Mascarpone con confitura de calabaza

El chef y propietario del restaurante Mamma Tina en Las Palmas de Gran Canaria (y además, gran lector de buena literatura), Jesús Pelegrín, participa en la «Cita con el chef» que tuvo como persona a entrevistar a la filóloga Selena Millares (que acaba de presentar las ‘Obras completas’ de Juan Millares Carló) y a la que dedicó esta receta. [En PELLAGOFIO nº 38 (1ª época, febrero 2008)].
RECETA
Por JESÚS PELEGRÍN
Fotografía de YURI MILLARES
Mascarpone con confitura de calabaza
–queso mascarpone.
–1 kg de calabaza.
–700 gr de azúcar.
–1 bastón de canela.
–1 vaina de vainilla.
–1 cucharada de café con nuez moscada
Quitamos la cáscara a la calabaza y la troceamos en piezas grandes. Sobre ellas ponemos el resto de ingredientes (la vaina de vainilla la abrimos y raspamos un poco) y dejamos unas 8 a 10 horas macerando.
A continuación ponemos a fuego medio durante unos 30 minutos aproximadamente, hasta que esté en su punto de cocción idóneo (la confitura debe quedar “un poco” líquida).
Para cada comensal servimos, en una copa o taza, dos cucharadas soperas de mascarpone y encima una cucharada de confitura de calabaza. Para decorar, podemos añadir por encima pan de miel rallado, por ejemplo.

Cita con la literatura
Por Y. MILLARES
Fotografía de TERESA CORREA
Jesús Pelegrín posó, durante la sesión de fotos que lo reunió con Selena Millares para la entrevista de la «Cita con el chef» de PELLAGOFIO, con uno de los volúmenes de las Obras completas de Juan Millares Carló, edición que estuvo a cargo de esta profesora de la Universidad Autónoma de Madrid. Millares sitúa a este autor, ahora reivindicado, “al nivel más alto: se trata de un poeta extraordinario, de un sereno clasicismo y con una gran cantidad de registros”. Un gran poeta y, sin embarho, silenciado durante décadas “porque, como tantos docentes republicanos, fue víctima de las siniestras depuraciones franquistas, y condenado al silencio, la marginalidad y la miseria” tras las falsas acusaciones de un delator, “que también persiguió al surrealista tinerfeño Agustín Espinosa”, explica ●