Rubicón, misterios de la primera ciudad europea en Canarias
Los restos de sus derruidos y sepultados edificios, castillo, catedral y pozos están siendo excavados, desvelando lo que allí ocurrió en el siglo XV

LA HUELLA BETANCURIANA. San Marcial de Rubicón, en el sur de Lanzarote, fue la primera ciudad fundada en el archipiélago canario por europeos cuando las principales potencias del viejo continente iniciaron su expansión por el Atlántico. Los restos de sus derruidos y sepultados edificios, castillo, catedral y pozos están siendo excavados, desvelando lo que allí ocurrió en el siglo XV. [En PELLAGOFIO nº 117 (2ª época, abril 2023)].

■ Monedas castellanas Se ha hallado cerámica levantina medieval y monedas castellanas del rey «Enricus» (coronados y medias blancas) que presentan una contramarca con la letra B en estilo gótico (Béthencourt obtuvo del rey castellano Enrique III la regalía de acuñar moneda propia, pero en las islas no había metales). Junto a las casas europeas se ha encontrado muchísima escoria de metal, lo que significa que había una fragua cerca ● |

■ Pozo San Marcial de Rubicón Antes de las excavaciones del Proyecto Rubicón, ya se había excavado el pozo de SanMarcial por los historiadores Antonio Tejera y Eduardo Aznar en los años 80-90 del sigloXX (en la foto). El diseño de este pozo incluye una rampa para el acceso de bestias. «Responde a la necesidad de extraer un caudal abundante en poco tiempo, presumiblemente para abastecer a un número significativo de personas», explica González ● |
Por YURI MILLARES
Antes que los diarios de Colón o cualquier otro documento famoso, señala la arqueóloga María del Cristo González (Macry), «la obra Le Canarien pasa por ser, sin temor a errar, la primera gran crónica de la expansión atlántica». Lo dice a propósito del Proyecto Rubicón, las campañas de excavación en San Marcial de Rubicón que se están sucediendo desde 2018 y que codirige con la también arqueóloga Esther Chávez. En 1402 fue la primera ciudad fundada en Canarias. Abandonada unos 85 años después, cuando entró en declive, lleva cinco siglos sepultada, ignorada, desaparecida. Casi olvidada.
‘Le Canarien’ narra cómo fue la arribada y desembarco en las playas de la costa de Papagayo (Lanzarote) de las tropas Jean de Béthencourt y Gadifer de la Salle
Le Canarien, precisamente, narra cómo fue la arribada y desembarco en las playas de la costa de Papagayo de las tropas Jean de Béthencourt y Gadifer de la Salle. La misión de estos franconormandos, tras un azaroso viaje desde La Rochelle, era la conquista de las islas Canarias. Comenzaron en Lanzarote y pusieron pie en tierra en la desembocadura del barranco de los Pozos.
Era el verano de 1402. «Ya hacía décadas que las Islas eran conocidas y visitadas, en parte para realizar razias esclavistas. Descienden aquí, seguramente, porque saben que hay agua dulce —explica Macry González—. Y por más razones. Es una rada bastante accesible para los barcos y para desembarcar. Cuando llegas a un lugar te instalas primero en la costa: si la cosa se pone difícil puedes salir rápido, o te pueden avituallar». A bordo llevaban varios intérpretes nativos (dos de ellos, mahos de Lanzarote) y, además, contaban con información de viajeros anteriores, especialmente de Lanceloto Malocello (a quien se debe el nombre actual de la isla, conocida por la población indígena como Tyterogaka).
En la desembocadura del barranco levantan un “castillo” y diversas edificaciones que convierten el asentamiento en una ciudad que reconoció Benedicto XIII en 1404 mediante una bula papal
En la desembocadura de ese barranco primero levantan un “castillo” (previsiblemente una torre y fortificaciones). Después, diversas edificaciones en este asentamiento lo convierten en poco tiempo en ciudad. Así lo reconoció Benedicto XIII en 1404 mediante una bula papal, con el resultado de la creación de la Diócesis Rubicense. Es el primer obispado en Canarias con jurisdicción eclesiástica plena, hasta su traslado a Gran Canaria en 1483 (Antes le había precedido el obispado misional de la Fortuna, en Telde). El declive de la ciudad en esa época, expuesta a ataques piráticos, provoca su abandono y la fundación de asentamientos en el interior de la isla (Maciot, Teguise).
Los pozos, ¿romanos?
Abandonado, los restos del poblado fueron desapareciendo de la vista (deteriorados, derruidos, sepultados). Olvidada la ciudad, sin embargo, los pozos que la abastecían siguieron prestando servicio a la población de la isla hasta casi la actualidad. «Nos decía Inés Caraballo, una mujer que hemos conocido durante las excavaciones, autora de un libro llamado La vida en los llanos pedregosos de Rubicón, que estos pozos “han apagado mucha sed a lo largo del tiempo”. Hablas con la gente y te dice “me acuerdo de ir con mi padre con el burro a coger agua de los pozos”. Ha servido como abrevadero del ganado durante siglos».
Una hipótesis atribuía al pozo de San Marcial ser una construcción romana y al de la Cruz ser de factoría fenopúnica. Esta excavación ha llegado a otra conclusión
La importancia y visibilidad de los pozos del barranco, especialmente de los dos más cercanos a la desaparecida población, explica que el Proyecto Rubicón (Gobierno de Canarias, ULL, ULPGC y Ayuntamiento de Yaiza) comenzara los trabajos estudiándolos. De este modo, se vaciaron completamente y escanearon el pozo de San Marcial de Rubicón (el mismo nombre que la ciudad) y el pozo de la Cruz. Durante este tiempo han convivido dos ideas sobre estos pozos. Uno atribuía al primero ser una construcción romana por tener dos bóvedas con arco de medio punto y al segundo ser de factoría fenopúnica, por una inscripción «que se parece» a la diosa Tanit.
Las conclusiones de las arqueólogas González y Chávez (y las de los investigadores que han trabajado en el lugar y las han precedido) son otras. Tras las sucesivas campañas de excavaciones, tanto en los pozos como en su entorno, así como en las diferentes áreas de la ciudad, su hipótesis es que son coetáneos a la propia ciudad. «Es un tipo de arquitectura que no varía en diferentes culturas. Que se parezca a… no es lo relevante, sino el contexto», insiste Macry González.
¿Cuál es el contexto? El diseño del pozo de San Marcial con una rampa para el acceso de bestias «responde a la necesidad de extraer un caudal abundante en poco tiempo, presumiblemente para abastecer a un número significativo de personas», observaron. A eso hay que añadir que «no podemos asociar ningún material en los alrededores del pozo que sea romano». Sí se ha hallado cerámica levantina «de manual de cerámica medieval» y monedas castellanas del rey «Enricus» (coronados y medias blancas) que presentan una contramarca con la letra B en estilo gótico (Béthencourt obtuvo del rey castellano Enrique III la regalía de acuñar moneda propia, pero las islas no poseían metales).
«Hay que saber que, cuando se construye la ciudad, hay indígenas que conviven con los conquistadores» MACRY GONZÁLEZ
En cuanto al pozo de la Cruz, en un dintel al bajar las escaleras hay grabada una figura que se parece a la diosa Tanit. «Pero también se parece a un compás, la marca de cantero medieval. El argumento no es “se parece a”. Habrá que someterse a otras evidencias. Y cuando entras y miras hacia arriba, hay unos grabados podomorfos —similares a los de Tindaya, por cierto—. ¿Cómo se pueden interpretar?»
Lo que sí se sabe, destaca, «es que la piedra no es de ninguna cantera cercana. Y hay que saber que, cuando se construye la ciudad, hay indígenas que conviven con los conquistadores. Pudiera ser mano de obra indígena y ese grabado un homenaje de su propia identidad».
En cualquier caso, «si lo que tenemos son materiales y construcciones vinculados al siglo XV, no tenemos ninguna razón para pensar que los pozos ya estaban ahí cuando llegaron los conquistadores si no dejaron ninguna huella previa. De hecho, Esther Chávez, la otra codirectora, es especialista en mundo romano. Estaría encantada de que aparecieran restos romanos», concluye Macry González.
Mucho por descubrir
Las diferentes zonas de la ciudad fundada por los franconormandos ya habían sido identificadas en la década de los 80 y 90. Los historiadores Antonio Tejera y Eduardo Aznar, guiándose por los textos de Le Canarien, marcaron las zonas denominadas de hábitat europeo, fabril, hábitat indígena, torre y catedral.

