Arqueología

Gofio de amagante, alimento de los guanches alzados

El arqueobotánico Jacob Morales estudia las semillas de los asentamientos indígenas en Las Cañadas del Teide de los s. XIII al XVI

LA HUELLA ABORIGEN. Por primera vez se realiza en Tenerife un estudio sistemático de semillas, con recogida de sedimentos y procesado en dos estructuras habitacionales de Las Cañadas. No sólo ha revelado la importancia de la presencia estacional de los indígenas tinerfeños en las faldas del Teide, también qué comían un siglo después de la conquista. [En PELLAGOFIO nº 92 (2ª época, enero 2021)].

«Los guanches se adaptaron bien a este entorno de alta montaña que les sirvió de refugio y les ayudó a sobrevivir varias generaciones después de la conquista española»En Journal of Archaeological Science

Por YURI MILLARES

Arqueólogos canarios de distintas especialidades estudian, desde hace unos años, diversos yacimientos arqueológicos en Las Cañadas del Teide que están aportando valiosa información sobre la economía, la dieta o los desplazamientos de las poblaciones indígenas presentes en esta zona por encima de los dos mil metros de altitud. “A pesar de sus severas condiciones climáticas, los guanches se adaptaron bien a este entorno de alta montaña que les sirvió de refugio y les ayudó a sobrevivir varias generaciones después de la conquista española”, escribe un grupo de ellos en un artículo que acaban de publicar en Journal of Archaeological Science.

Con algunos de ellos ya ha hablado PELLAGOFIO a cuenta de las canteras de donde obtenían la piedra de basalto que labraban para fabricar sus molinos de gofio (Alberto Lacave, ULPGC), o las cuevas funerarias de las que han obtenido muestras para estudiar el tipo de dieta a lo largo de sus vidas a partir del análisis de los isótopos estables en restos óseos (Elías Sánchez, ULL).

En las estructuras de piedra de Chasogo y Cruz de Tea se ha documentado la presencia indígena entre los siglos XIII al XVI

Esta presencia en las faldas del Teide se acentúa a partir del s. XII, en busca de recursos para una población que crecía en sus asentamientos de medianías y costa. Es, precisamente, posterior a esa fecha la datación de los yacimientos cuyos sedimentos ha estudiado el especialista en arqueobotánica Jacob Morales (ULPGC). Se trata de las estructuras de piedra habitacionales de Chasogo y Cruz de Tea, donde ha documentado la presencia indígena entre los siglos XIII al XVI. “Asociadas a unas canteras de molinos rotatorios de piedra (dentro de las estructuras y por fuera aparece mucho material de trabajo de los molinos) aparecen hogares y fuegos que nos indican que se realizaban actividades domésticas de procesado de alimentos y cocinado”, explica.

Foto de una semilla de cebada (Hordeum vulgare) desde distintos lados. Yacimiento de Chasogo (Las Cañadas del Teide). | FOTO JACOB MORALES
Semilla de Pinus canariensis. Yacimiento de Chasogo (Las Cañadas del Teide). | FOTO JACOB MORALES
Semilla de mocán (Visnea mocanera). Yacimiento de Chasogo (Las Cañadas del Teide). | FOTO JACOB MORALES
El sedimento de esos hogares fue procesado y estudiado en el laboratorio del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada de Gáldar. “Lo interesante –destaca Morales– es que en las dos viviendas aparecen las mismas plantas: muchísimas semillas de amagante (Cistus symphytifolius). Creemos que abrían las cápsulas de las semillas con calor al fuego, por eso algunas están carbonizadas (se les caerían al fuego) y una vez abiertas las tostaban y hacían gofio con ellas (algo que menciona, para La Palma, Abreu Galindo [Historia de la Conquista de las Siete Islas de Canaria, 1632]). Aparecen en los sedimentos de las dos estructuras, aunque donde había más semillas era alrededor del fuego”.

Se hizo el estudio de las maderas con las que hacían fuego y eran de pino canario y leguminosas arbóreas (codeso, escobón y alguna retama de cumbre). Pero lo más destacado es que tanto en Chasogo como en Cruz de Tea han recogido semillas de amagante (miles), de pino (que, como el piñón, es comestible y muy nutritivo), de mocán y hasta de retama. “Pensamos que las semillas de amagante y de pino las estaban recolectando allí mismo, pero tenían que bajar a las medianías a recolectar mocanes (una especie más del monteverde) y recoger cebada”.

«Son sobre todo pastores moviéndose con sus animales en busca de pastos y los productos que consumen son, en su mayoría, plantas silvestres»JACOB MORALES

Al contrario de lo que ocurría en Gran Canaria (en una vivienda de la Cueva Pintada el 99% de las semillas eran de plantas cultivadas como cebada y trigo y el resto recolectadas: algún dátil, mocán), en Las Cañadas “son poblaciones bastante móviles, sobre todo pastores moviéndose con sus animales en busca de pastos, y los productos que consumen son en su mayoría plantas silvestres, no son cultivadas”.

Es la primera vez que se realiza en Tenerife un estudio sistemático de semillas con recogida de sedimentos y procesado. “No se había hecho antes –asegura–. Todavía es una información muy precaria, pero estos datos reflejarían la dieta de los últimos guanches que quedaron en Tenerife, que vivieron aislados de las poblaciones castellanas, pues están datadas hasta bien entrado el siglo XVI. De ahí que comieran poca cebada, tenían que comer lo que tenían allí arriba y por eso comían tanto amagante”. Se trataría de los conocidos como alzados.

■ EL DETALLE
Hablando de ‘alzados’ en Las Cañadas…

Un “libro de 1500 y pico habla de los alzados guanches cuando [los castellanos] conquistaron el valle de Taoro y un montón de guanches huyeron a la zona alta de La Orotava y siguieron luchando: en ese libro, cuya traducción hice, se menciona que no se podía subir al Teide porque había «unos bandidos», o sea, los alzados guanches”, dice el traductor y editor José Antonio Delgado, entrevistado en PELLAGOFIO de octubre 2020 ●

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