Historia Oral

Canarias, escala de la 1ª línea aérea intercontinental

Durante medio siglo, el matrimonio alemán compuesto por Hans-Georg y Uta Korth ha estado vinculado a las islas Canarias, destino anual de sus vacaciones de invierno durante décadas. El padre de ella fue piloto de los primeros hidroaviones que unían Europa y América del Sur pasando por las Islas. [En PELLAGOFIO nº 10 (2ª época, junio 2013)].

Por YURI MILLARES

La vinculación con Canarias del matrimonio que integraban Hans-Georg y Uta Korth se remonta a sus respectivas y muy singulares historias personales. Él era marino y trabajó muchos años como radiotelegrafista a bordo de los barcos fruteros de la Norddeutsche Lloyd, que transportaban los plátanos de Canarias hacia Bremen (Alemania), al reanudarse en 1951 el servicio interrumpido durante la Segunda Guerra Mundial.

El éxito del primer servicio de transporte postal aéreo intercontinental se debió a la fiabilidad y robustez de los hidroaviones Dornier Do J denominados Wal (ballena, en alemán). Sobre estas líneas, sellos conmemorativos de Brasil y Gambia, países que enlazó este servicio.
Ella era hija del piloto Alfred Viereck, que trabajaba para la compañía Luft Hansa a bordo de los hidroaviones que establecieron la primera línea aérea intercontinental para transporte de correo, atravesando el Atlántico desde Gambia a Brasil entre 1935 y 1937 (año en el que Viereck murió en accidente en Banjul, la capital de Gambia que entonces se llamaba Bathurst).

En su calidad de turistas fieles a Canarias, estuvieron muchas décadas viajando en invierno a Gran Canaria hasta fechas recientes, aunque también han viajado por otras islas del archipiélago. El interés por Canarias no era sólo por disfrutar de su clima y su paisaje, también por su gente y su cultura (incluso estando en su domicilio en Bremen, acostumbraban ver en la televisión, vía satélite, los programas Tenderete y La bodega de Julián). Así fue como contactaron hace unos años con PELLAGOFIO, interesados por obtener información y números atrasados de la publicación.

La ruta que seguían los ‘Wals’ era de Stuttgart a Buenos Aires pasando por Sevilla, islas Canarias, Bathurst (actual Banjul, en Gambia) y Natal (ya en Brasil), reabastecidos durante el viaje por buques

Fruto de ese contacto que fue personal, desplazándose ambos hasta la sede de la revista/suplemento en Guía, llegaron después por vía postal unos CDs conteniendo varias series de fotografías antiguas: unas, tomadas por el propio Hans-Georg a finales de los años 50, en sus escalas a bordo del buque MS Liebenstein para cargar plátanos en los puertos de Santa Cruz de Tenerife y de La Luz y Las Palmas; otras, del álbum del padre de Uta, fechadas entre 1935 y 1936, en las que aparecen diversas imágenes de las ciudades de Las Palmas (especialmente, el barrio de Guanarteme y las aguas interiores de la bahía del puerto) y de Arucas, pero también del propio hidroavión y el barco catapulta MS Schwabenland que le asistía, atracado en Las Palmas, incluso algunas desde una de las ventanillas del aparato en pleno vuelo que había realizado, explicaba ella, con una cámara Leica que tenía.

Roald Amundsen y Ramón Franco
Los hidroaviones alemanes que realizaban el servicio intercontinental de transporte del correo en los años 30 del siglo XX, conocidos como Wal (ballena, en alemán), eran los famosos Dornier Do J, unos bimotores muy avanzados en su época y de los que el explorador noruego Roald Amundsen utilizó dos aparatos en 1925, al intentar alcanzar el Polo Norte desde la isla de Spitzbergen.

Un año después, en 1926, sería el comandante español Ramón Franco quien utilizó uno para realizar la primera travesía aérea del Atlántico Sur, en un vuelo de 59 horas y 39 minutos entre Palos de la Frontera y Buenos Aires.

La compañía Luft Hansa puso en marcha la primera línea aérea entre Europa y América del Sur con este modelo de avión en febrero de 1934, combinando su uso con el apoyo de varios buques que lo reabastecían de combustible en el mar.

300 travesías
La ruta que seguían los Wals (media docena de ellos realizaron 300 travesías intercontinentales como correos postales) era de Stuttgart a Buenos Aires pasando por Sevilla, islas Canarias, Bathurst (actual Banjul, en Gambia) y Natal (ya en Brasil), reabastecidos durante el viaje por buques como el MS Schwabenland.