En 2018 y 2021 «excavamos en la zona de la torre, descubriendo los restos de parte de una pared, un hallazgo que hace pensar que era una fortificación de mayores dimensiones de lo que hasta ahora se creía».
«Lo novedoso es que los conquistadores practican un tipo de arquitectura de tierra que se llama tapial, igual que en Andalucía»MACRY GONZÁLEZ
En 2022, después de excavar en la zona de hábitat europeo, sacan a la luz los restos de dos edificios. «Lo novedoso es que los conquistadores practican un tipo de arquitectura de tierra que se llama tapial, igual que en Andalucía —enrolados con los franconormandos venían también andaluces—, que no se había documentado antes en Canarias. Nos aparecen los muros de tierra, pero también los agujales, y ya no hay duda».
Además, en el espacio entre los dos edificios apareció un basurero contemporáneo de las casas. «Junto a un montón de material de fauna de animales importados como gallinas y locales como ovicápridos (a veces restos de animales enteros), así como malacofauna e ictiofauna, se ha encontrado muchísima escoria de metal. Es lo que se llama el moco de herrero, lo que sobra de la fragua. Significa que había una fragua cerca».
«El yacimiento es mucho más grande de lo que está definido. Queda mucha ciudad de Rubicón por descubrir y nos falta por encontrar la necrópolis», destaca González. Los trabajos continúan.