Las vacas de las yuntas que aran, de dos colores y a la mano

Arar con yuntas es una práctica agrícola cada vez más rara, pero que todavía practican en Canarias quienes se dedican a la cría de bovino de las razas autóctonas. Una actividad con usos y tradiciones que varían, como el tipo de yugo o la mezcla de capas entre las vacas o toros que la componen. [En PELLAGOFIO nº72 (2ª época, febrero 2019)].
Por YURI MILLARES

La isla de La Palma no sólo tiene una raza bovina autóctona diferente –la palmera– a la del resto del archipiélago –la canaria, que en Tenerife llaman “ganado basto” y en Gran Canaria “de la tierra”–. Incluso la enyugan de modo diferente para trabajar, por la influencia gallega y portuguesa que está en el origen de la propia raza. En vez del clásico yugo que une a las vacas o bueyes por la testuz, utilizan otro que une a los animales por el cuello y en las otras islas emplean para camellos y burros: la canga*.
“Hay una canga para labrar de 2,10 y otra que es para tirar, de 1,80”, explica Luis Martín De Paz una tarde que acaba de arar en la Cruz del Manchón (Breña Alta). “La de tiro es más más corta, porque hay veces que tenemos alguna yunta que sirve para arrimar tierra de papas, surcas con ella y da justo para ir entre medias de dos riegos y vas arrimando papas en el centro”.

En la pequeña parcela a donde ha llevado a Maravilla y a Panadera quiere cultivar judías coloradas de semillas antiguas de la isla “que antes teníamos en la casa y ahora nos intercambiamos en la Red de Semillas”, dice este criador de vacas palmeras y vicepresidente de la Asociación Española de Criadores de Ganado Vacuno Selecto de Raza Palmera.
«Antes la yunta se hacía casi siempre de una colorada con una blanca o tostada, para no equivocarse»LUIS MARTÍN, ganadero
Mientras él guía a la yunta, que arrastra un arado al que ha puesto “ramaje” junto a la reja para hacer el surco más ancho, su primo Francisco Sanfiel Martín lleva una pequeña lata de donde va sacando las semillas de judía y echándolas a la tierra. “Ponemos un surco de judía y otro de millo para que quede más claro el millo y le de sombra y frescura a la judía, porque en julio el millo ya está grande”, explica éste.
Las dos vacas palmeras son de colores que él define como “blanca” una, “más trigueña” la otra, así que “se identifican un poquito, pero hay yuntas en las que las vacas son casi iguales y lo que se procuraba antes es que tuvieran distinto color, así sabías cuál era la de la derecha y cuál la de la izquierda”, explica.
En el libro genealógico de esta raza bovina “se mantienen las blancas un poco trigueñas o tostadas, pero no pusieron una que había aquí más colorada (no tan retinta como la de Tenerife, pero que era media rojiza), porque la yunta se hacía casi siempre de una colorada con una blanca o tostada, para no equivocarse”.
En Tenerife, el tractorista Venancio Rodríguez Dorta también se dedica a criar vacuno en Las Mercedes, en este caso de la raza canaria, y a sembrar para tener con qué alimentarlo. “La vaca basta, como le decimos aquí a la vaca canaria, es siempre para trabajos: para arar y para tirar de las carretas y traer la comida de los animales y la casa; y para leche (aunque no da como una frisona, antes se vendía y la gente comía de eso). Santa Cruz se abastecía de la leche de Las Mercedes”.
Aunque, dice, “aquí para queso no”, coincidiendo con lo que se hace en La Palma y a diferencia del vacuno en Gran Canaria, cuya leche sí se destina a la elaboración de quesos de mezcla o sólo de leche de vaca.