Con ocasión de este número de PELLAGOFIO dedicado a la aviación en Canarias, no hemos podido contar con el testimonio de la hija del aviador, para que nos diera más detalles de los vuelos de su padre. Uta Korth falleció recientemente. Sí esperamos poder ofrecer a nuestros lectores, en un próximo número, una entrevista con Hans-Georg Korth.

A partir de abril 1935 los barcos ya no llevaron a los hidroaviones en el mar. El Wal era lanzado justo en la orilla y atravesaba todo el océano, reduciendo la duración del viaje entre Alemania y Brasil de cuatro a tres días.

El primer barco reconvertido para recarga de combustible en el Atlántico fue el SS Westfalen, un barco de carga y de pasajeros que ya había quedado anticuado al poco de finalizar la Primera Guerra Mundial, por su pequeño tamaño y reducida velocidad de crucero. La segunda conversión de un buque para este servicio fue con el MS Schwabenland, hasta que en 1936 un nuevo buque de apoyo entró en servicio, el MS Ostmark, construido específicamente para interactuar con el servicio de hidroaviones.

Francia, también
La francesa Compagnie Générale Aéropostale ya operaba desde 1925 un servicio de correo aéreo en la misma ruta, desde Francia a Brasil. Pero el avión correo sólo hacía la ruta hasta Dakar (Senegal) y desde allí el correo era enviado, atravesando el Atlántico Sur hacia Natal, a bordo de destructores reconvertidos para esta función que tardaban cinco días en hacer el viaje.

En total, pues, eran trayectos de ocho días. Air France, en la que Aéropostale fue absorbida, sólo comenzó a operar un servicio aéreo entre Europa y América del Sur en enero de 1936, casi dos años después que Luft Hansa. El éxito de la compañía alemana se debió, en gran parte, gracias a los robustos y marineros Wals y sus fiables motores BMW.

■ EL ÁLBUM DEL PILOTO VIERECK
Las fotos que una turista alemana envió a PELLAGOFIO

Desde una de las ventanillas del Dornier Do J ‘Samum’, Alfred Viereck tomó esata vista de la costa canaria con su Leica.
La bahía del Confital vista desde la playa de las Canteras (Las Palmas), en 1935.
El puerto de La Luz en Las Palmas.
El MS Schwabenland fue el segundo buque catapulta que comenzó a operar como apoyo a los hidroaviones. Aquí, en el puerto de La Luz (Las Palmas).
El barrio de Guanarteme en 1935, entre el mar y los arenales (con el puerto de La Luz al fondo).
La ciudad de Arucas (Gran Canaria), desde la carretera que llega de Teror.
Vista de la parte de la ciudad de Las Palmas que crecía hacia Guanarteme y el Puerto. En el centro de la bahía del Arrecife (playa de las Canteras), la central eléctrica de la CICER (Compañía Insular Colonial Electricidad y Riesgos, S.A.).
■ UN HITO DE LA AVIACIÓN
Lanzados con catapulta para ahorrar combustible

Por Pablo Millares

De la información (en inglés) que hemos podido rastrear en Internet, sabemos que los primeros vuelos de prueba de Luft Hansa para establecer el servicio de correo postal intercontinental comenzaron en 1933, convirtiéndose en un servicio regular a partir de febrero 1934. Los Wals volaron la etapa transoceánica de la ruta, entre Bathurst (África Occidental) y Fernando de Noronha (un grupo de islas frente a Natal, Brasil) realizando al principio una parada de recarga de combustible en medio del océano.

Un barco catapulta en cada extremo
El Wal amerizaba en alta mar, cerca de un buque de carga reconvertido para asistirlo, que lo izaba a bordo con una grúa para repostar y luego lo lanzaba mediante una catapulta de vapor (si los hidroaviones evitaban despegar desde el agua por sus propios medios, podían ahorrar combustible y emplearlo en el vuelo). Sin embargo, el amerizaje en altamar tiende a dañar el casco de los aviones, por lo que a partir de septiembre de 1934 la compañía dispuso de un segundo buque a fin de tener un barco de apoyo en cada extremo de la etapa transoceánica, brindando señales de radionavegación y lanzamientos catapulta.

Cuando el correo procedente de Europa llegaba al África Occidental (por Wal desde las islas Canarias), el buque de apoyo navegaba en dirección a América del Sur durante 36 horas, antes de lanzar el avión con su catapulta. En el viaje de regreso, el Wal volaba la etapa de Natal a Fernando de Noronha y luego iba a bordo del barco durante la noche hasta la mañana siguiente, 12 horas después, en que era catapultado hacia África Occidental a la mañana siguiente ●

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