Los vapores que sacaron a Franco de Canarias

El correo ‘Viera y Clavijo’ y el remolcador ‘España II’ navegaron durante gran parte del siglo XX en aguas del archipielago canario, donde prestaron innumerables servicios. Pero ambos entraron en los libros de Historia al permitir a Franco iniciar el levantamiento militar faccioso del 18 de julio. Entrega nº 32 de la serie “Yo fui en el correíllo”. [En PELLAGOFIO nº 20 (2ª época, mayo 2014)].
Por YURI MILLARES
Índice del relato, al pie de esta página
2.El vapor Viera y Clavijo fue construido junto a sus gemelos La Palma y León y Castillo entre 1911 y 1912, para servir en las aguas del archipiélago por encargo de la Compañía de Vapores Correos Interinsulares Canarios. Con sus 66,5 metros de eslora y sus 880 toneladas de registro bruto, salió del astillero Caledon (en Dundee, Reino Unido) y fue entregado a su armador en febrero de 1912, saliendo de Liverpool el día 15 con destino a Las Palmas. Adquirido en 1929 por la Compañía Trasmediterránea, cuando esta empresa compró la naviera canaria y su flota, estuvo en servicio hasta 1976. Llevado a Holanda para ser convertido en museo marítimo, fue desguazado en 1984. En su historia marinera hay dos episodios que lo hicieron entrar en los libros de Historia.
En 1937 el ‘Viera y Clavijo’ (con el que Franco viajó de Tenerife a Gran Canaria en 1936 para iniciar el levantamiento) protagonizó una espectacular fuga desde Villa Cisneros
Transporte de golpistas y represaliados
En 1937 protagonizó la espectacular fuga desde Villa Cisneros de un grupo de presos, de soldados que los custodiaban y de marineros del propio buque, en una huida desesperada del fascismo. Pero, curiosamente, había servido un año antes a Franco, destinado en Tenerife, para iniciar el golpe de Estado del 18 de julio que había provocado la detención de aquellos presos, durante la feroz represalia desatada.

Necesitaba ir hasta el aeródromo de Gando, donde le esperaba el avión que lo trasladaría a África

Historia del ‘España II’
Los militares que lo secundaban sacaron a las calles de Las Palmas la artillería, pero la carretera hacia el aeródromo no era segura (habría caído en manos de leales a la República que lo esperaban en el túnel de La Laja), así que decidió ir por mar y embarcó en el vapor España II que lo dejó en la orilla de la playa en Gando para subir al avión De Havilland DH89 Dragon Rapide que lo esperaba.
Franco habría caído en manos de leales a la República que lo esperaban en el túnel de La Laja, así que decidió ir por mar y embarcó en el vapor ‘España II’

“Cuando los demás remolcadores estaban ocupados atendía también a los barcos mercantes, pero normalmente se dedicaba a los pesqueros”, en tareas de salvamento, achique y remolque, explica Juan Garrido López, que fue capitán de remolcadores en La Luz desde mediados de los años 60 a principios de los 80. “Era un barco pequeño, lo que no quita para que hiciera grandes cosas en el puerto. Pero terminó como han terminado todas las cosas en el puerto de La Luz: en el fondo. Porque aquí no se recupera ni se tiene la más mínima intención de conservar el patrimonio”, se lamenta, echando en falta que en una ciudad como Las Palmas no exista aún un museo naval.

Y aquí entra en escena otro hecho curioso en esta historia: el alcalde Ortiz Wiott, reconocido y apreciado regidor de la ciudad, además de hombre demócrata, tuvo el valor, un mes antes de su cese en diciembre de 1977, “de restituir la memoria y el honor del Dr. Juan Negrín López, ciudadano de Las Palmas de Gran Canaria y Presidente de la II República, al anular la orden del 27 de abril de 1938 de designación de ‘Hijo Espúreo e indigno de la Ciudad”, según publicó en su web el Club La Provincia, durante el homenaje que se le tributó en 2007.
Abandonado y hundido dos veces
Fuera de servicio y olvidado en un rincón del puerto junto a otros buques abandonados, el 16 de febrero de 1981 Juan Garrido (entonces capitán-inspector de la flota de Cory Hermanos) escribió al comandante militar de Marina de Las Palmas informando de su hundimiento.

En septiembre de 1987, sin embargo, se pudo ver por última vez sobre la superficie del agua al remolcador que se hizo famoso un día por haber facilitado a Franco su salida de Las Palmas, aquel fatídico 18 de julio. “Vino una cabria (que trajeron de Tenerife, pero no sé si trabajaba allí o circunstancialmente estaba en Tenerife), lo reflotaron y se echó al fondo fuera del puerto junto a una docena de barcos que allí había hundidos”, relata a PELLAGOFIO el capitán, ya jubilado, Juan Garrido. Estorbaban para la realización de las obras de ampliación del puerto, que destinó aquel lugar a los astilleros de Repnaval.
■ ÍNDICE / Este artículo se organiza en seis partesUna fuga épica1–“La épica de unos vapores en su fuga del fascimo”, con el Stanbrock, el barco carbonero que evacuó de Alicante a los últimos refugiados republicanos días antes del fin de la guerra civil y el Viera y Clavijo… 2–“Los vapores que sacaron a Franco de Canarias”, el Viera y Clavijo fue el vapor correo que llevó a Franco de Tenerife a Gran Canaria para poner en marcha el golpe del 18 de julio. 3–“Prisiones flotantes en el puerto de Santa Cruz”, habilitadas por los fascistas en el puerto de Santa Cruz de Tenerife ante la saturación de las cárceles antes de ser enviados al destierro en el Sahara… 4–“En cuatro tiendas rodeadas por una alambrada”, la llegada de los deportados a un solitario fuerte en el desierto del Sahara Español para realizar trabajos forzados… 5–“Los deportados se fugan y la furia se desata”, cuando se fugaron de Villa Cisneros presos, la propia guarnición militar y los tripulantes Viera y Clavijo hacia Dakar. 6–Liberados al fin en Dakar, a bordo del vapor, el final de la odisea y la libertad ● |