Todavía queda Tindaya, la montaña ‘mágica’ de Fuerteventura

LA HUELLA ABORIGEN. La isla de Fuerteventura tiene numerosos y originales recursos que ofrecer al visitante, más allá del conocido reclamo oficial de sol y playa, para disponer de un turismo temático y sostenible. La arqueoastronomía es uno de ellos y la montaña de Tindaya su emblema estrella (y en peligro). [En PELLAGOFIO nº 3 (2ª época, septiembre 2012)].

Por YURI MILLARES
Fotografías de TATO GONÇALVES
Los majos, antiguos habitantes de las islas de Fuerteventura y Lanzarote (muchos siglos antes de la conquista de este territorio por el normando Jean de Bethencourt, al servicio del Reino de Castilla), dejaron un amplio legado de restos arqueológicos de lo más variado como huella de su presencia. La montaña de Tindaya pasa por ser, quizá, el más conocido de los monumentos naturales que simbolizan esa presencia y su cultura. La web oficial del Instituto de Astrofísica de Canarias, en sus páginas de Arqueoastronomía, explica que “se ha determinado que los grabados rupestres conocidos como podomorfos (huellas de pies) esculpidos por los antiguos majos en la cumbre de Montaña Tindaya (Fuerteventura) siguen un patrón no aleatorio de orientación que podría esconder una justificación a la vez arqueoastronómica (orientacion al solsticio de invierno y fenómenos celestes asociados) y arqueotopográfica (orientación al Teide y Gran Canaria)”.
La protección de la montaña como Bien de Interés Cultural (BIC), sigue pendiente de materializarse en un flagrante incumplimiento de la Ley
Este importantísimo monumento (con varios yacimientos asociados, además de los famosos grabados rupestres, entre ellos dos poblados aborígenes) es, sin duda, uno de los principales atractivos de la isla majorera. Sin embargo, el conocimiento que tenemos de su potencial riqueza arqueológica y natural sigue pendiente de investigación; la protección de la montaña como Bien de Interés Cultural (BIC), sigue pendiente de materializarse en un flagrante incumplimiento de la Ley; y la creación de una ruta debidamente organizada y de unas infraestructuras museísticas acordes con la importancia del yacimiento, están igualmente pendientes de planificación y ejecución.
59 paneles y desapareciendo
El de Montaña de Tindaya es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Canarias “no sólo por la presencia excepcional del conjunto de grabados rupestres que contiene, sino por un elenco variado de elementos arqueológicos existentes en la citada montaña y en su entorno inmediato”, declara el documento (encargado por el Gobierno canario, pero no publicado) Medidas referentes a la protección y conservación de los bienes arqueológicos de la Montaña de Tindaya que firman un doctor en Prehistoria y dos arqueólogos.

Con un gran número de huellas de pies grabadas en la piedra, “constituye una de las estaciones de estas características más importantes del mundo, sobre todo por la exclusividad de los motivos”
Comenzando por lo más conocido, el documento señala la presencia de un gran número de huellas de pies grabadas en la piedra hasta contabilizar unos 59 paneles con 269 motivos, lo que “constituye una de las estaciones de estas características más importantes del mundo, sobre todo por la exclusividad de los motivos”. Como curiosidad, José de León Hernández, uno de los arqueólogos que redactó dicho informe, ha explicado a PELLAGOFIO que no sólo hay huellas de pies con sus dedos, sino también motivos de pies sin dedos “que se asocian a sandalias”.
Sorpresa en la cima
La presencia de tal número de grabados se ha ido ampliando en los últimos años con el descubrimiento de nuevos motivos no identificados hasta ahora (sobre todo en observaciones nocturnas), pero también se ha detectado una importantísima y grave pérdida por actos vandálicos de destrucción y de sustracción. Precisamente, durante la realización del reportaje fotográfico para estas páginas, el autor del mismo (Tato Gonçalves, que acudió en una visita autorizada y acompañado por uno de los guías que el Cabildo de Fuerteventura tiene asignados para acceder al monumento) se llevó la sorpresa de no encontrar muchos de los grabados que había documentado fotográficamente en 1996 (algunos de ellos ilustran las fotografías junto a este texto).

