Buchón de la tierra, de ladrón perseguido a deportista premiado

El próximo Campeonato Nacional de Palomos de Raza, a celebrar en Baena (Córdoba), última etapa en el reconocimiento del buchón de la tierra de Tenerife como una de las razas de España. Su origen está en los ejemplares que llegaban por el puerto y se vendían en el mercado de Nuestra Señora de África. [En PELLAGOFIO nº 83 (2ª época, febrero 2020)].
Por YURI MILLARES
En la primera quincena de marzo de 2020 se celebra en el pueblo cordobés de Baena la XXX edición del campeonato de España de palomos de raza. Después de haber sido presentado y evaluado los cuatro años anteriores en los campeonatos celebrados en diversas localidades de Andalucía y Galicia, está previsto que en esta convocatoria los jueces de la Real Federación Española de Colombicultura reconozcan, finalmente, al buchón de la tierra de Tenerife como una de las veintitantas razas de palomos de España.
José Alberto de León, fundador y presidente del Club del Palomo Deportivo Alparu, con sede en Tegueste, ya tiene preparado el dosier con la historia de esta ave y la descripción de su estándar que llevará a la cita, junto con algunos ejemplares criados por miembros del club.
«Esos palomos después salían, conquistaban una paloma y la traían: o aumentabas el número de palomas en tu casa, o hacías un caldo»JOSÉ ALBERTO DE LEÓN

“Este palomo nace de los corrales en las casas –explica–, de los que venían de la costa levantina y acababan comiendo con las gallinas. Esos palomos después salían, conquistaban una paloma y la traían. Y, o aumentabas el número de palomas en tu casa, o hacías un caldo. Aquel palomo siempre estaba trabajando: le quitabas aquella paloma y se iba a por otra”.
De palomos “valencianos”, como genéricamente se llamaba a los que llegaban por el puerto de Santa Cruz, aunque en ese Levante español se conocen diversas razas, los criadores fueron sacando su propio palomo con los cruces que en la isla se iban haciendo. El propio José Alberto, fue uno de tantos niños que a mediados del pasado siglo XX los iban a buscar al mercado.
«En mi casa no venía de tradición familiar, cada vez que suspendía me decían ‘fuera los palomos'»JOSÉ ALBERTO DE LEÓN
“Yo nací en Venezuela, pero me vine con 8 o 9 años y ya con 10 años me dio la afición. En aquel entonces no había otra cosa sino jugar con los amigos en la plaza o, si no, palomos. Los amigos del barrio teníamos nuestros palomos y como, en mi caso, no venía de tradición familiar, cada vez que suspendía me decían en casa ‘fuera los palomos”, sonríe.
En tres puestos del mercado
Lo que hacían él y los otros niños en aquella época era ir al mercado de Nuestra Señora de África, en Santa Cruz, que era donde había compra-venta de palomos. “Me acuerdo que había tres puestos y en una especie de mostrador acristalado ponían los palomos dentro a arrullar. Llegaban los compradores y decían sácame éste, sácame aquel”, explica, aunque a veces a lo que iba él es a vender los suyos cuando en casa le hacían quitarlos.
“Yo cogía la cajita y me ponía por fuera, la gente los compraba y yo me quedaba sin palomos. Pero cuando los soltaban, alguno volvía a casa y se iban quedando hasta el siguiente suspenso, que volvía otra vez al mercado”, ríe. En 1964 sacó la licencia para poder tener palomos a través de la sociedad Teide, que se había fundado en 1960. “A partir de ahí ya no he dejado los palomos nunca”, asegura.
El buchón, un palomo seductor que ‘robaba’ palomas mensajeras, «molestaba a la colombofilia que a su vez estaba arropada por el Ministerio de Defensa»

Las palomas mensajeras se venían usando en Canarias desde el siglo XIX por las casas consignatarias en los puertos, pero no es hasta principios del XX cuando se crean las sociedades colombófilas de Gran Canaria (1900) y de Tenerife (1902).
En 1960, 58 años más tarde, se funda en esta última isla la sociedad de palomos deportivos Teide. Durante todo ese tiempo el buchón, un palomo seductor y conquistador que robaba palomas mensajeras, “molestaba a la colombofilia que a su vez estaba arropada por el Ministerio de Defensa”, dice.
«Un palomo de estos ve una paloma volando como una escopeta y consigue ponerse delante, la hace girar de trayectoria y la trae a tu casa»JOSÉ ALBERTO DE LEÓN

