Come con cienciaLluís Serra

Fresas y frutos rojos, salud y belleza en la mesa

«Es preferible escoger productos de nuestro entorno más cercano y en la estación adecuada. Fresas, arándanos, grosellas, frambuesas y moras se cultivan en las islas Canarias y son de extraordinaria calidad», escribe el doctor Serra en esta entrega de la serie “Come con ciencia”. [En PELLAGOFIO nº 118 (2ª época, mayo 2023)].

Los frutos rojos reducen el riesgo de enfermedad cardiovascular, cáncer, y cataratas, y mejoran el aspecto de la piel y reducen el envejecimiento

Por LLUÍS SERRA
Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública (Universidad de Las Palmas de Gran Canaria)

Entre los meses de primavera y verano la naturaleza nos regala las fresas y otros frutos rojos. También son conocidos como frutas del bosque y, en inglés, berries (strawberries, blueberries, blackberries). De delicioso sabor y un tesoro a nivel nutricional, son una fuente de antioxidantes importante en nuestra alimentación. En estos meses están en temporada y son de proximidad. Están mucho más sabrosos y son más nutritivos que en cualquier otra época del año.

Nos referimos a fresas, fresones, frutillas, cerezas, grosellas, arándanos, moras y madroños, sin incluir las ciruelas ni los tunos, por muy rojos que sean. Tradicionalmente, eran frutos que se recolectaban en el bosque y en el campo, desde el final de la primavera hasta el otoño. Ahora son, fundamentalmente, de cultivo. Su temporalidad hacía que fueran frutas candidatas a mermeladas, una forma de preservarlas durante el resto del año.

Miles de artículos científicos han descrito, en las últimas décadas, los beneficios de las frutas y verduras en la prevención de las enfermedades y la promoción de la salud. En el grupo de las frutas, las recomendaciones se centran en tres o más raciones (o piezas) al día en las distintas comidas (preferiblemente a base de frutas de temporada cultivadas localmente). Para las fresas y frutos rojos, una ración al día durante su temporada de tres-cuatro meses al año es una recomendación sostenible en Canarias.

Las fresas de Canarias son para consumo local y no se exportan fuera. Ello es debido a los altos costes, pues los insumos, desde los cartones a los plásticos de los invernaderos, vienen de fuera

El consumo de frutas en España aumenta de manera importante con la edad. Alcanza su máxima expresión en las mujeres mayores de 65 años, que refieren ingestas por encima de los 400 gramos diarios. El consumo en el colectivo femenino a los dos años es de casi 200 g y alcanza sus valores más bajos en la adolescencia.

A partir de esa edad sigue una línea ascendente, siempre con consumos superiores en las mujeres en relación con los hombres. Los resultados del estudio Pro Children, llevado a cabo en niños de 11 años de nueve países europeos, reflejan que los chicos y chicas españoles realizan los consumos más bajos de este grupo de alimentos, sobre todo para las verduras y hortalizas. Y en Canarias son todavía más bajos.

Es preferible escoger productos de nuestro entorno más cercano y en la estación adecuada. Fresas, arándanos, grosellas, frambuesas y moras se cultivan en las islas Canarias y son de extraordinaria calidad. La cereza requiere al menos 500 horas de frío (menos de 7º C) al año y se cultiva poco en Canarias.

Fresas y cerezas de Chile, por ejemplo, las tenemos buena parte del año a nuestro alcance, aunque fuera de nuestra temporada tengamos que pagar precios desorbitados para comerlas, dado que hay que pagar el viaje que realizan. Quizá no somos totalmente conscientes de que esos productos, que nos llegan desde distintos puntos del mundo, han perdido parte de sus vitaminas y minerales durante el viaje, al recolectarse en fases tempranas de maduración. Además de su elevado coste económico derivado del transporte, añaden un alto precio en impacto ambiental, puesto que han necesitado un elevado consumo energético para su transporte y han producido emisiones de carbono y gases tóxicos.

La fresa que se produce en las Islas es de la variedad Sabrosa Candonga, referencia de excelencia de una fruta cuya temporada tiene su apogeo entre abril y junio. Se producen en muchos rincones del archipiélago, aunque destacan las de la localidad tinerfeña de Güímar (en mesas de hidroponía en altura) y las de Valsequillo (que tiene hasta una feria especifica dedicada a las mismas).

En el valle de Valsequillo, en Gran Canaria, se cultivan unas 35 hectáreas en las que se producen 1.200.000 kilos de fresas al año. Es para consumo local y no se exporta fuera de las Islas. Ello es debido a los altos costes, pues los insumos, desde los cartones a los plásticos de los invernaderos, vienen de fuera. Y el costo del agua es importante.

La composición nutricional de este grupo es, fundamentalmente, agua (80%) y azúcares (fructosa, sobre todo, y sacarosa), polisacáridos, fibra, vitaminas y polifenoles (antioxidantes flavonoides). El predominio de más o menos azúcares, fibra y vitaminas y antioxidantes depende de su nivel de maduración. Como en la mayoría de las frutas, a mayor maduración más concentración de azucares y menos de fibra. Y las vitaminas y los antioxidantes tienen en un punto medio de maduración su máxima expresión.

No cabe ninguna duda de que el reconocimiento del papel de los antioxidantes alimentarios, en el nivel de salud de la población, es un factor muy importante desde el punto de vista de la Salud Pública. En este sentido, es esencial que los mensajes nutricionales se refuercen con otras acciones de acompañamiento: actividad física, abstinencia tabáquica… Hay que tener muy presente que la prevención sería tanto más eficaz cuánto más tiempo se mantengan todas estas conductas saludables. El tabaco o determinadas dietas son un factor pro oxidativo y, por ello, alimentos como las frutas rojas (ricas en flavonoides, antioxidantes) lo pueden contrarrestar parcialmente.

El mecanismo de acción antioxidante de los compuestos fenólicos es doble, por una parte, neutralizan radicales libres (cediendo un protón y convirtiéndose ellos mismos en radicales fenóxilos estables por resonancia). Por otra, que inmovilizan metales catalizadores de las reacciones de oxidación.

A diferencia de las vitaminas C y E, que actúan en la fase acuosa y en la bicapa lipídica de las membranas biológicas, respectivamente, los flavonoides por sus características hidrofílicas podrían evitar la progresión de la peroxidación lipídica en la interfase de la membrana. Por ello los frutos rojos reducen el riesgo de enfermedad cardiovascular, cáncer, y cataratas, y mejoran el aspecto de la piel y reducen el envejecimiento.

En Canadá, país en el que residí durante los años 1985-86, es costumbre la auto recolección de los berries por parte de urbanitas previo pago de la cesta correspondiente. Recuerdo un dicho en inglés: the darker the berry, the sweeter the juice (cuanto más oscura sea la fresa, más dulce será su jugo).

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