaje, el vehículo y la actividad de estos transportistas en otra entrega de la serie “Baúl del lector”. [En PELLAGOFIO nº 15 (2ª época, diciembre 2013)].

Por DOMINGO RODRÍGUEZ MARRERO

Su presencia formaba parte del tráfico aún soportable de la isla. No llevaban banderas negras con calavera y tibias cruzadas. Tampoco eran asaltantes de galeones ni incendiaban pueblos y puertos de un imaginario Caribe, sino que unían a través de las carreteras de piche distintas localidades con la capital. Eran los “piratas”, esos vehículos que no se sabía muy bien si había que considerarlos furgones con asientos o denominarlos con el término más técnico y pomposo de “microbuses”. Poco o nada importaba, pues de ninguna manera se iban a imponer al otro nombre que popularmente les fue adjudicado (salvo excepciones con denominación propia y diferenciada de la generalidad).

Eran los “piratas”, esos vehículos que no se sabía muy bien si había que considerarlos furgones con asientos o denominarlos con el término más técnico y pomposo de “microbuses”

Pertenecían a propietarios individuales, que “pirateaban” recogiendo pasajeros por el camino –para lo que no estaban autorizados–, haciendo la competencia a los coches de hora. Como lo hacía el Camino Verde, conducido por Francisco Kiko Aguiar Moreno, en la ruta Guía-Las Palmas.

No sabemos si Kiko vivía en algún paraje llamado Camino Verde, o con el vehículo que manejaba solía transitar por el camino verde que va a la ermita, como decía aquella canción tan popular de mitad del pasado siglo. Tampoco podemos afirmar si a Kiko le entusiasmaba tanto esa canción que se hizo merecedor del sobrenombre de Kiko el de Camino Verde haciéndolo extensivo a su coche o fue el coche el que prestó el apelativo a Kiko. Lo que sí podemos decir, porque nos informó nuestro buen amigo Santiago Gil, el de los quesos de Guía, es que el coche era verde, como el camino de la canción. El único “pirata” color esperanza, cuyo propietario, Ramón Jiménez, el de la lucha canaria, puso en manos del hombre de la foto, Kiko Aguiar, que posa orgulloso junto a Camino Verde.

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