En su finca, en Jardina, tiene media docena de vacas canarias. “Ahora tengo las novillas, porque he quitado [casi todas] las vacas. Tengo la Centella, que parió la primera cría, Pajarita, que tiene ahora cinco meses. Después tengo la Jermosa; y el Marinero y el Dorado”.
Es un ganado que vive suelto, aunque a veces las estaca “para que estén en el sitio”, pues las tiene todo el día pastando; incluso en verano las tiene en el prado, aunque no haya que comer. “No importa, las suelto para que cojan piernas”, dice. “¿Tú no viste cómo brincan, que están elásticas? Eso no es de estar en la cuadra quieta”, dice señalando a Jermosa, una vaca de dos años y medio con la que ha echado una carrera para que le hiciera unas fotos. “Y de noche duermen en la cuadra”.
Las tiene enseñadas y las únicas órdenes que les da son ¡goj! “para que caminen o para que se paren” y ¡vamos! “para ir a la derecha o a la izquierda”. Las tiene enseñadas “desde chicas y sin pegarles, son animales mansos si les das cariño”, explica. Por supuesto, ara con ellas “para barbechar las tierras y después sembrar avena, cebada, trigo, millo, para ellos nada más (para mí hago algo de gofio con trigo, llevo el grano al molino, que lo tuestan y lo muelen). Y para surcar las papas”.
«A la vaca que enseñaste a la izquierda siempre tienes que enyugarla por la izquierda, si no, no sabe caminar, se abre»VENANCIO RODRÍGUEZ, ganadero
Hay vacas “que se enseñan a una mano y vacas que se enseñan a otra, que trabajan a la derecha o a la izquierda”, dice. “Si la enseñaste a la izquierda siempre tienes que enyugarla por la izquierda (caminando para ti tiene que ir a la izquierda). Tenía una que vendí hace un mes a un amigo y trabaja a las dos manos; pero si la enseñas sólo a una mano, cuando la vas a enyugar no sabe caminar, se abre, si la pones en la mano que no es”.
Tanto Luis como Venancio trabajan con tractor y con yunta. La parcela que aró y sembró Luis para ilustrar la entrevista de este trabajo “en una hora lo surcas con una yunta; con el tractor, un poco menos, pero tenemos que dejar unos pedazos grandes en las orillas para que gire y pierdes un montón porque las huertas aquí son pequeñitas”, explica la ventaja en este caso de la yunta.
Además, añade, “la reja del arado rompe la tierra y el tractor la batiquea* y rompe el helecho de las orillas”. Eso sí, a sus vacas les pone el zálamo “porque, cuando está surcando, a veces hay regadas coles o hierba en la orilla, se para a comer y se olvida de que está trabajando”.
Venancio coincide en esta apreciación y añade: “Para surcar las papas, para sembrar… Es más rápido que el Merrick. Y no contamina”, ríe.
La vaca “rompe la fuente”, pare y luego bebe agua de pasote
Recuerda el ganadero Luis Martín (La Palma) que a las vacas “solían darle algunas hierbas, pero ya no: ahora llamas al veterinario”. Les daban “brebajes con una botella”: si se ponía alguna “mala del estómago se le daba aceite, ceniza y azufre para intentar que revuelva. Y cuando paría, agua de pasote* para que no le diera pasmos”.
Cuando se acerca el momento del parto la vaca “se abre y hay que estar siempre pendientes, por si [el becerro] viene mal o viene virado. Si viene mal se avisa al veterinario, si no, nos encargamos nosotros”, añade.
VENANCIO RODRÍGUEZ:
«Si pare bien es mejor que la dejes quieta que ella pare sola, pero si viene trabada o viene cruzada hay que ayudarla»
Venancio Rodríguez (Tenerife) dice que “ocho o nueve horas antes del parto, la vaca parte. Después hay que esperar a que rompa la fuente, no meterte a sacarle la cría sin que rompa la bolsa. Cuando ella rompe la bolsa y le dé los dolores, si pare bien es mejor que la dejes quieta que ella pare sola, pero si viene trabada o viene cruzada hay que ayudarla”.Después… a compartir la leche entre el becerro y la casa, según la cantidad que dé.
“A Centella había que sacársela, porque llegó a dar más de 30 litros de leche al día, más que una vaca fina. Ahora mismo está dando nueve y nueve, pero le llegué a sacar 15 por la tarde y 19 por la mañana. Han venido a verla porque decían que es mentira y se han quedado callados. Yo no digo mentiras, ojalá diera menos”, dice Venancio.
“Alguna vaca que diera un poco más de leche durante un tiempito le estaban quitando un poco para la casa”, explica también Luis. “La que se dejaba ordeñar…, porque hay algunas que no se dejan, estaban acostumbradas a que era para el becerro. Pero por la miseria que había, durante un mes o casi dos meses están dando un poco más de leche y entonces le quitaban un poco para la casa el que no tenía cabras”.
*VOCABULARIO batiquear. Mover con fuerza (sin citas). También se usa batuquiar, posiblemente del portugués baticar, cita en este caso el Tesoro lexicográfico del español de Canarias.canga. “Yugo de pescuezo para dos animales” formado “por un palo horizontal que tiene a los lados dos palos más menudos que van hacia abajo, llamados cansiles, donde va el pescuezo del animal”. El yugo de testuz o para los cuernos es el propio de la mayoría de las islas Canarias, “pero se exceptúan La Palma y El Hierro, donde el único usado tradicionalmente es el de pescuezo, al que no llaman yugo, sino canga”, cita diversas fuentes el Tesoro… pasote. “Nombre de una planta olorosa que dicen es buena en infusión para los dolores de barriga. «Pa malejones de barriga: pasote»”, describe Pancho Guerra en Léxico de Gran Canaria ● |