Doblemente perseguidos
A partir de 1960 los buchones también empezaron a molestar a los palomos deportivos, por lo que fueron doblemente perseguidos: había que hacerse socio para tener palomos, te entregaban una pareja de los llamados deportivos y había que dar los buchones, que eran entregados a los asilos para… hacer caldo.
Pero tener palomos buchones fue una afición que se mantuvo, pues combinaba el aspecto lúdico de disfrutar viendo cómo atraían palomas a su palomar, con el hecho de suponer un ingrediente apreciado en la dieta del isleño.
“El sentido de tenerlas era divertirse de ver cómo un palomo de estos coge una paloma que no es tuya, porque lo sueltas, sale volando, ve una paloma en cualquier dirección volando como una escopeta y consigue ponerse delante, la hace girar poco a poco para que cambie de trayectoria y la trae a tu casa. No formaba parte de la ganadería ni nada por el estilo, pero sí es verdad que, si el palomo cogía tres o cuatro palomas a la semana, alguna seguro que era para hacer un caldo. En aquella época los médicos siempre recomendaban el caldito de pichón cuando estabas malo. «Un caldito de pichón calentito no le viene mal al enfermo», te decían”.
Al rescate de palomas mensajeras extraviadas y exhaustas
Soltar al buchón y que volviera con una paloma robada “era un premio para el propietario del palomo. Y lo vuelves a soltar y sale como una escopeta a buscar otra. Es una forma de divertirte”, explica José Alberto de León la afición por estas aves, sobre todo entre la chiquillería de antes. Desde el Club Alparu, sin embargo, además de desarrollar una labor de recuperación de la raza después de la persecución a que estuvo sometida, han orientado sus habilidades naturales al terreno de la competición deportiva, encajándolo en dos de las modalidades de colombicultura que practican.
En la modalidad del palomo de ataque se suelta un palomo solo a ver cómo trae una paloma
La modalidad del palomo deportivo consiste en solar un grupo grande de machos (pintados con anilinas de colores llamativos para identificarlos) con una hembra a ver quién la conquista.
Los buchones de la tierra participan en las modalidades del palomo de ataque (se suelta un palomo solo a ver cómo trae una paloma que no es tuya) y los palomos de raza (para exposiciones en las que se valora la perfección en su morfología y su comportamiento meloso).Dentro de la modalidad del palomo de ataque, en Alparu han orientado la habilidad de los buchones tinerfeños para traer hembras a su caja en el palomar, creando el concurso específico que llaman Arte, Seducción y Conquista.
JOSÉ ALBERTO DE LEÓN:
«Soltaban 500 palomas en Las Palmas y los críos iban al muelle con unos cacharritos de millo y agua y las cogían, desfallecidas»
Consiste en ir al rescate de las palomas mensajeras que se pierden, “y aquí se pierden miles que mandan desde Gran Canaria o La Gomera a Tenerife, para que vuelvan”, dice. Todas las palomas mensajeras rescatadas se devuelven a los clubes de colombofilia de las que proceden.
“Llevamos tres años haciéndolo. El año pasado entregamos así unas 700, con unos impresos que se firman y sellan como recepción de esas entregas”, explica. Los aficionados que las recuperan puntúan esas entregas y reciben unos premios.
“Enseguida nos han venido las cartas de agradecimiento de la Real Federación Española, de la federación canaria, de las federaciones insulares ¡y de los propios socios!, «oye, que esa paloma vale para mí un montón». Recuerdo que de chico tenía un buchón que cuando llegué de clase tenía tres palomas mensajeras esperándolo alrededor de su cajón. Porque soltaban 500 palomas en Las Palmas y muchas se quedaban danzando por todos lados, se posaban en las casas, perdidas, y el mío no tenía sino que ir al edificio de enfrente y empezar a trabajarlas. Los críos iban al muelle con unos cacharritos de millo y agua y las cogían, desfallecidas de cansancio y de falta de comida” ●