Hallazgos de presencia humana hace miles de años, ninguneados en Canarias
Descubiertas por el paleontólogo Francisco García-Talavera han sido despreciadas (herramientas neolíticas en Fuerteventura) o quedado en el olvido (fenicios en La Graciosa)

LA HUELLA ABORIGEN… Y DE OTRAS CULTURAS. Las dataciones más antiguas de restos humanos hallados en las islas Canarias están fechadas a principios de nuestra Era, pero muestras de su presencia con fechas mucho más antiguas descubiertas por el paleontólogo Francisco García-Talavera han sido despreciadas (herramientas neolíticas en Fuerteventura) o quedado en el olvido (fenicios en La Graciosa). [En PELLAGOFIO nº 113 (2ª época, diciembre 2022)].
Por YURI MILLARES
El inicio de la séptima campaña de excavaciones en el yacimiento romano del islote de Lobos a finales de noviembre, donde funcionaba un taller de extracción de púrpura entre los siglos I a. C. y el I d. C., descubierto en 2011, contrasta con el olvido más absoluto de otro hallazgo similar localizado en 2002 en la isla de La Graciosa, más antiguo y de probable origen púnico o fenicio. Fue el paleontólogo Francisco García-Talavera quien halló de modo casual el yacimiento de La Graciosa. «Estábamos en un proyecto que se llamaba Macaronesia 2000 y, en mi caso, investigando los cordones litorales, o sea, las playas levantadas del Cuaternario reciente, con fósiles marinos. Y en medio de eso apareció lo que se llama un beach rock (cordón litoral superior) que contenía fragmentos de ánforas. Y claro, nos llamó bastante la atención», explica.


De los años 1100-950 a. C.
Para poner fecha al yacimiento envió aquel mismo año 2002 dos muestras de esas ánforas a la Universidad Autónoma de Madrid, «que lo dataron con una técnica que se sigue utilizando, el OSL (Optically Stimulated Luminescence) [datación por luminiscencia ópticamente estimulada ] y el resultado obtenido —lee García-Talavera el documento— fue “datar la fabricación de las cerámicas estudiadas en el final del 2º Milenio para la M-1 (1.096 ± 278 años a.C.) y comienzo del 1º Milenio para la M-2 (950 ± 277 años a.C.)”».
Los doctores que hicieron la datación visitaron después el yacimiento, para calibrar con más precisión la antigüedad, «y les dio 80 años más antiguos; no es raro, hay otras dataciones parecidas en Lanzarote, pero hay una ‘corriente’ que niega todo eso» FRANCISCO GARCÍA-TALAVERA
Incluso los doctores que hicieron la datación visitaron después el yacimiento, para calibrar con más precisión la antigüedad, «y les dio 80 años más antiguos; esas ánforas eran de época fenicia o púnica, no romana, según el más-menos de la fecha datada. No es raro, hay otras dataciones parecidas en Lanzarote, pero hay una corriente que niega todo eso», añade.
La casualidad ha querido que este reinicio de las excavaciones en Lobos —que nos recuerda el olvido del taller de púrpura en La Graciosa, en peligro de desaparecer— coincida con la entrega al servicio de Patrimonio del Cabildo de Fuerteventura, en las mismas fechas de finales de noviembre y por parte de este paleontólogo (a través del investigador José Espinel, que viajaba a la isla), de las muestras de herramientas neolíticas que recogió en Hueso del Caballo (península de Jandía) y en su día le despreciaron y se negaron a recoger… y él se negó a tirar a la basura.

El doctor García-Talavera, con un equipo de investigadores del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife (hoy Museo de Ciencia y Arqueología) en el que estaba también el botánico Lázaro Sánchez-Pinto (ambos, por cierto, directores sucesivamente de esta institución), dirigió, a principios de este siglo XXI y durante cuatro años, la elaboración de la Carta Paleontológica de Fuerteventura pateando prácticamente toda la isla, especialmente el litoral. En la formaciones dunares de La Pared, en Hueso del Caballo, «encontramos un extraordinario yacimiento paleontológico con miles de huesos, un inmenso yacimiento en la arena de miles de metros cuadrados, una zona muy interesante donde aparecen numerosos fragmentos de huesos de una pardela que está extinguida, Puffinus holeae [pardela canaria de las dunas], de un ratoncito también extinguido, Malpaisomys insularis [ratón del malpaís] y, en medio de eso, industria lítica muy eolitizada (es decir, muy pulida por la arena y el viento)», detalla.

«Son utensilios deteriorados por estar expuestos en un lugar arenoso que termina siendo abrasivo. Puntas de flecha (muy gastadas, sin pedúnculo), mucho cuchillo de dorso, alguna raedera, material de diques basálticos» JAVIER ALOM, arqueólogo

El yacimiento fue arrasado posteriormente por las palas de las excavadoras para las construcciones que se levantaron en Costa Calma. «Sí, desgraciadamente y a pesar de nuestras reiteradas advertencias a las autoridades competentes, el yacimiento ha sido prácticamente destruido por las palas mecánicas en aras del desarrollo y es ahora cuando se habla de la presencia de artefactos líticos en ese yacimiento. Joaquín Meco y Jorge Onrubia, más recientemente, han publicado refiriéndose a ello como indicios de que ahí había gente bastante antes de lo que se está diciendo ahora», señala García-Talavera.