Otras riquezas arqueológicas de Tindaya asociadas a los grabados son la presencia de dos poblados aborígenes en la base de la montaña
Otras riquezas arqueológicas de Tindaya asociadas a los grabados son la presencia de dos poblados aborígenes en la base de la montaña (entre ellos el de Los Negrines, habitado por lo menos hasta el siglo XVII, según documentos antiguos que identifican el lugar como “aldea de criadores” de ganado) o una docena de amontonamientos de piedra con tendencia circular o elíptica, repartidos sobre todo por la cara sur de la montaña (“posiblemente el primitivo camino que subía hasta la cima”, con un importante relleno arqueológico aborigen de restos alimenticios y fragmentos de cerámica).
Datado en el año 1100
El motivo de estos grabados todavía sigue sin explicarse de modo exacto, pues prácticamente no se han llevado a cabo excavaciones ni investigaciones en el lugar, pero, según José de León, se debe a “posibles prácticas de culto” de los majos. “Hay restos de animales cortados y quemados, pero no consumidos, lo que indicaría una cremación ritual”, explica, para añadir: “Es muy importante excavar estos depósitos enterrados en los amontonamientos de piedra, para conocer los rituales”.
Precisamente, este arqueólogo fue uno de los integrantes de un equipo multidisciplinar que protagonizó la única excavación arqueológica realizada hasta ahora en Tindaya, frustrada tras la intervención del Gobierno canario que envió a la Guardia Civil a detenerla. Fueron seis prestigiosos doctores en Arqueología y Prehistoria de diversas universidades españolas, además 21 arqueólogos y otros profesionales y estudiantes, quienes, tras presentar un detallado proyecto que tuvo que sortear y cumplir un sinnúmero de trabas burocráticas, iniciaron dicha excavación en 1998. De lo poco que pudieron averiguar antes de verse obligados a interrumpir los trabajos, hay un dato: se pudieron datar las muestras halladas en el año 1100.
Necesidad de un pacto
Y mientras el yacimiento arqueológico de Montaña de Tindaya sigue constituyendo uno de los mayores atractivos de la isla (además de su importancia como patrimonio cultural e histórico) “dejado de la mano de Dios”, en expresión de muchos majoreros y otros isleños, el polémico proyecto de Chillida para la montaña sigue vigente en las intenciones de quienes gobiernan la isla y el archipiélago pese al amplio rechazo social y científico.

La excavación y vaciado interior para conseguir un gran cubo dentro de la montaña, respetando el monumento natural que es en sí la montaña y sus yacimientos, es insostenible técnicamente
La excavación y vaciado interior para conseguir un gran cubo dentro de la montaña, respetando el monumento natural que es en sí la montaña y sus yacimientos, es insostenible técnicamente. De hecho, el actual proyecto incluye la construcción de unos arcos de sujeción en el interior de la cima de la montaña, para evitar el desplome de la misma sobre el cubo. Y la propia excavación para extraer la piedra generaría unas vibraciones que destruirían una parte importante de los grabados.
“El primer estudio de Impacto [Medioambiental], dice explícitamente que sin una actuación global de recuperación del entorno de la montaña, la obra de Chillida en sí sería ambientalmente insostenible. Hay que recordar que dicho proyecto global ha sido eliminado en el segundo proyecto” que ahora se quiere ejecutar. Son palabras del manifiesto de la comunidad científica de Canarias para que se paralice este proyecto que ya ha engullido unas cifras millonarias del presupuesto de la Comunidad Autónoma sin que haya pasado de la fase de proyecto sobre el papel y maquetas.
Se hace necesario un gran pacto sobre Tindaya que armonice los intereses de la sociedad canaria, su progreso económico y la salvaguarda de sus valores patrimoniales, explica José de León. Ante la imposibilidad de sostener y ejecutar el proyecto Chillida tal y como el escultor vasco lo soñó y lo diseñó, ¿qué hacer? Para este doctor en Arqueología: poner en valor el yacimiento de Montaña de Tindaya con toda su riqueza protegida, e incluso con un museo dedicado al proyecto de Chillida, pero sin ejecutar éste por la pérdida irreparable que supondría para el patrimonio cultural de Canarias.

A la cima, con permiso y bocata
Para acceder a la montaña de Tindaya y subir a su cima, donde los antiguos majos grabaron en piedra cientos de figuras podomorfas, es necesario solicitar autorización en el Cabildo de Fuerteventura (el formulario se puede rellenar a través de su página web, dentro del área “Medio Ambiente”), que también aporta la presencia de un guía, necesario no sólo para llevar a los visitantes por la ruta correcta en un área muy sensible (por el riesgo de pisar y dañar los numerosos vestigios de la presencia aborigen, en yacimientos que aún no han sido excavados), sino para asegurar el comportamiento adecuado de quienes recorren el lugar. El ascenso no deja de ser un ejercicio que pone a prueba la buena forma física de quienes desean alcanzar los grabados. Naturalmente, se recomienda usar calzado adecuado y no olvidar llevar agua e, incluso, un bocadillo o fruta que reponga energías. Y, por supuesto, sin dejar ningún recuerdo de nuestra presencia ●